Capitulo 6

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*17 años*

Narrador omnosciente

El muchacho de cabello obscuro reía sin parar, rodeado de jugadores de fútbol, compañeros suyos, y hermosas porristas mas grandes de edad que él.

Era mediodía y Olliver se encontraba sentado en la mesa de los "populares" comiendo magdalenas de chocolate, preparadas especialmente por el equipo de porristas para él y riendo sin parar de las bromas ofensivas del equipo hacia la gente mediocre.

Quien diría que solo necesitaba deshacerse de Sophia y entrar al equipo de rugby para destacar.

Y eso era algo que a Olliver le importaba y Sophia no entendia.

La importancia de ser popular.

Y no era solo el hecho de que habia cambiado su corte de cabello, por ahora un estilo rebelde y despeinado, digno de su nueva identidad, sino, también que ahora era mucho mas guapo, tenía un buen cuerpo y había dejado de lado las fantasías y todas esas tonterías de la niñez.

Y pareció darle resultado, pues ahora, era adorado por los populares y envidiado por los losers.

¿Qué diría Sophia de su nuevo cambio de imagen?

Acaso reiría o se derretiría como nieve al igual que todas las chicas del instituto.

Nunca lo sabría, pues había sacado a Sophia de su vida, no solo por haber dejado atrás sus memorias, momentos felices, emociones, peleas y juegos, también por haberse ido sin explicación alguna dejándolo solo y con el corazo roto, pues dos días despues, Olliver tenía todo planeado para proponerle a Sophie su noviazgo. Pero claro, la espontánea Sophia tenia que irse de Wale por una decisión tonta de sus padres.

Pero bueno, ahora todo era mejor sin ella.

O bueno, eso era lo que el creía. Cada noche, sin que el lo llegase a recordar al día siguiente, su mente diseñaba 3000 finales diferentes, para evitar la partida de Sophie y otros 5000 mas para ver como hubiese sido una vida juntos. Los dos.

Pero claro, a él ya no le importaba mas, ahora tenía todo lo que quería y nunca mas lo dejaría por una chica cualquiera.

-Hey, Olly-le dijo una operada chica de cabello negro, con unos enormes ojos castaños y una sonrisa hermosa-,¿tienes planes para este viernes?-las diez hermosas chicas que se apilaban a su alrededor se rieron tontamente y pestañearon rapidamente, intentando llamar la atencion del chico.

-Hmpfffff-resopló Olliver-. Tengo tantos compromisos, chicas, fiestas, ya saben nenas...

La chica rió-. Te queria invitar a mi fiesta de 16-dijo y le tendió una tarjeta color canela, con elegantes moños crema y letra cursiva-. Piénsalo.

Le guiño y salió pavoneandose seguida por todo el grupo de animadoras.

-Auu,Auuu,auuuu-aulló uno de los futbolistas-. ¡Olliver fue invitado a la fiesta de Jenni!

Olliver recibió varias palmadas en la espalda y hombros y muchas felicitaciones por parte del equipo. Y como no, acababa de ser invitado a la fiesta de Jenni Mills, la porrista mas talentosa y la chica mas bella de todo el instituto.

Ser invitado a su fiesta era como recibir un Grammy de musica o un Óscar.

El chico se levantó de la mesa y se dirigió a su casillero, sonrisa plasmada en el rostro. Tomó algunos libros para su siguiente clase y se dejó llevar por sus pensamientos.

Quién diría que solo hace unos pocos años pensó suicidarse por los comentarios y el bullying que le hacían, y ahora, era el mas respetado y adorado del colegio.

Sophia no le hacía falta.

El timbre de la escuela sonó, finalizando la jornada de clases. Olliver recogió y guardó sus cosas en su mochila, se despidió de sus compañeros y salió del colegio a paso moderado, tipo las peliculas, con la mochila colgada de lado y una sonrisa despampanante.

Sacó el skate de debajo de una banca del parque y se alejo deslizandose a través de la calles de Wale, seguido de varias chicas locas que no tenían nada mejor que hacer que stalkearlo.

A todas ellas, les dedicó una fugaz sonrisa, dejándolas muertas, y se alejó burlándose en su mente, de su torpeza y obsesión.

Pues ahora, era excesivamente guapo y popular.

Cuando llego a casa, dejó el skate en la entrada de la puerta y entró a su residencia, pasando de largo por el comedor sin saludar a sus tres hermanas menores y a su mamá.

-¡Olliver!-lo llamó su madre desde el comedor-. Hey cariño, ¿y nuestro saludo y beso?-Olliver revoleó los ojos y subió las escaleras, seguido por una de sus hermanas, Kari, la menor.

-Olli, ¿ya no nos vas a contar nuestro cuento del Castillo, la princesa y el Dragon?-dijo su hermana jalando de la manga del Sweater de Olliver y poniendo una adorable carita de perrito.

-¡No!-gritó el chico, que se había malhumorado sin razon aparente, empujando levemente a la nena por las escaleras, quien retrocedió de un brinco y pegó un suto de muerte-. LES DIJE QUE NUNCA MAS IBA A VOLVER A REPETIR ESAS ESTUPIDAS HISTORIAS, AHORA SOY OTRA PERSONA, Y JAMAS DEJARE QUE LA IMAGINACION Y LA MAGIA-dijo esta última palabra con arremedo-. NO ARRUINEN MI REPUTACION DE NUEVO. ¡NO OTRA VEZ!-la niña bajó de las escaleras con la carita empapada en lagrimas y se alejó corriendo hasta la cocina.

Segundos después se escuchó la potente voz de su madre resonar a través de los pasillos:

-Olliver, ¡¿qué demonios te esta pasando?! ¡Ya no eres ese chico del que solíamos hablar con placer y deleitarnos con su historias!

-Cambié Clara, ¡cambié- gritó del mismo modo en el que su madre lo habia hecho y dicho esto, subió las escaleras dando varios tropezones, se adentró a su cuarto y cerró la puerta de un azoton, dejando su mochila sobre la cama.

"Mi familia es una estupidez" pensó el chico. Y si, nadie de su familia entendía lo importante que era la popularidad y la necesidad de madurar para el.

Se dejó caer sobre su cama y sacó su celular de su bolsillo, comenzando a revisar Facebook y otras redes sociales.

Se encontraba jugando solitario, cuando de pronto, su celular soltó un pitido, indicando que un nuevo mensaje había llegado.

Olliver, de mala gana, se tomó la molestia de entrar a su viejo y olvidado correo y con mala cara abrió el mensaje.

Y que sorpresa se iba a dar al hacerlo, pues el mensaje no era de quien esperaba...

When the stars go blueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora