Adoro el otoño.
Es esa época del año en la que predomina el naranja y los jerseys de lana. Esa época del año en que las calabazas son algo más que carrozas de princesas encantadas y los miedos se transforman en juegos que dan a los niños caramelos.
El otoño es, sin ir más lejos, las velas aromáticas, las mantas y las hojas de los árboles a los pies de tu cama. El otoño es abrazar una taza de chocolate caliente y exhalar humo blanco al entrar en contacto con el aire que te despeina, sin importar cuanto hayas tardado en arreglar ese desastre al que te gusta llamar pelo.
El otoño son luces de colores, cafés calientes y brazos que te rodean cuando no aguantas el frío de las calles desiertas. El otoño somos nosotros, enamorados de nuestras manías y películas de domingo por la tarde, el otoño somos nosotros, porque no hay invierno capaz de destruir lo que hemos creado, lo que hemos vivido y lo que nos queda de viaje.
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Vacío inexistente
PoesiaSoy ese pequeño espacio de sentimientos vacíos que estuvieron llenos alguna vez. Quédate a escuchar...