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Peter intentaba no mostrar lo nervioso que estaba. Aunque nervioso era poco estaba acojonado.

Le habían llevado al juzgado de Beacon Hills, no era como en las películas, en lugar de una sala con un montón de personas solo había algunas sillas, dos mesas y una especie de podio en el que sospechaba estaría el juez.

Dos oficiales le habían hecho sentarse en una de las mesas frente al podio, y allí se encontraba.

No deberían haber llegado a aquellas instancias, pero al parecer alguien había presentado pruebas de que él había violado a Liam. De solo pensar en aquello le daban nauseas, pero mantenía la compostura mientras esperaba a que llegara la hora de su juicio.

Stiles, Malia y Derek habían ido a hacer presencia, y se encontraban sentados detrás de Peter. El mayor podía escucharles murmurando frases para motivarle y ayudarle a mantener la calma.

Las puertas se abrieron y por ella entró su abogado. Tuvo al hombre tan cerca que ya deseaba golpearle. Olía a mentiroso, y ese no era un olor que sintiera muy seguido, pero era desagradable. Tan desagradable como el padre de Liam.

Tuvo ganas de salir corriendo al ver que otro grupo de personas entraba. Eran Deaton, Satomi y Leo. Con ellos, además, entraban dos hombres que nunca en su vida había visto.

Cuando todos estuvieron sentados, uno de los oficiales se colocó junto a la mesa en la que pronto estaría el juez y todos le miraron.

— Pónganse de pie para la llegada del juez Martínez.

Todos hicieron lo dicho por el hombre uniformado y, por una puerta secundaria, vieron entrar a un hombre que, por su pelo casi completamente gris y sus rasgos envejecidos, se notaba que ya estaba entrado en edad.

— Buenos días a todos –Dijo el hombre con una voz algo ronca.

Peter observó repentinamente pálido como el hombre iba hacia la mesa y se sentaba, cogiendo los documentos que se encontraban en aquella mesa y acomodándose los lentes que llevaba para leer. Una mueca desfiguró su expresión cuando al parecer leyó por qué se encontraban allí ese día.

— Esta es una causa realmente complicada –Dijo el hombre mirando fijamente a Peter.— Es una acusación muy grave ¿El abogado acusante tiene algo que decir?

— Efectivamente su señoría –Peter observó como el hombre acomodaba unos papeles en su escritorio.— Ya se ha demostrado que hay pruebas en contra de este... Hombre de aquí...

Peter dejó de escuchar lo que el otro abogado tenía para decir mientras intentaba pensar los pro's y contras de lanzarsele a la yugular. Y no reaccionó hasta que escuchó al hombre a su lado hablar muy fuerte.

— Protesto señoría –Dijo Alexander Dunbar casi gritando.— Se han hecho pruebas médicas que demuestran que no hay daños internos ni ningún tipo de señal de que el joven en cuestión haya sido forzado.

— ¿Cómo puedes defender a alguien que violó a tu hijo? –El comentario del otro abogado solo enfureció aún más a Peter.

— Fui contratado por mi propio hijo para defender a este hombre –Repuso mirando al abogado directamente a los ojos.— Si eso no demuestra la inocencia de mi cliente, tengo otras pruebas que lo harán.

Solo entonces Peter notó que el padre de Liam había traído un maletín, del cual le vio sacar varios papeles.

Alexander se puso de pie con los documentos en mano.

— Señoría quisiera llamar a declarar a Malia Tate –Dijo con seriedad.

Peter no pudo evitar voltear a ver a su hija, la cual se estaba poniendo de pie y se movía lentamente hacia el frente.

— Creo que usted es consciente de que es ilegal mentir en un juicio –Dijo el juez acomodándose los anteojos.— ¿Verdad, señorita Tate?

— Por supuesto señor –Asintió Malia.— No voy a decir nada más que la verdad.

El padre de Liam caminó hacia el frente y se colocó junto a Malia, la cual volteó a verle.

— Señorita Tate, una de las pruebas en contra de mi cliente es haberse llevado al menor fuera del pueblo en contra de su voluntad –Dijo Alexander, ojeando los documentos.— ¿Es eso cierto?

— Por supuesto que no –negó Malia rotundamente.— Liam y yo fuimos invitados a casa de unos amigos, su cliente fue quien nos llevó.

— ¿Y a qué se debe que él les llevara? –Preguntó el abogado acusador, interrumpiendo.

— A que es mi padre –Respondió Malia mirándole desafiante.— Y a que dos menores no pueden salir del pueblo sin la supervisión de un adulto.

— Pero la madre del menor no estaba informada de esto –Acusó el abogado.

— Respondiendo a eso, mi ex esposa se encontraba fuera del país, en su luna de miel, por lo que yo fui quien permitió que mi hijo fuera a esa reunión.

— Considero poco ético que la hija del acusado testifique a su favor –Dijo repentinamente el abogado acusador.

El juez le miró para luego voltear a ver a Malia.

— Debe sentarse, señorita Tate –Dijo con amabilidad.

La siguiente en pasar al frente fue Satomi, la cual se vio rodeada por ambos abogados.

— Pues, si no me es permitido llamar familiares del acusado voy a llamar a la supuesta víctima –Alexander sonaba demasiado serio.— Llamo a declarar a Liam Dunbar.

Un oficial salió del lugar para regresar menos de un minuto después acompañado de dos personas.

El aroma de Liam le invadió cuando las puertas volvieron a abrirse. El lugar se cirnió en un silencio sepulcral mientras el menor caminaba con pasos decididos hasta llegar frente a la mesa del juez.

La madre del chico se había ido a sentar a la fila detrás de Peter, detrás de todos, bien alejada de su ex esposo y del supuesto acusado de abusar de su hijo.

Peter se hundió en su silla al ver a Liam, ahora podría pasar cualquier cosa.

NOTA DE LA AUTORA:

Se fue todo a la mierda, ya ven que se está pudriendo todo.

En fin, sin más que decirles me despido deseándoles un buen resto del día y mandándoles muchos besos y abrazos para todos. Adiós mi linda manada.

Mating ||Piam||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora