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El día siguiente pasó más rápido de lo que cualquiera de ellos se esperaba. Al final, no pudieron hacer mucho con la manada de Satomi, pero fue suficiente como para que la manada de la mujer se convenciera de que Peter no era una amenaza. Eso le ahorraba problemas al Hale y le aseguraba que, en caso de problemas, tendría quien le ayudase.

Cuando llegó la hora de irse, Malia había decidido que quería correr hasta el pueblo. Si, una locura, pero ella decía que llevaba tiempo sin convertirse en coyote y necesitaba estirar las patas.

Así fue como Liam y Peter acabaron yendo solos en el Mustang.

Ya sospechaba el rubio que la ida de Malia había tenido algo que ver con algo que hubiera dicho Peter, pero no dijo nada.

Como habían salido tarde, se les hizo de noche a medio camino y, como Peter ya no aguantaba el suelo y Liam no podía conducir, decidieron detenerse a descansar en un pequeño hotel en la carretera.

La mirada que les dedicó la chica de la recepción cuando le dijeron que querían un solo cuarto no tenía precio. Seguro la mujer se había pensado cualquier cosa.

No les importó mucho lo que una desconocida fuese a opinar y se fueron al cuarto por el cual Peter acababa de pagar. Liam había querido poner la diferencia, pero el mayor no se lo había permitido.

El rubio se pasó cerca de quince minutos revisando todo el cuarto. Nunca se había hospedado en un hotel de carretera y temía que hubiera cámaras en alguna parte.

— Ya te dije que no hay cámaras –Repitió Peter por tercera vez.— Escucharíamos el zumbido que emiten.

— ¿Las cámaras emiten zumbidos? –Preguntó, finalmente dejando de buscar.

Peter asintió con la cabeza, manteniéndose firme ante lo que había dicho. Eso bastó para que Liam se sentara al borde la cama y encendiera el televisor, queriendo entretenerse.

No hace falta decir que todo lo que había eran programas con contenido no apto para menores de edad. Lo cual a Peter en el momento sinceramente no le interesaba.

— Me voy a dar una ducha –Le avisó al menor mientras se encaminaba al pequeño baño que había en el cuarto.— Por favor, no rompas nada.

Escuchó reír a Liam antes de meterse al baño y abrir el grifo de la ducha. El agua salía helada, por lo que se bañó a la velocidad de la luz.

Cuando salió, se secó con una de esas toallas blancas de algodón que la gente siempre se lleva de los hoteles y salió solo con unos bóxers. Puesto que la maleta estaba encima de la cama.

Al salir, se encontró a Liam mirando atentamente una película porno.

El chico no pareció darle importancia a que él acabara de salir del baño, puesto que ni siquiera le miró por el rabillo del ojo o quitó la película.

Mientras buscaba ropa, Peter observó algo sorprendido lo impasible que se encontraba el menor. Ni siquiera había desprendido aroma a excitación o a nervios por lo que estaba viendo, simplemente tenía la vista clavada en la pantalla, como si estuviera viendo un programa de noticias en lugar de a una pareja gimiendo como animales en celo.

Más que en celo, aquella pareja parecía estar matándose. La mujer gemía como si estuvieran torturándola, mientras que el hombre gruñía como uno de esos extras en las películas de zombies.

Era la película porno más cutre que Peter había visto, aunque nunca hubiera sido del tipo que se queda a ver una peli porno. Él prefería salir a buscar gente que le hiciera vivir la película porno.

— Esa peli es malísima –Le dijo a Liam.— La tía parece que está agonizando.

— Y el tío tiene cara de que prefiere estar en cualquier otro lugar –Agregó Liam, volteando a verle.— Pero es la menos cutre que están dando.

— Pues pon otra, así al menos nos reímos.

Liam cogió el contról remoto de canal, pasando a una película sobre un repartidor de pizza y una niñera. La cual al chico le sonaba de haber visto un cameo en una serie.

— Esta la nombran en Supernatural –Dijo riendo el menor.

— ¿Ves Supernatural? –Le preguntó Peter.— No te creía del tipo friki.

— No es friki, es que siempre me gustó ese tipo de series –Se excusó.— Siempre me ha gustado la temática sobrenatural.

— Y ahora te toca vivirla –Repuso Peter.— Alguien tendría que hacer una serie de nuestras vidas.

— Sería genial –Asintió Liam.— Aunque seguro pondrían a chicos de veintitantos interpretando adolescentes, siempre hacen eso.

— Ni idea, casi ni miro la televisión –Admitió el mayor.— Soy más de usar la computadora.

— Un anciano moderno.

— Fuera del cuarto –Le dijo súbitamente.— Nadie me llama anciano, largo.

— No me pienso ir.

— Fuera.

— Que no.

— ¡Maldito mocoso!

Peter se lanzó encima de Liam y ambos cayeron en la cama. El mayor comenzando a hacerle cosquillas mientras que el rubio intentaba quitárselo de encima.

Fue entonces cuando Liam notó que tenía el punto débil de Peter al descubierto. Y no dudó ni un segundo en explotarlo.

El alfa se quedó sin aire cuando la pierna de Liam rozó su entrepierna. Aunque decir que fue un roce era mentira, porque la pierna del rubio literalmente se había deslizado lentamente y le había provocado un escalofrío.

— Maldito mocoso –Jadeó mientras observaba la expresión sonriente del chico.

Se irguió sobre Liam y llevó sus manos a las piernas del chico, separándolas y colocándose entre ellas mientras el menor le miraba expectante.

Echó su pelvis hacia adelante, como si quisiera simular una embestida y sonrió satisfecho al ver como la sonrisa desaparecía del rostro del menor y era reemplazada por un ligero rubor.

— Esta es una buena forma de quitarte lo socarrón –Ahora era Peter el que sonreía.

Liam hizo un mohín, aunque no le duró mucho cuando Peter volvió a simular que le embestía y sus miembros se rozaron. La ropa no ayudaba, solo hacía que se creara una fricción que le estaba enloqueciendo lentamente.

El menor suspiró aliviado cuando Peter literalmente le arrancó los pantalones. Destrozándolos y quitando los trozos de tela que habían quedado en sus piernas.

Definitivamente iba a tener que agradecerle a Malia por haber elegido irse sola. Puesto que si ella estuviera allí no serían capaces de hacer lo que estaban por hacer.

NOTA DE LA AUTORA:

Se los corto acá porque soy la peor persona que van a conocer, soy cruel y despiadada. Temanme, mortales repugnantes.

Okno, lo dejó acá porque sino no voy a poder explayarme con el smut porque el capítulo me quedaría gigante y la verdad no quiero que tenga más de 2000 palabras pero si quiero que el smut tenga más de 1500 palabras. Así que lo siento, pero van a tener que esperar hasta mañana.

En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.

Mating ||Piam||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora