TENTATION. |Camren|

Capítulo 24. "Me gustas".

De: Laur.
Text: ¿Qué haces?

Camila leyó el mensaje y sonrió de inmediato al notar de quién provenía.

De: Camz.
Text: Tomo un baño, que acabas de interrumpir.

Le contestó y dejó el celular en los bordes de la bañera de nuevo. Hizo la cabeza para atrás y trató de relajarse. Cuando de pronto, el móvil empezó a sonar de nuevo de la misma manera que lo hacía cuando se trataba de un mensaje de texto. Así que interrumpió toda la concentración que necesitaba para reljarse, y estiró un brazo para poder mirar el nuevo mensaje de Lauren. Y es que al saber que era ella quién le contestaba, poco le importaba terminar de bañarse antes que responderle.

De: Laur.
Text: Mnh... eso suena bien... ¿me haces espacio?

Camila enarcó una ceja al terminar de leer las últimas palabras.

- Mala idea esa de dejar las ventanas abiertas, nena. - Lauren abrió la puerta del baño. Al ver a Camila metida en esa bañera... le provocó desnudarse de una vez por todas y meterse con ella.

- Joder Lauren, me has asustado. - cerró los ojos y los volvió a abrir para mirarlo molesta. - Voy a tener que clausurar esa ventana. - puso los ojos en blanco. - ¿qué haces aquí?

- Quería verte.

Cerró la puerta del baño y se adentró un poco más.

- Bueno una llamada diciéndome que vendrías no me hubiera caído mal...

- Te dije que vendría, te envíe un mensaje.

- Me lo enviaste cuando estaba aquí adentro, guapa. - ambas se miraron. No lo habían hecho desde ayer por la noche. Esos segundos eran tan sublimes. Camila se quedó envuelta en sus ojos esmeralda que le fascinaban.

- Perdona por interrumpirte. - se disculpó la pelinegra. - seguro querías relajarte... - se mojó los labios y la vio tirar su cabeza para atrás y cerrar los ojos mientras movía sus piernas entre el agua espumeante. Se quedó sin aliento. Sin siquiera poder moverse. Jodida diosa. Era tan bonita. Y sabía cómo seducirla. - pero seguro... yo podría hacer un mejor trabajo...

Entonces Camila abrió los ojos, encontrándose con una Lauren en sostén.

- ¿Qué haces?

- Voy a meterme contigo, gatita. - se quitó los shorts tan rápido, que hasta la misma Camila se sorprendió. Ni siquiera cuando estaban a punto de hacerlo se los quitaba tan rápido. Los zapatos quedaron fuera, y ahora... solo quedaba aquel conjunto de lencería.

- Lauren no...

- ¿No quieres?

- Sí... sí quiero. - bajó la mirada, encontrándose con los redondos pechos de Lauren que deslumbraban en aquel encaje rojo que los cubría. La deseaba muchísimo, pero nunca dejaría de ser tan tímida a veces.

- Entonces déjame que sea yo quién haga que te relajes.

Aquella frase hizo que ambas se encendieran aún más. Lo siguiente que Camila observó, fue como Lauren se quitaba las bragas y las deslizaba por sus piernas, quitándoselas con los pies. Tragó saliva. Estaba semidesnuda ante sus ojos, la diferencia es que ahora estaba casi un noventa por ciento consiente. Contrajo las piernas para que Lauren pudiera colocar sus pies ahí. Poco a poco fue acoplándose y acomodándose en la parte contraria de la bañera, quedando frente a frente con Camila, mientras en el proceso desabrochaba su sostén y lo dejaba caer al suelo.

- Hola. - le saludó ella. Y estiró los pies, a diferencia de Camila que los había contraído para no tener ningún contacto con ella, Lauren quería hacer lo contrario. Lo hizo, y rozó disimuladamente con las caderas de Camila.

- Hola. - le respondió ella.

- Soñé contigo.

- ¿Sueños húmedos?

- Sí, algo así... - no pudo evitar reírse por el comentario de la más pequeña. - fue un muy buen sueño, te lo juro.

- ¿Y qué pasaba? - preguntó Camila.

- ¿Enserio quieres saberlo?

- Ajá...

- Te hacía cosas muy malas.

Una oleada de deseo invadió el vientre de Camila.

- ¿Cómo qué? - se atrevió a preguntar ella. Lauren volvió a mojarse los labios. Aquella pregunta le hizo tensarse más de lo normal. Estaba mojada y no precisamente por el agua. Lista... lista para ella.

- No lo sé... soñé que bailabas para mí... - bajó la mirada y sonrió al notar lo que le había dicho a Camila.

- ¿De verdad?
Lauren asintió.

- De verdad... - afirmó. Ella se mordió un labio, y para hacer que la pelinegra no se contuviera más, sacó uno de sus brazos a la superficie y lo llenó de espuma... para luego limpiársela con el agua. Y aunque aquello, había hecho que Lauren se excitara aún más, Camila decidió hacer lo mismo con sus senos.

- ¿Sabes lo que haces, cierto?

- Solo estoy tomando un baño, es tu culpa que veas cosas que no quieres.

- Pero sí quiero. - le dijo con una voz ronca que hizo que algo ahí abajo arropara el sexo de Camila. - ¿quieres que te cuente más sobre lo que soñé?

- Ajá... - canturreó ella.

- Ven aquí entonces.

La llamó con las manos. Camila se colocó de rodillas y caminó con ellas lentamente hacia el otro extremo de la bañera, justo en donde estaba Lauren. Sintiendo como la mirada de está la comía. La sentía de una manera insuperable. Y le gustaba... al llegar, se desató el cabello y colocó sus dos brazos sobre los hombros de ella. Lauren la cogió fuerte de las caderas.

- Me gustas. - le susurró. Camila abrió un poco más los ojos... era la primera vez que se lo decía. Y sentía que todo su cuerpo se había vuelto inmune ante el mundo entero. Que era ella quien solamente importaba. Ella, sus palabras, la manera en la que tocaba, la manera en la que le hablaba, la manera en la que lo hacían... su corazón empezó a latir rápidamente al recordar las palabras de Lauren.

- Tú también me gustas Lauren... - admitió ella. La ojiverde le acarició las caderas. Por su cabeza pasaban uno y miles de pensamientos adversarios. Tratando de corregir internamente lo que le había dicho. Pero no podía. Su corazón había explotado de una manera única. Estaba latiendo tan fuerte que apenas podía escuchar sus propias palabras. Camila le gustaba. Le gustaba más que como un simple lío de un día. Le gustaba más que como para una noche llena de sexo y sin lograr aprenderse su nombre. Y al escucharla decirle lo mismo... toda ella...de pies a cabeza... se había puesto a su disposición. Era feliz. Feliz. Con todas las letras y en mayúscula.