Capítulo 19

16.6K 505 12
                                    

Ya llevo dos días en este horrible sitio, mis padres ya me estarán buscando por todos lados, me siento muy mal al pensar que estoy aquí por confiar en una persona a la que apenas conocía de unos días atrás, y mis padres con todo lo que tienen ya, encima, se tengas que preocupar por su hija la desaparecida por no haber tenido el cuidado que tenía que haber tenido.

Asustada en esta oscura habitación, me siento en el suelo, al lado de la esquina con las piernas contra mi cuerpo y los brazos alrededor de ellas, escuchando unos pasos que se acercan a la puerta.

La puerta se abre y aparece, Chris, el que creo es su nombre, por lo que oí a través de la puerta cuando un amigo le vino a visitar, (o más bien vino a por coca), que así lo llamó. Va vestido con unos jeans anchos, una camiseta de tirantes, también ancha y unas botas negras estilo militar. En la mano lleva un plátano, el que supongo, es mi desayuno.

-Ten, desayuna- me lanza el plátano que cae en el suelo- después vendré a por ti.

Cierra la puerta y yo me levanto lentamente y voy hacia el sitio donde este ha lanzado mi desayuno. Cojo el plátano y lo guardo debajo de la cama, donde tengo la demás comida que me trajo ayer. No he comido nada desde que estuve cenando en ese restaurante con Nate, no sé si esa comida que ha traído Chris, puede tener algo más de lo que se ve a simple vista...

Cuando oigo que la puerta de la casa se cierra causando un gran estruendo, corro rápidamente hasta la puerta de mi habitación y la golpeo varias veces, pero no funciona.

Solo espero que me encuentren pronto...

***

-Hola bebe- susurra Chris acercándose peligrosa y lentamente a mí.

Camino hacia atrás intentando dejar el mayor espacio posible entre nosotros, hasta que mi espalda choca contra la pared dura y firme que tengo a mi espalda. Chris se pega todo lo posible a mí y me agarra del pelo

-¿Qué te parece si acabamos lo de la otra noche?- pregunta estirándome más del pelo y subiéndome la camiseta, mientras yo niego repetidas veces con la cabeza.

Me saca la camiseta a la fuerza, mientras yo intento taparme todo lo posible. Mis lágrimas hace ya rato que ruedan por las mejillas, pero entenderme, ¿Quién no estaría igual en mi situación?

-Vamos cariño, no llores, nos lo pasaremos muy bien- dice mientras me agarra y me tira encima de la cama.

Me coge del brazo e intenta atármelo con las cuerdas que hay en las patas de la cama.

-No por favor- suplico mientras estiro el brazo lo más lejos de la pata e intento levantarme

-Nena, si no me dejas, esto será mucho peor.

-Por favor...

Mi vecino es imbécilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora