Capitulo 3

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*13 años*

Narrador omnisciente.

La fuerte amistad que solía haber entre Sophia y Olliver comenzaba a desaparecer y no solo por el mero hecho de que empezaban a dejar a un lado las actitudes aniñadas y comenzaban a madurar, sino también, por las constantes criticas que recibían por parte de sus "amigos".

"Son novios?"

"Se gustan?"

"Hay un grupo de chicos y otro de chicas, ¿por qué están siempre juntos?"

Estas y otras frases eran las típicas que solian atormentarlos, y las que lograron separarlos un tiempo.

Un corto tiempo.

No habían pasado ni tres días desde que decidieron separarse un poco, cuando decidieron verse a escondidas en el recreo, en el teatro abandonado del colegio, a seguir conversando de cualquier tema al azar.

Ambos habían cambiado, y no solo físicamente, sino también, interiormente.

Olliver había crecido lo suficiente como para sacarle una cabeza completa a Sophie, y eso que solo tenían 13 y 14. Su cabello azabache, que de niño era lacio, era ahora ondulado, a pesar de no ser muy largo. Sus ojos azules seguían siendo igual de expresivos, podías saber el humor de Olliver con tan solo leer su mirada. La voz era un poco mas gruesa, aunque seguía siendo un susurro al hablar frente a toda la clase. En cuanto a actitud, seguía siendo el mismo chico relajado, imaginador y aplicado de siempre, con la excepción de que había mantenido en secreto su pasión por los libros y la invención de historias y mundos distintos, por miedo a las constantes criticas por parte de la sociedad. Solo con Sophie, se sentía realmente seguro.

Sophia, mientras tanto, seguía de rebelde y bullisiosa, ahora multiplicado por mil. Era aun mas latosa, desordenada y ruidosa, aunque seguía siendo con Olliver una chica dulce, amable y divertida. Su apariencia exterior era ya de una señorita, como solía decirle Olliver para molestarla y hacerle recordar a su mamá. Su cara era más alargada, y no era mucho mas alta que nadie. Su cabello seguía siendo lacio, aunque ahora era un poco mas obscuro. Sus ojos habían adquirido un tono mas azulado, aunque seguían expresando la misma niñez particular de ella. Le habían salido mas pequitas en la nariz y bajo los ojos. Siempre que decía algo en clase, terminaba en la dirección, o si bien le iba, en el rincón. En resumido, era una muchachita hermosa, histérica, pero hermosa.

La relación de ambos era explosiva, eran el calor y un chocolate caliente, la sal y el azúcar, la ensalada y la hamburguesa, los shorts y el invierno, pero al parecer eso era lo que los mantenia unidos.

Las reuniones en secreto solo duraron una semana, pues al parecer, la despistada de Sophia había sido seguida por una de sus amigas, quien luego había revelado el secreto de sus reuniones, poniendo en burla a Sophia y Olliver.

Los chicos inmaduros del salón habían comenzado a burlarse de nuestros chicos, por el mero hecho de tener una amistad del sexo opuesto. Y eso que los chicos de 2 de secu. solían ser "maduros".

Las burlas y comentarios ofensivos habían pasado de ser eso, a ser algo más grave, algo llamado Bullying.

Sophia se lo tomaba bien y respondía con la misma intensidad los comentarios ofensivos que solían hacerle a ella y su amigo. Se defendía como podía, y nunca se dejo parecer débil.

Sin embargo, la frágil autoestima de Olliver se rompió en mil pedacitos cuando oyó comentarios hirientes como:

"Maricon"

"Libritos"

"Fracasada mujercita"

Y muchos otros. Estaba deprimido. No solo había dejado de soñar e inventar, sus sueños se habian convertido en pesadillas, que lo atormentaban, lastimaban y hacían llorar. En la escuela, Sophie y Olli se apoyaban mutuamente, pero en la casa era una tortura soportar los mensajes de texto y llamadas al celular, ofendiéndolos u atacándolos.

Ningún padre sabía nada de lo que sufrían sus hijos.

Un día, Olliver, harto de todo, decidió que no volvería a sufrir nunca mas. Camino hacia el tejado, se asomo por la barandilla, dispuesto a saltar y dejar atrás el mundo cruel que lo lastimaba.

Las lagrimas surcaban su rostro con ferocidad. Cerró los ojos con fuerza, un paso mas y todo cambiaría por siempre. Estaba a punto de dejarse caer, cuando recibió un mensaje...

When the stars go blueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora