Capitulo 2

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Esa misma tarde habia quedado con mi mejor amiga Marta, para ir de compras y tomar un helado y conversar.
-¿De que queréis los helados? - pregunta el señor desde detrás de la barra.
- Un helado de fresa y el otro de vainilla, por favor- pide Marta.

Cuando nos entrega los helado y los pagamos, nos sentamos en un banco delante de la heladería.
-Así que ¿mañana por la tarde harás de niñera de tus vecinos?
-No, sólo del pequeño.
-No me puedo creer que nunca hayas hablado con el buenorro de tu vecino- comenta dejando de hablar del hijo pequeño y hablando lógicamente del mayor.
-Nunca he tenido esa necesidad- digo encojiendome de hombros.
Pasamos la tarde entre risas y hablando de tonterias y nos despedimos cuando ya es tarde y tenemos que volver a casa.

Cuando llegó subo directamente a mi habitación para preparar la mochila de mañana y la ropa que llevaré y como todavia queda para la hora de cenar me pongo a leer un poco de AFTER. Cuando termino bajo a ayudar a mi madre a preparar un poco la cena mientras mi padre esta en el salón leyendo el periódico.
-¿Por que tanta comida? - preguntó.
-He invitado a los vecinos a cenar para que os conozcáis y cuando vayas mañana a su casa a hacer de niñera te sientas más cómoda- explica como si nada.
-¿Qué? ¿Y ahora me lo dices? Me tengo que arreglar- contestó limpiandome las manos y subiendo a mi cuarto rápidamente para prepararme.

Me doy una ducha rápida, me pongo un vestido...
-¡Cariño, baja los vecinos han llegado! - grita mi madre
-¡Voy!
Me maquillo lo mas rápido posible y bajo las escaleras. Mi padre se ha puesto una ropa mas decente para recibir a los invitados al igual que mi madre.
Mi padre, Ángel, su padre, Des, y su hijo pequeño, Aitor, están en el salón hablando. Mi madre esta en la cocina terminando de preparar la cena con la ayuda de la vecina, Rosa. Busco por toda la casa intentando encontrar al que falta, al hijo mayor, Blake. Salgo fuera de casa para mirar por el patio trasero, y me lo encuentro con un cigarrillo apoyado en la pared, mirando el cielo.
-Hola- digo cuando estoy lo bastante cerca como para que me oiga.
Me mira y tira el cigarrillo que tenía entre sus largos dedos, lo apaga y se adentra en la casa de nuevo dejándome sola.

Mi vecino es imbécilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora