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Liam había intentado controlarse, de verdad lo había hecho. Pero Scott le exasperaba de una forma que no era no medio normal.

Podría haber resistido su presencia, cualquier cosa que le dijera. Pero lo que no resistió fue que luego de haberle dicho que se moviera, Scott tuviera el descaro y el poco sentido de la autoconservación para decir lo que dijo.

— Apestas a Peter.

(...)

Al alfa le zumbaron los oídos en un momento de la mañana. Se encontraba en su departamento cuando le llego vídeo que le había enviado Stiles con una frase que no era muy alentadora.

Hubo un problema.

Solo con leer eso hizo que se tensara. Abrió el vídeo que no duraba más de dos minutos y observó lo que ocurría.

Quien sea que estuviera grabando se encontraba en un pasillo, desde un salón con la puerta abierta se escuchaban varios sonidos estruendosos. De repente, Scott cae al suelo del pasillo de espaldas y se desliza hasta que su cabeza chocó contra los casilleros de la pared adyacente. Liam salió del mismo salón de donde Scott acababa de salir prácticamente disparado.

El rubio avanzó hacia Scott y le pisó la pierna, a lo que el alfa verdadero soltó un quejido de dolor.

— Te lo advertí, McCall –Escuchó gruñir al rubio.— Te mueves o te muevo.

El timbre del final del almuerzo sonó y mientras todos los alumnos abarrotaban los pasillo, Liam desapareció entre los demás adolescentes.

El vídeo terminó y Peter pudo ver su cara de puro shock reflejada en la pantalla. Su parte humana estaba a punto de sufrir un ataque cardíaco mientras que su lobo aullaba excitado por aquél arrebato de superioridad de su beta que había presentado. Eran sentimientos encontrados que le llevaban al mismo pensamiento: tenía que ir a buscar a Liam.

Cogió las llaves de su auto y salió de su departamento corriendo, por poco y tropieza en las escaleras de lo apresurado que iba. Si hubiera sido por él, hubiera ido corriendo a cuatro patas, pero a plena luz del día le podrían ver y eso no sería muy conveniente.

(...)

Liam se había ocultado en los casilleros luego de aquél arrebato de puro descontrol que había tenido. Sentía su sangre hervir en sus venas mientras apretaba los puños y repetía los mantras que Stiles y Derek le habían enseñado para calmarse, pero ninguno funcionaba.

Escuchó pasos fuera de los vestidores y no se molestó en ocultarse. Si era Finstock, el hombre solo iba a gritarle y a mandarle a clase, clase a la cual él no iba a ir.

La puerta se abrió y alzó la vista, allí había un adulto, pero no era el entrenador del equipo de Lacrosse.

— ¿Qué haces aquí, Derek? –Preguntó sin levantar la cabeza para mirarle, pero le había olido.

— Stiles me pidió que viniera –Le dijo el lobo con una voz seria.

— ¿Viste el vídeo? –Preguntó, sabía bien que le habían grabado.

También sabía perfectamente quién había sido el que le había grabado. No le parecía nada raro que hubiera sido Brett, lo raro hubiera sido que no fuera el beta de Satomi, si no hubiera sido él no había vídeo. Porque nadie más tenía ninguna razón para grabarle tan incriminadoramente.

Derek se había acercado y estaba frente a él, cerca pero dándole espacio. Manteniéndose a una distancia prudente del menor.

Mientras tanto, el Mustang del mayor de los Hale acababa de estacionar en el parking de la secundaria. El mayor se había bajado casi corriendo, yendo hacia la escuela. Al abrir la puerta de la escuela, se encontró a Stiles cerca de la puerta, el humano se le acercó con una expresión de pura ansiedad.

— Al fin llegas –Le reclamó el ojimiel.— No sé dónde está Liam.

— Yo si –Murmuró Peter, comenzando a caminar por los pasillos.

Podía sentir el aroma de Liam, era el más fuerte que sentía debido a que, obviamente, eran mates. Podría rastrear al menor en cualquier parte y viceversa.

Stiles le seguía de cerca mientras iban hacia los vestidores de los chicos.

Por alguna razón, incluso antes de abrir la puerta el humano supuso que algo iba a salir mal. Había sido un escalofrío, algo que le decía que no debería dejar que Peter entrara. Pero cometió el error de ignorar aquello y dejar que el mayor abriera la puerta.

Derek les miraba desde dentro, tenía a Liam acorralado contra la pared mientras le levantaba con el antebrazo, cortándole el paso de aire.

En otro momento, Peter hubiera pensado con la cabeza fría y hubiera razonado que alguna razón para hacer aquello había. Pero al sentir como su compañero gimoteaba mientras intentaba conseguir aire que no llegaba a sus pulmones, su lobo le hizo imaginarse la peor escena.

Lo único que veía él era a su sobrino intentando asesinar a su mate, y eso le hizo ver todo rojo por la ira.

Derek cayó al suelo al ser tacleado por su tío. La inercia del golpe hizo que chocara contra los casilleros y quemada algo desorientado.

El alfa fue a lanzarse contra Derek, pero fue detenido por Stiles y, luego de que recuperara el control y reaccionara a lo que estaba ocurriendo a su alrededor, por Liam.

— ¡Peter no! –Le gritó desde donde estaba.

El mayor se quedó estático ante el grito. Con la espalda encorvada y la respiración rígida, se volteó a ver a su mate y comenzó a acercarse a él con pasos lentos.

Una vez que estuvo en frente, hundió su rostro en el cuello del menor. Aspirando su aroma y frotando el suyo propio para que no quedara ni rastro de que Derek había estado cerca de quien era suyo.

Stiles, por su parte, estaba ayudando a si propio compañero a levantarse.

Derek observaba sorprendido hacia donde su tío se encontraba. Pero no lo hacía por la reacción que había tenido, él hubiera hecho lo mismo si fuera al revés, sino que era por otra cosa.

Podía escuchar tres corazones latir desde aquella esquina en la que se encontraban Liam y su tío.

NOTA DE LA AUTORA:

¡chan! ¡Chan! ¡CHAN! A que no se esperaban eso, perritos.

En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.

Mating ||Piam||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora