Capítulo 28 "Autodestrucción."

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Toco un par de veces la puerta de su departamento. Es la primera vez que entro y utilizo la puerta de la manera adecuada, tal vez de la manera a la que ella le gustaría. Vuelvo a tocar, nadie ha abierto todavía. ¿Estará? Claro que sí... son más de las ocho...

Entonces, siento que sigilosamente me abre la puerta. Y siento además, como quita los miles de seguros que esta traía.

- Hola Camz... - le saludo. Pero Camila no responde. - tenía muchas ganas de verte... - cuanto me cuesta decir este tipo de cosas. Pero con ella, solo fluyen.

- ¿Qué haces aquí? - me pregunta fría.

- Te lo dije... tenía muchas ganas de verte. - abro un poco más la puerta de su departamento con las manos para poder entrar y la abrazo a ella, haciendo que sus pies dejen de tocar el suelo. Acomodo mis manos en sus caderas y le beso la nariz rápidamente. La puerta se cierra sola. - ¿estás bien?

- Me han quitado el trabajo. - susurra. Su mandíbula empieza a temblar. Y reconozco muy bien el matiz de sus ojos. Pocos días... y me he convertido una experta en ella...

- Joder, ¿por qué?

- No lo sé. - sus manos cogen mis brazos y hacen que los baje de sus caderas. Me abstengo. Lo hago. Le hago caso siempre y ahora no será la excepción. - mi jefe fue golpeado brutalmente por alguien que quería que yo recuperara el trabajo cuando no lo tenía. - me mira. Está buscando respuestas y está logrando colocarme nerviosa. - hoy... después de días de recuperación, por fin pudo caminar y venir a decirme que nunca más trabajaré en ese jodido banco. - cierra los ojos y deja escapar algunas lágrimas. - ¿Qué hiciste, Lauren?

- Te puedo explicar lo que pasó...

- Chris está en el hospital. - continua. Me tiene atrapado. Trago saliva y veo como una lágrima le adorna las mejillas. Y ahí va otra. - ¿se puede saber quién te ha dicho que puedes meterte en mi vida de esta forma?

- Quería defenderte, eso es todo.

- ¿Golpeándolos? - grita. Endurezco la mandíbula y evito que su mirada me debilite más.

- Yo no quería...

- ¿Tú no querías qué? ¿Meterme en esto? ¿joderme más de lo que ya estaba sin ti?

Me quedo callada. Aquello ha dolido más que un golpe en la mandíbula. Más de lo que yo he podido dar en años. Y ella lo maneja en palabras que golpean fuerte... más fuerte que yo.

- Las cosas no son así ¿vale?

- ¿Y cómo van las cosas contigo, Lauren? - busca mis ojos y yo hago que se encuentren con los suyos. Nos miramos. Quiero besarla. Quiero quitarla ese enojo a base de caricias. Me pone. Me encanta. Es preciosa. - ¿Quién eres y por qué quieres manejar mi vida de esta forma?

- Yo no quiero manejarte.

- Estás haciendo que todo se salga de control.

- Dijiste que necesitabas ese trabajo...yo solo...

- ¿Tú qué? - grita de nuevo.

De sus ojos empiezan a brotar innumerables lágrimas. No sabe cómo mirarme. No sabe si quiera si puede hacerlo. Se tapa el rostro y camina de un lado para otro.

- Y ahora tengo que conseguir un abogado ¿sabes? Me han denunciado.
Abro los ojos. ¿De qué otra manera puedo arruinar más la vida de alguien que en verdad ha empezado a importarme? ¿De qué otra manera no puedo dejar de un problema para todos? Es ir. Aparecer. Y dejar una pequeña huella en cada persona que conozco.

Está de espaldas. La escucho llorar. A la misma vez mis propias manos no pueden controlarse más y se ponen sobre sus hombros. Quiero tocarla. Quiero embriagarme en el perfume de su piel. Acaricio sus hombros y acerco mi boca a su oído...

- Perdóname.

¿Cuántas veces he dicho la misma palabra?

- Eso no va a solucionar las cosas Lauren... - me dice sin parar de llorar. Mis labios tocan su cuello lentamente. Mi piel se eriza y la de ella también. Puedo sentirlo. Abro un poco más la boca y aprieto su cuello suavemente con ambos labios.

- Me has vuelto loca...

- ¿Tienes una idea de en cuantos problemas me estás metiendo?

- Yo no quería, te lo juro.

- ¿Por qué? ¿por qué haces estas cosas?

- Viene en mí. No puedo controlarlo... - admito. Jamás nadie ha escuchado decir esas palabras de mi boca. Bueno, ahora sí hay alguien. - no puedo controlarme cuando alguien hace algo injusto contigo.

- ¿Y tengo que seguir soportando lo mismo cada vez que no puedas controlarte?

- Soy así, Camila. - susurro en su oído. Ella cierra los ojos y deja caer algunas lágrimas.

- ¿Cómo sé que no podrías hacerme lo mismo a mí?

- Eso es imposible...

La volteo de repente. Se aprieta los labios y contiene las lágrimas. Me quedo sin aliento al notar que ha accedido a acariciar mi rostro con sus manos. Me despeina un poco. Me gusta. Me gusta muchísimo...

TENTATION. |Camren| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora