04. Lie

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—Tú debes de ser Hailey, ¿verdad? —su sonrisa me bloqueó aún más. Hizo una pequeña reverencia—. Yo soy Jungkook, encantado de conocerte por fin. V nos habló ayer de ti.

Por un momento me sentí de vuelta a la adolescencia. Tragué saliva intentando ordenar mis ideas para responder lo más rápido posible y no parecer estúpida. Hacía años que no sentía aquella sensación de hormigueo en el estómago.

—Sí... he llegado hace poco, en realidad estaba buscando la lavadora —dije intentando que mi velocidad al hablar no se desbordara por los repentinos nervios.

—Ah, no. Aquí tendrás que lavar la ropa en el río —comentó serio.

Solté un ridículo "ah..." que me costó una carcajada por parte del chico. Él bajó la mirada y se rio, algo que al principio no pude comprender. Estaba claro que tenía la mente demasiado bloqueada como para entender una broma como aquella.

—Tranquila, sólo bromeaba —se encogió de hombros, a lo que yo respondí llevándome la mano a la cara avergonzada. No me atreví a contestar—. Yo te lo llevo —afirmó.

Antes de que pudiera darle a Jungkook una negativa, él ya me había cogido toda la ropa sucia y las toallas que me había proporcionado Soo minutos antes. Hizo un gesto con la cabeza, y yo le seguí.

—No te han enseñado aún la casa, ¿verdad? —preguntó en cuanto comenzamos a andar rumbo a la lavadora.

—No, me he duchado primero. Lo necesitaba, he estado toda la noche en la calle...

—¿Bajo la lluvia? —frunció el ceño con preocupación, a lo que asentí con la cabeza.

—Entiendo... has tenido que pasarlo mal —entramos en la cocina y la cruzamos hasta llegar a la lavadora. Mientras metía mi ropa, prosiguió—. Con nosotros no volverás a vivir algo así. Te protegeremos.

Sentí de nuevo cómo me ruborizaba, incapaz de contestar. Él me miró y volvió a sonreír con aquella expresión de ternura.

—¿Quieres que te enseñe la casa?

Asentí, con tan mala suerte que no me dio tiempo a abrir la boca. Sin esperarlo en absoluto, noté cómo algo se colgaba de mi hombro. Me vi obligada a torcer mi cuerpo hacia la derecha justo cuando escuché aquella voz ya familiar interrumpiendo mi fantasía.

—¿Ya te has duchado? Bien. ¿Venís fuera? Acaban de llegar Jin, Jimin y Hea con comida para hacer barbacoa —dijo V y se frotó las manos contento por el banquete que se avecinaba.

—Vamos —Jungkook asintió y tocó mi espalda con la palma de su mano invitándome a seguir a V. Un agradable escalofrío me recorrió la columna—. Luego continuamos con el tour y te lo enseño todo.

V, que ya estaba en la puerta de la cocina con la intención de salir se giró 180º y nos miró con el ceño fruncido. Señaló a Jungkook con el dedo índice y alzó una de sus cejas:

—Yo la vi primero.

Y con esas cuatro palabras se dio por satisfecho y desapareció por el umbral de la puerta. Parpadeé desconcertada y ladeé la cabeza. Sin embargo, Jungkook se rio y me pasó el brazo por los hombros, gesto con el que también me derretí.

—Qué chico más raro —le dije, empezando a notar que el shock de antes ya se me estaba pasando—. ¿Siempre es tan bipolar?

—Te acostumbrarás a él —ambos comenzamos a andar en dirección a la salida—. Y a todos nosotros. Tenemos nuestras rarezas, pero somos buena gente.

—No lo dudo —contesté compartiendo su risa, teniendo miedo por primera vez de que aquel lugar, al final, llegara a gustarme lo suficiente como para quedarme.

Boy meets evil  » TaehyungWhere stories live. Discover now