"Hay que ser zorra para conocer las trampas, y león para hacer huir a los lobos"

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Capítulo 10: "Hay que ser zorra para conocer las trampas, yleón para hacer huir a los lobos"

—¡Astrid, tenemos trabajo que hacer! —entró Valka de golpe a la habitación.

Sin embargo, vio que la cama de su hija estaba vacía, sólo estaba la pijama que le vio puesta por la mañana.

"¿dónde estará está niña?"

Justamente cuando pensaba aquello, la puerta se abrió tras de ella, y apareció Astrid cabizbaja sin percatarse de su presencia.

— ¡Astrid!

—¡Ay, madre! ¡Me asustaste! —reaccionó la rubia asustada.

— ¿Dónde te habías metido?

—Fui... a caminar por la playa, ¿cuál es el delito?

Astrid pasó por un lado de su madre para que evitar que viera el colige que Hiccup le había dado. Disimuladamente se metió en el baño cerrando la puerta tras de sí.

Tenemos un pequeño problema. —dijo Valka.

— ¿Ah, sí? ¿Cuál? —preguntó la rubia mientras se metía a la ducha para tratar de eliminar el aroma de la colonia que Hiccup le dejó impregnada en la ropa.

Una vez relajada en la tina, Valka le contó tras la puerta sobre la molesta sirvienta. Estuvo de acuerdo con su madre, tenían que deshacerse de ella, pero en lo que no había estado de acuerdo era en que ella la suplantara; pero el negocio era el negocio y si querían aquel dinero tendría que sacrificarse.

—Así que hay que moverse rápido.

—Está bien...—respondió Astrid saliendo ya limpia de la ducha. — ¿Cuándo quieres que ataquemos?

—Mañana por la noche cenaré en su casa, así que planearemos lo que haremos durante el resto día hasta entonces ¿de acuerdo?

— ¡¿Todo el día?! —exclamó Astrid con fastidio, pues había quedado de verse con Hiccup y ayudarle en el bar.

—sí, ¿hay algún problema? —cuestionó la intrigada Valka peinando su mojado cabello. Era su madre e intuía que algo le ocultaba y lo averiguaría.

—No, no... no... digo... ¿qué más podría hacer?

Astrid se separó de ella, se dirigió a un cajón donde guardó el collar, fingiendo buscar la crema humectante.

—Esta por allá.

Valka le señaló el tocador donde estaban todos los cosméticos; no cabía duda de que su hija estaba muy rara.

—Ah... sí... que tonta.

Astrid fue a donde estaba la crema y siguió ignorando la mirada acusadora de su madre, que no dejó de fastidiarla hasta que por fin esta se quedó dormida.

.

.

Durante la madrugada, Valka haciendo uso de sus talentos para fingir dormir se levantó de la cama y se dirigió al cajón; Astrid dormía como una roca y no se daba cuenta que estaba siendo espiada, mientras que su madre sacaba el collar, que no entendía porque su hija ocultaría.

— ¿Qué será esta porquería? —miró con asco la piedra que bien parecía un carbón, ella generalmente estaba acostumbrada a las piedras preciosas.

Cuando Astrid se removió en su cama, dejó el collar en su lugar y volvió a la cama. Aquel collar no le decía suficiente tenía que investigar más.

ESTAFA Y PREJUICIO (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora