Eran casi las doce del día cuando Jason llegó al departamento, como de costumbre aventó las llaves sobre el tazón y se dirigió a su habitación. Exhausto lo único que deseaba era descansar el resto de la tarde, sin embargo no podía darse ya ese tipo de lujos. Su obligación moral era con Toddy. La casa estaba hecha un desastre; las camas sin hacer, ropa sucia en el suelo, la cocina llena de trastes sucios y cosas fuera de su lugar, herramientas, monedas, restos de comida, juguetes, todo era en conjunto un gran desastre.
Jason tan solo arrojó su chaqueta sobre la cama y bajó hacia la cocina, exhaló profundamente y tras vacilar unos segundos se colocó los guantes de goma y comenzó a fregar los trastes. Damian llegó a casa tan solo un par de minutos después.
—¿Jason? —al menor por un instante le tomó por sorpresa verlo en el departamento —¿acabas de llegar? —preguntó acercándose un poco más a él.
El hombre tan solo asintió, sin dejar de lado su trabajo.
—¿Qué sucedió para que llegaras tan tarde? —continuó el heredero Al Ghul —¿está todo en orden?
—Solo tuve contratiempos —el mayor se limitó a contestar.
Damian enarcó una ceja y se cruzó de brazos. Sabía que algo ocultaba.
—Contratiempos mis nalgas.
Jason soltó un suspiro.
—Me quedé dormido, ¿vas a reclamarme por eso?
—Mmm —el chico torció la boca. — Dormido con quién.
El hombre se encogió de hombros.
—Quien me salvó la vida debía cobrarse el favor, ¿no?
—Eres un estúpido, Jason —respondió Damian rodando los ojos como si la cosa no fuera más que obvia—. Esa mujer quiere limpiarse las manos en ti... A menos de que se trate de un hombre —agregó —en ese caso la deuda sí quedó saldada.
—Mira Damian —aseveró Jason lanzando una fulminante mirada hacia el chico, y no fue necesario que continuara su oración pues el menor de inmediato cerró la boca y cambió de tema.
—¿Quieres que te ayude? —dijo señalando con la mirada la tarja llena de trastes.
—Necesito poner a hervir los vegetales que están en la nevera, ¿puedes con eso?
—Por supuesto —asintió Wayne —a decir verdad picar zanahorias era una de mis tareas en el internado.
—¿Qué pasó esta mañana? —continuó Jason —¿Toddy preguntó por mí?
Damian comenzó a limpiar las verduras.
—No recuerdo si preguntó por ti, pero le dije algo muy parecido, que se trataba de un contratiempo.
—Sé que lo oculta bien, pero sufre, y un niño de seis años no debería hacerlo.
—Entonces deja esa vida, sé lógico, Todd.
—No puedo —exclamó dejando por un instante de lado sus deberes—.¿Qué se supone que haga? Que me quede aquí sentado a espera de que tarde o temprano mi pasado me alcance junto con Toddy? La mancha en mi nombre jamás desaparecerá, y yo no soy de las personas que huyen. Tengo que acabar con lo que empecé, no dejar cabos sueltos, y solo así, Toddy podrá tener una vida tranquila.
—Ví las noticias esta mañana... —comentó el chico. Jason le lanzó una mirada de reojo anticipando sus palabras— hubo un tiroteo entre mafias, cuarenta y siete muertos, y dos camiones llenos de armas y cocaína hundidos en el risco sobre la bahía. ¿Qué tiene qué ver esto con contigo?
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Lo Mejor de mi, Jason Todd
Hayran KurguUn rudo mercenario de graves antecedentes penales y con más armas que muebles en su casa, se entera que es padre de un niño de cinco años, tras salir de prisión la noticia lo toma por sorpresa. Red Hood, ahora no solamente es experto en usar armas d...