CAPÍTULO 9

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Erick: Sara, una cosa más.

Sara: ¿Qué?

Erick: Cuando regreses del viaje llamaré a mi prima Carly para que venga, te ayudará con el caso de tu padre.

Sara: ¿Esto va en serio?

Erick: Si, con estas cosas no se bromean.

Sara: Erick... yo... no sé que decir...

Erick: No tienes que decir nada, tranquila.

No pude contenerme y me tiré encima de Erick. Empecé a abrazarlo con todas mis ganas y a darle besos por toda la mejilla. Mis labios estaban sintiendo el tacto de su cara... en ese momento Erick me cogió fuerte de la cintura y me pegó aún más a él. Sus ojos me volvían a mirar fijamente de nuevo, sus labios se habían vuelto rosas, carnosos, perfectos... como listos para ser mordidos. No sé que me pasaba, pero deseaba que en ese momento el tiempo se detuviera. Puse mi cabeza en su pecho y me acurruqué mientras que él empezaba a acariciarme el pelo, no quiero que esto acabe nunca.

Pero duró menos de lo que yo esperaba, Zabdi se dirigía al salón, Erick me quitó rápidamente de encima suya y se fue al otro sofá, empezó a cerrar sus puños fuertemente, como si estuviera especialmente cabreado por algo. Su cara mostraba una rabia que jamás antes había visto en otra persona. No logro entender su comportamiento, y me preocupa bastante.

Zabdiel: Sara, ya he hablado con Kiara y no hay ningún problema, haz tu maleta, nos vamos mañana por la mañana temprano

Sara: Está bien, voy a hacerla.

En ese momento Chris ya había entrado a casa.

Christopher: ¿Te ayudo con la maleta?

Sara: Claro, vente.

Subí a mi habitación con Christopher mientras que Zabdiel y Erick se quedaron abajo hablando.

Christopher: ¿Tantas cosas te vas a llevar? Vas cinco días, no te pondrás ni la mitad de las cosas que has metido en la maleta.

Sara: Tengo que ir bien preparada.

De repente entró Joel a mi habitación junto con Zabdi.

Joel: Te echaré de menos estos cinco días.

Zabdiel: Oh y yo a ti.

Joel: Se lo decía a Sara.

Todos empezamos a reírnos.

Joel: Zabdi, cuídala bien porque como me entere de que no lo hiciste te mato como que me llamo Joel Pimentel.

Sara: ¿CÓMO?

Joel: Que lo mato si no te cuida.

Sara: No no, eso no, ¿cómo te apellidas?

Joel: Pimentel, Joel Pimentel.

Todas las cosas que tenía en las manos se me cayeron al suelo. Me senté en la cama descompuesta.

Christopher: Sara ¿qué te pasa?

Zabdiel: ¿Estás bien?

Joel: ¿Tan feo es mi apellido?

Sara: No... oye Joel... ¿y cuantos años tienes?

Joel: Diecisiete.

Sara: Eres de México, osea de aquí, ¿verdad?

Joel: Si, claro.

Sara: ¿Y tu padre vive contigo?

Joel: Claro, oye... ¿a qué vienen esas preguntas?

Nadie en España tenía el apellido "Pimentel". Mi madre me dijo que se había enterado que mi padre a los tres años de que yo naciera había tenido otro hijo con otra persona. A partir de ahí no volvimos a saber nada más. Joel se apellida Pimentel y es tres años más pequeño que yo. ¿Coincidencia? Un poco. No quise decirle nada, no quería que se preocupara por la situación, eso no significa que mi "hermano perdido" sea él ¿no? Creo que me estoy comiendo la cabeza demasiado.

Sara: Simplemente quería saber más de ti (le dije con una sonrisa forzada).

Joel: Bueno pues ya lo sabes.

Zabdiel: Deberíamos irnos a dormir ya, mañana madrugamos mucho.

Sara: Sí, tienes razón.

Los chicos me dieron un beso en la mejilla y un abrazo y se fueron cada uno a sus habitaciones. A la mañana siguiente todos se levantaron temprano expresamente para despedirse de nosotros. Pero me faltaba alguien... Erick no estaba...

Llegué al aeropuerto con Zabdi. Me parecía mentira que fuera a coger otro avión, con el miedo que les tengo.

Zabdiel: Que ganas de llegar a Puerto Rico ¡DÍMELO MAMIIIIII!

Sara: Aquello tiene que ser precioso.

Zabdiel: Y lo és, ya lo verás.

Subimos al avión, yo tan asustada como siempre pero bueno, este viaje duró mucho menos. 

Zabdiel: Llegamos, ¡al fin llegamos!

A Zabdi se le veía tan contento... me encanta verle así. Fuimos a su apartamento, soltamos las cosas y me llevó a conocer aquello. Flipante. Esto es alucinante.

Sara: Oye Zabdi, me encanta que me enseñes tu país, pero... ¿y tus asuntos importantes?

Zabdiel: No tengo asuntos importantes, quería venir aquí porque ya echaba de menos esto, y quería hacerlo contigo.

Sara: No puedo creerlo Zabdiel de Jesús, me has traído engañada jajaja.

Zabdiel: Visto así suena mal, yo más bien diría que te he traído para que disfrutes de todo esto, sí, así suena mucho mejor.

Pasaron tres días desde que yo estaba en Puerto Rico con Zabdi, me pregunto cómo estarán los demás allí en México. Cojo mi móvil y veo 23 llamadas perdidas, ¿quién me habrá llamado tanto?


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