—Tenemos que hablar seriamente —dijo Bruce deteniendo a Jason antes de que éste partiera en su motocicleta.
—¿Es algo importante? —cuestionó a la par que se sacaba el casco de la cabeza.
—Definitivamente.
Todd, intrigado bajó de la motocicleta y siguió al mayor hasta dentro de la mansión.
—¿Qué sucede Bruce?
El millonario tomó asiento, Jason hizo lo mismo, finalmente Wayne accedió a decirlo de la manera más directa que pudo.
—Ya es hora de que te vayas de mi casa.
Tras sus palabras corrió un incómodo silencio, Jason aún terminaba de creer lo que había escuchado.
—¿Quieres que yo me vaya de tu hogar? —preguntó con cierta confusión.
—Sí.
—Pero, ¿porqué? —cuestionó sin aún poder entenderlo —al salir de la cárcel me recibiste con los brazos abiertos, ¿y ahora me echas de la mansión?
—Sí, te recibí con los brazos abiertos pero eso fué hace cinco meses, mismos en los que no has hecho otra cosa más que ver la televisión, comer e ir al baño, ¿qué ejemplo le estás dando a Theodore? ¿Cuando piensas inscribirlo al preescolar? Tienes 27 años y aún te mantengo, ¿qué demonios piensas hacer con tú vida?
—Está bien, Bruce —contestó cruzándose de brazos, fingiendo indignación —Si lo que quieres es verme trabajando doce horas en un OXXO, ¡está bien! ¡Está bien!
—Jason, no quie...
El chico le arrebató la palabra.
—Pero claro, Richard y Tim pueden seguir aquí, ellos sí.
—Richard trabaja y Tim estudia —aclaró Bruce.
—¡Esta bien! —insistió el motociclista al levantarse de su asiento y salió lentamente del lugar en espera que Bruce se lo negara, pero ésto no ocurrió.
...
Jason junto con Toddy se fue a vivir a su antiguo departamento. Por el tiempo en desuso el inmueble estaba por cualquier lado, lleno de polvo y, corriendo de lado a lado esporádicamente, algún insecto indiscreto. Apenas Toddy pasó el marco de la puerta quedó estupefacto por lo horroroso que estaba por dentro.
—Esta será nuestra nueva casa —señaló Jason —¿te gusta?
Toddy no pudo ocultar su cara de desagrado.
—Después de una pequeña limpiada todo se verá mejor —agregó el mayor despeinado el cabello del pequeño.
—¿Qué es eso? —preguntó Toddy apuntando a un viejo gran armario empolvado.
—Es mi colección —el mayor fué hacia donde el niño apuntaba y abrió de par en par el armario, pero de su interior y en menos de un segundo, tal como el deslave de una montaña, cientos de armas cayeron al suelo aplastando a Jason, quien quedó sepultado entre ellas.
—¿Estás bien, papá? —preguntó Toddy mientras buscaba a Jason entre las armas.
—Como cuando te lastima lo que más amas —comentó el mayor entre quejidos.
Después de una exhaustiva y agotadora limpieza, finalmente ambos Todd cayeron rendidos en el sofá, los escasos muebles resplandecían de brillantes al igual que el piso y las alfombras. Jason tenía el mandil de flores y mariposas de una de sus ex-suegras y guantes de plástico. Y justo en ese momento tocaron a su puerta y Toddy fué corriendo a abrir.
—¡Nuestra primera visita! —exclamó emocionado.
Era Barbara Gordon y traía un gran plato de comida en las manos.
—¡Hola a todos! —saludó la pelirroja.
Jason de inmediato se quitó el mandil y los guantes, antes de que Barbara alcanzara a verlo.
—¿Qué te trae por aquí, Babs? —preguntó el mayor sonriendo.
—Bruce me mandó a traerte un poco de comida, cree que posiblemente la necesites.
—Pero, ¿qué vergas? O.o Primero me corre de su casa y ahora me trae de comer.
Babs se encogió de hombros y dejó el plato en la mesa.
—Posiblemente se sienta culpable —respondió la chica.
—¡Llévate la comida y dile que no la necesito! —exclamó el mercenario cruzándose de brazos.
Pero en cuando ambos voltearon hacia la comida, el pequeño Toddy ya se encontraba comiendo como un gatito que no ha visto alimento en días.
—Sabes, retiro lo dicho —contestó finalmente el mayor llevando la palma de su mano a su frente —pero que ésto quede muy claro, ¡puedo llevar las riendas de mi vida solo, sin ayuda de nadie!
—Como digas, Jason —contestó la pelirroja sin darle importancia —pero dime, ¿cuando piensas inscribirlo al preescolar? Ya es hora de que se relacione con otros niños de su edad.
—No sé nada de esos trámites, es mucha ciencia cuantificativa que aún no comprendo.
—¡Tienes que llevarlo al jardín de niños, Jason! —exclamó Barbara.
Minutos más tarde...—Transporte, colegiaturas, materiales, almuerzos, desayunos, uniformes, mochila, libretas, lápices, crayolas, pinturas, tapete, plastilina, diamantina, libros. ¡Qué más quieren! —exclamaba Jason mientras aún observaba su raquítica billetera —hoy en día la delincuencia está muy calmada, ¡como se supone que me pagarán si no hay organizaciones criminales que desmantelar!
—Y eso que aún no ha vivido lo peor —comentó la maestra del grado que pasaba por casualidad por donde Jason —cooperaciones, reuniones, juntas de papás, venta de pasteles, tareas, venir a las obras y recitales de sus hijos... Aún le queda mucho por hacer, señor Todd.
ESTÁS LEYENDO
Lo Mejor de mi, Jason Todd
FanfictionUn rudo mercenario de graves antecedentes penales y con más armas que muebles en su casa, se entera que es padre de un niño de cinco años, tras salir de prisión la noticia lo toma por sorpresa. Red Hood, ahora no solamente es experto en usar armas d...