-Hola vecina- sonrió Duffman
-Voy entrando- me dijo mi madre- cuando acabéis de hablar entra, que tenemos que hablar.
- ¿Estás bien?- Pegunto mientras me acerco.
-¿Por qué no iba a estarlo?
-No sé, la última vez que nos vimos de repente te tuviste que ir.
-Sí- baja la vista- es que tenía prisa. Por cierto, el director nos ha puesto 5 días más de castigo.
¡¡¡¡DIOS!!!! ¡El castigo! Como no pude acordarme de él.
-¡Dios! Lo siento, no me acorde. Mi madre insistió en que quería que fuese a ver a un médico y se me olvido por completo. ¡Dios! Lo sie...
-Sí, sí. Lo sientes
Sonreí tímidamente
-Y tú, ¿Por qué tienes que hacer 5 días más?
-La verdad es que no tenía la intención de quedarme a limpiar los lavabos y a atender la biblioteca yo solo.
Sonreí- Lo siento. Te lo compensare. ¿Quieres que vayamos a cenar el sábado?
-Muy bien. Te paso a buscar a las 20:00h.
Se escucha una puerta de coche cerrarse- ¡Kendall!
-¡Alex!- Voy hacia él y le doy un abrazo, el cual corresponde.
-¿Qué tal? ¿Estás mejor?
-Mucho mejor que antes- sonrió soltándome del abrazo- Ven que te presento alguien. El es Black, mi vecino. Black, el es Alex, el que me trajo a casa después de que me encontrase en la carretera.
-Encantado- dice Alex extendiéndole la mano.
Black medio sonríe mientras le coge la mano en forma de saludo.
-Kendall- dice Alex- Tú y yo tenemos un café pendiente.
-Sí, claro. ¿Puede ser esta tarde?- digo- Tengo que hablar con mi madre.
-Está bien, mándame un mensaje cuando puedas y me pasó por tu casa- dice.
-Sí- digo- pásame el móvil que te apunto mi nuevo número de teléfono.
Se lo devuelvo y se despide de mi con dos besos- Hasta luego.
Me giro hacia Black y me lo encuentro alzando una ceja
-¿Qué?- digo
- ¿Tanta confianza le tienes?
-Es una persona que me ayudo a volver a casa cuando me secuestraron, ¿Por qué no iba a tener aunque sea un poco de confianza en él?
-Está bien, no seré yo quien te diga en quien has de confiar y en quién no.
-Bueno- digo- he de entrar en casa, mi madre quiere hablar conmigo, adiós.
El únicamente hace un gesto con la cabeza a modo de despido mientras me doy la vuelta y me dirijo a casa.
-¿Mama?
-Aquí arriba.
Subo las escaleras y encuentro a mi madre en su habitación guardando la ropa que acaba de sacar de la secadora en su armario.
-¿Qué querías?
-Siéntate- dice sentándose en su cama y dando unos golpecitos a su lado, así que hago lo que me pide.
-¿Y bien?
-Veras, pienso que has de ir a ese psicólogo que el médico te ha recomendado, pienso que te haría muy bien para que puedas recuperarte del todo y te ayude a asimilar todo por lo que has pasado.
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Mi vecino es imbécil
RomantizmKendall Johnson, 16 años, con unas excelentes notas y un amor hacia los libros que tan solo ella puede comprender. Black Duffman, 18 años, mujeriego de primera, egocéntrico y un claro gustó por los tatuajes y piercing. Todo en la vida de K...