Capítulo 1: La salvadora.

259 19 0
                                    

Quejidos de dolor se escuchaban a lo lejos en el pasillo. Se escuchaban cada vez más cerca y con claridad por que las clases habían terminado.
Molly Crafford caminó hasta donde provenían estos y lo hizo con temor que se veía reflejado en sus delgadas piernas.

- ¿Hola? -cuestionó bajito.

Como pudo, el chico pelinegro y complexión delgada, salió detrás del basurero, arrastrándose con los brazos, con el rostro viendo hacia el suelo.

- ¡Dios mío! -se acercó a el. - ¿te encuentras bien?

Y el chico levantó el rostro, el cual estaba sucio, golpeado y con sangre, y le sostuvo la mirada con los ojos vidriosos por las lágrimas que brotaban de ellos.
Era Taemin Lee.

- Ayudame. -suplicó.

- Claro que te ayudaré. -se puso de cunclillas tras el - Tienes que ponerte boca arriba.

El lo hizo y ella le dio su mano.

- Vamos, ahora tienes que levantarte.

Con dificultad se levantó, solamente quedando sentado.

- Tienes que ponerte de pie.

- Espera, no puedo tan rápido, me rompí un tobillo.

- ¿Quien te golpeó?

Taemin tragó saliva y la miró unos segundos, en silencio.

- Esta bien, dime luego. -miró alrededor. - Vamos, apoyate sobre el pie que no esta lastimado.

El lo hizo apoyandose de ella y quedó de pie.
Eran de la misma estatura.

- ¡Ahhh! -se quejó - me duele todo.

- Espera, tengo una idea. -le quitó el brazo de encima.

El se sorprendió, no sabía que iba a hacer.
De pronto, ella le dio la espalda y se agachó un poco frente a el.

- Sube. -ordenó.

El no dijo palabra y tampoco hizo nada.

- Anda, sube por favor, vamos a tardar siglos si te llevo cojeando de un pie.

- T-tu, ¿puedes?

Ella suspiró casi ofendida.

- Claro que puedo, si no no lo haría... Por favor no te dejes llevar por mi complexión delgada, soy una persona bastante fuerte.

A Taemin le impresionó escuchar esas palabras, pues el quería poder pronunciar las mismas. El era muy fuerte pese a ser delgado, pero aun no lo sabía.
Volvió a tragar saliva y lentamente le rodeó el cuello con los brazos.

Ella se levantó y le agarró ambas piernas.

Caminó hacia la enfermería y al asomarse por la ventanilla, no pudo ver a nadie.

- ¿Hola?, ¿hay alguien ahí?

Nadie respondió.

- Rayos, parece que no hay nadie.

Taemin no dijo nada nuevamente, solo continuaba llorando y sollozando.

- Ok, agarrate fuerte, pequeño.

El se recargó en ella y se aferró mas fuerte.

Y comenzó a correr hacia la calle.

- Por aquí me pareció ver un hospital.

Dio la vuelta en la esquina y ahí estaba una clínica.

- ¡Gracias a Dios!, yo sabia que la había visto -dijo con alegría.

El pequeño murió. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora