Capítulo 32

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-Hola vecina- sonrió Duffman

-Voy entrando- me dijo mi madre- cuando acabéis de hablar entra, que tenemos que hablar.

- ¿Estás bien?- Pegunto mientras me acerco.

-¿Por qué no iba a estarlo?

-No sé, la última vez que nos vimos de repente te tuviste que ir.

-Sí­- baja la vista- es que tenía prisa. Por cierto, el director nos ha puesto 5 días más de castigo.

¡¡¡¡DIOS!!!! ¡El castigo! Como no pude acordarme de él.

-¡Dios! Lo siento, no me acorde. Mi madre insistió en que querí­a que fuese a ver a un médico y se me olvido por completo. ¡Dios! Lo sie...

-Sí­, sí­. Lo sientes

Sonreí tí­midamente

-Y tú, ¿Por qué tienes que hacer 5 dí­as más?

-La verdad es que no tenía la intención de quedarme a limpiar los lavabos y a atender la biblioteca yo solo.

Sonreí- Lo siento. Te lo compensare. ¿Quieres que vayamos a cenar el sábado?

-Muy bien. Te paso a buscar a las 20:00h.

Se escucha una puerta de coche cerrarse- ¡Kendall!

-¡Alex!- Voy hacia él y le doy un abrazo, el cual corresponde.

-¿Qué tal? ¿Estás mejor?

-Mucho mejor que antes- sonrió soltándome del abrazo- Ven que te presento alguien. El es Black, mi vecino. Black, el es Alex, el que me trajo a casa después de que me encontrase en la carretera.

-Encantado- dice Alex extendiéndole la mano.

Black medio sonríe mientras le coge la mano en forma de saludo.

-Kendall- dice Alex- Tú y yo tenemos un café pendiente.

-Sí­, claro. ¿Puede ser esta tarde?- digo- Tengo que hablar con mi madre.

-Está bien, mándame un mensaje cuando puedas y me pasó por tu casa- dice.

-Sí- digo- pásame el móvil que te apunto mi nuevo número de teléfono.

Se lo devuelvo y se despide de mi con dos besos- Hasta luego.

Me giro hacia Black y me lo encuentro alzando una ceja 

-¿Qué?- digo

- ¿Tanta confianza le tienes?

-Es una persona que me ayudo a volver a casa cuando me secuestraron, ¿Por qué no iba a tener aunque sea un poco de confianza en él?

-Está bien, no seré yo quien te diga en quien has de confiar y en quién no.

-Bueno- digo- he de entrar en casa, mi madre quiere hablar conmigo, adiós.

El únicamente hace un gesto con la cabeza a modo de despido mientras me doy la vuelta y me dirijo a casa.

-¿Mama?

-Aquí­ arriba.

Subo las escaleras y encuentro a mi madre en su habitación guardando la ropa que acaba de sacar de la secadora en su armario.

-¿Qué querí­as?

-Siéntate- dice sentándose en su cama y dando unos golpecitos a su lado, así que hago lo que me pide.

-¿Y bien?

-Veras, pienso que has de ir a ese psicólogo que el médico te ha recomendado, pienso que te haría muy bien para que puedas recuperarte del todo y te ayude a asimilar todo por lo que has pasado.

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⏰ Última actualización: Dec 18, 2017 ⏰

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Mi vecino es imbécilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora