Capítulo 28

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Sonó el timbre anunciando el final de la clase de español, he de decir que no es una asignatura que se me complicaba demasiado, lo entendía y podía hablarlo medianamente bien.

El profesor era de Barcelona y nos acababa de decir que haríamos un viaje a final de curso allí para que podamos poner en práctica nuestro español. Me hacía mucha ilusión este viaje, nunca había ido a España y por lo que dicen la paella, que es el plato típico de allí, está muy rica, tengo ganas de probarla

-¿Iras a Barcelona?- pregunto Marta

-Supongo que si, tengo muchas ganas de ir pero se lo tengo que decir a mi madre, ¿tu?

-Espero... pero ya veremos

Marta no tenía mucho dinero ya que no vivía con su padre y su madre no ganaba un sueldo súper brillante la verdad, pero aun así, conseguían tirar hacia delante

-Seguro que sí, ya verás- le dije- y dormiremos juntas, comeremos paella y nos lo pasaremos genial, lo prometa

Marta rio- ¿Quién te ha dicho que quiero ir contigo? –sonrió

-¡¿No quieres ir conmigo?!

-Claro que si- rio- era broma

Fuimos directas a las taquillas a coger los libros de las clases correspondientes. Esta vez a Marta no le tocaba compartir clase conmigo así que ella se fue por su camino y yo por el mío, pero me choque en cuanto iba a entrar a clase

-Lo siento señorita Johnson, no pretendía hacer que se chocase

-N-no pasa nada- dije levantando la cabeza para mirar a los ojos al director- lo siento, ¿me busca a mi?

-Sí, venía a preguntarte si te habías podido poner al día con las clases que has tenido hasta ahora después de lo que paso

-Sí, gracias. Ya he pedido también los apuntes

-Muy bien- dijo el director- sigue así y intenta que tu media no baje

-Gracias

El director se fue y entre ya cuando el profesor de filosofía ya había comenzado la clase

-Lo siento estaba con el director- me disculpe- ¿puedo entrar?

-Siéntate- dijo

El profesor de filosofía podía ser borde a veces, pero también explicaba muy bien y a mí, personalmente, me caía genial

Fui corriendo hasta el único asiento que quedaba libre que estaba al final para intentar eliminar toda la atención que estaba recibiendo. Cuando me senté no mire quien estaba a mi lado, simplemente me senté y intente sacar rápidamente hojas y bolis, porque cuando he dicho que el profesor de filosofía explicaba bien, se me olvido decir también que podía explicar medio tema en una clase

-¿No tenias otro sitio?- pregunto una voz familiar

-¿Acaso lo ves? A mí tampoco me hace mucha gracia sentarme contigo, Black

-Vamos, sabes que lo estabas deseando

-Ni siquiera sabía que te habías sentado aquí hasta que no has abierto la boca

-¡KENDALL! ¡¿Acabas de entrar y ya estas molestando?! Si tienen algo que hablar usted y Duffman pueden salir fuera- se quejo el profesor

-L-lo siento profesor

-Gracias ¿Puedo continuar?

-S-si

-Shhht- dijo Black- no seas mala y no molestes en clase

-¿Se puede saber que dices? Si has sido tú y ¿desde cuándo estás tú en esta clase?

-La gatita se enfada

-No me llames gatita

-Gatita

-Imbécil, dejame prestar atención

-Viendo que no se atreven a salir fuera a hablar vosotros solos, los echare- dijo el profesor- pero irán el director. Así que por favor, señorita Johnson, señor Duffman, están invitados a salir de clase e ir a visitar al director

-Pe-pero pro...

-Nada de peros, salgan

Black ya se había levantado y estaba yendo hacia el director

-¿Pero eres imbécil o que te pasa? -le dije alcalzandolo

-Bonita, eras tú la que nos ha echado de esa clase- dijo con una sonrisa de arrogancia

-¿Yo? Eras tú el que no callaba

-Eras tú la que hablaba más alto de la cuenta- dijo dando golpes y abriendo la puerta del director

-Hombre, Duffman- dijo el director- no sé por qué no me sorprende

Salí de detrás de Black ya que me estaba tapando, y así pudo verme un director muy sorprendido en cuanto giro la cabeza y me vio

-Esta vez no vengo solo director- sonrió Black- vengo con la causante de que me echaran de clase

Mi vecino es imbécilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora