Durante todo el trayecto estuve callada. Las afueras de la ciudad no tenían nada que ver con la ciudad en sí, parecía todo mucho más tranquilo. Ya había anochecido cuando entramos en lo que era mi barrio. A Lauren le quedaba bien conducir, la hacía parecer mayor, más madura. En sí Lauren a mi lado parecía toda una mujer, lo contrario a mi que aún parecia una niña. Había atasco, no era extraño.
-Nos va a tener un rato aqui esto - me dijo. - Va, ¿Jugamos a algo?
-¿A qué?
- A las preguntas. - no me gustaba la idea, pero asentí. - Empiezo... ¿Cual es tu comida favorita?
-Mmm... Dificil, - le reconocí - ¿Pizza? ¿pollo? Los platanitos fritos me encantan. - sonrió. Los coches de delante se movieron un poco y ella arrancó. - Me toca... - tenía curiosidad por saber sobre Lauren. - ¿Con cuantos chicos has estado?
- Defineme tu concepcion de "estar" con un chico. -tenía los ojos puestos en la carretera, su tono era neutro. Ni alegría ni enfado en su voz.
- Ehm, pues.., novios, salir, besaros...
- Pues dos. -respondió - Serios, dos y el memo de George. - esperaba que hubiese respondido algo como cien, o cuatrocientos. - me toca. - sonrió de lado, me miró y me observó de arriba a abajo - ¿A que edad diste tu primer beso?
- Creo que los coches abanzan - le dije, aquella pregunta era la que no me gustaba de esos juegos de preguntas.
-No cambies de tema. Veo los coches por mi sola, responde. - su voz era imperativa, me lo estaba ordenando y sus ojos claros se clavaron en los mios.
- Nunca. No ha sucedido. Jamás. - dije rapido, como si intentara que me perdonase por haber intentado evadir la pregunta.
- ¿Por qué? - preguntó extrañada, torciendo el gesto. Trasladó a un lado todo su pelo, meciendolo con sus dedos. Me hubiese gustado tocarlo y saber qué tacto tenía.- ¿Tú religión te lo prohibe?
-Creía que era una pregunta cada una... - me quejé. Sonrió de nuevo y yo me hundí en mi sitio- Y no, nadie me lo prohibe. Simplemente nunca fui muy... Sociable. Los chicos no debían verme muy interesante.
- Pues a mi me lo pareces - el semaforo se puso en verde y abanzamos. Salimos del atasco y llegamos a mi calle.
-Gracias por el viaje- le dije quitandome el cinturon, una vez que ella hubo aparcado. De repente ella echó los seguros, dejandome prisionera dentro de su coche. - ¿Qué haces? Así es imposible que baje... - rió.
Y apareció otra vez esa maldita sonrisa que no sabía a que mierdas venía. Me pusé nerviosa. Ella pasó su mano por mi pelo, como si fuera mi madre, colocandolo en su sitio. Después se giró, quedando de cara a mi.
-Antes no me has dicho que no. - me dijo, atrayendome a ella con su estupida voz. Me giré para verla. - Pero creí que no querías.
-Bueno, yo sólo...
-¿Te da miedo, Camz? -camz camz camz camz, DEJA DE DECIRME CAMZ, quise chillarselo. No dije nada. Ni siquiera respondí a su pregunta. Ella volvió a poner su mano sobre mi pierna, y con la otra mano me acercó a su cara. - No pasa nada, sólo es un beso. -Vi como se acercaba a mi, con los ojos cerrados, casi a camara lenta. Mi corazón sonaba muy fuerte y la necesidad de salir corriendo se apoderó de mi. Por otra parte deseaba besarla, con cada pequeña parte de mi. Y ella posó sus labios sobre los míos, haciendo presión durante unos segundo. Creo que en ese momento sentí que todo a mi alrededor daba vueltas, quería agarrarme a su cuello y besarla de verdad. Pero ella se apartó y yo no me atreví a contradecirla. Quitó el seguro y me abrió la puerta - Buenas noches, preciosa, sueña conmigo. - finalizó, guiñandome de nuevo con su peculiar sonrisa.
Y vamos si lo hice, soñé con ella toda la noche. Soñe con que todo había sido un juego y que Lauren sólo se reía de mi. Después soñé que la besaba yo, de una forma para nada inocente. Y después me desperté de mis sueños, alterada, acalorada, y no pude dejar de pensar en ella. No pude volver a dormirme. Lauren Jauregui me había besado en su coche y yo, yo simplemente la había dejado hacerlo. Mi corazón iba rapido cuando recordaba el tacto de sus labios, suaves. Enloquecía cuando recordaba sus manos en mis piernas, y se paraba en seco si intentaba recordar la voz que ponía cuando me sususrraba.
-¡CAMILA DESPIERTA, TIERRA LLAMANDO A MILA! - Jeremy me chillaba y yo realmente necesitaba dormir. Me había quedado completamente dormida en mi pupitre. ¿Por qué Mila no sonaba tan bien como Camz? - EH, CHICA, DEBERIAS DORMIR MÁS, PORQUE ME SIENTO IGNORADO EN EL COLEGIO.
-Ay, Jems, ¿Que quieres? - le pregunté, agotada.
-Hay un chico nuevo. - rodé los ojos, otra vez no... - Se llama Leo. Es precioso Mila. Es mi leoncito.
-Si nisiquiera vas a ser capaz de hablarle.
- Esta vez si, Mila. Me he enamorado de verdad, hace baile... Con tu noviecita. - por noviecita se referia a Lauren.
-No la llames así, o me obligarás a matarte - le dije secamente. Él me ignoró y siguió parloteando sobre el tal Leo ese.
Esa mañana tenía ensayo para la función y me dirigí al salón de actos. No sabía ni como mirar a Lauren en cuanto la viera. Estaba muy nerviosa, aun no entendía qué había sucedido. Cuando entré me encontre a Normani y a dos chicos en las butacas de al lado del escenario. Me miraron los tres y Normani me sonrió.
-Chicos, esta es Camila - dijo levantandose, poniendose a mi lado y tomandome del hombro.
-¿Sabes mi nombre? -pregunté incredula.
-Claro, Matt me ha hablado de tí. - me sonrió y después me susurró al oído, de manera que solo yo la escuché- y Lauren también.
Y entonces, antes de que pudiese enrojecer o contestar, o simplemente asimilarlo, entró ella al lugar. Iba con un vestido negro, corto y con los tirantes y el cuello bordados en flores negras sobre tela transparente. Casi me pierdo en la falda del vestido, el movimiento que hacía al moverse. Dejaba ver más de lo que el parroco de me iglesia hubiese aceptado en la misa del domingo, y eso me trastornó completamente. Ella caminó hacia nosotros, dejandome ver sus piernas, dejandome contemplar su figura.
-¿Lista para el ensayo, lauren? -apareció el director de la función por detrás. Ella asintió, sin mirarle. Sólo me miraba a mi, que aún me costaba respirar ante tanta perfección, tanta provocación.
Me tomó de la cintura, dejandome completamente desubicada. Empezamos a cantantar puesto que teníamos pianista y no tenía que tocar ninguna de las dos. Los chicos se la comían con los ojos, lo podía notar. Ella solamente estaba en su mundo, nisiquiera les dio importancia a esos babosos. En algun que otro momento pude notarla nerviosa, pude verla morderse el labio. Sentí que me miraba de reojo todo el tiempo. Jamás habia visto a Lauren tan humana, sin toda esa faceta de dura, de guapa, de perfección. Quizás tenía algun problema o un examen dificil, o había vuelto a discutir con el cerdo de su novio. De todas maneras aquella Lauren no era la misma que flotaba en un aura de superioridad por los pasillos del instituto ni por las calles de Nueva York.
Cuando acabó el ensayo me arrastró a la parte de atrás del escenario, donde sólo habia cables y cuerdas.
-¿Qué ha...- me tapó la boca con las manos. Me hizo un gesto para que escuchara. Oí como la gente que había en el salón se iba, oí la puerta metalica cerrarse. Y entonces Lauren me quito la mano de la boca para agredirla con la suya propia.
No me dio tiempo a reaccionar que sus labios estaban pegados a los míos, ella misma me los separó en el beso, dejando espacio para que nuestras lenguas se encontraran. Me descubrí a mi misma cerrando los ojos, agarrandome a su cuello y dejando que sus manos tomaran mi cintura. Aquello era magia. Ella me tomó con fuerza mientras me besaba, pegandome a su cuerpo, como si yo fuera capaz de escaparme. Sus labios eran dulces, su beso no lo era para nada. Parecía haber estado deseando hacer aquello y yo le correspondí completamente. Selló el beso con un ultimo roce en mis labios. Yo estaba alucinando.
-Buf, debí haberlo hecho ayer - me dijo sin aliento, recuperando su tono de voz habitual - No sabes lo que me costó dormirme...- me sonrió de lado, me miró de nuevo de arriba a abajo y entonces me tomó de la mano sacandome de ahi. Tiró de mi cuerpo, devolviendome al salón de actos. - Que quede entre tú y yo, princesa. - me regaló otro beso en la mejilla y simplemente se largó, otra vez en su burbuja de perfección.
Aquello empezaba a volverme loca, si es que no lo estaba completamente ya. Yo jamás había besado a nadie, ni había pensado en besar a una chica, ni había soñado con personas de la manera en que soñaba con ella. Lauren apareció y simplemente lo cambió todo. Me sentía viva en aquel momento, empecé a entender todas esas pelis amorosas en que los protagonistas se besan apasionadamente... Y si tengo que ser sincera me quedé con ganas de más, de más besos y hasta de caricias. Pero no creía que Lauren fuera de ese tipo de personas que te dicen cosas romanticas, te hacen regalos y te llevan de la mano por los sitios. Además, ¿Que era yo para Lauren? Ella me había dicho que había dos clases de personas: Las que le interesan y las que le distraen. No queria ser George en versión femenina.
-¿Que tal el ensayo? - Jeremy apareció de la nada.
-Lauren me ha besado -le dije aún sin creermelo.
-¿Qué? ¿delante de todos? ¿como? - estaba completamente fuera de juego. Pegué la espalda a mi taquilla. - Camila cuentamelo todo ya.
-Ayer estuve en su casa, me besó en su coche, y ahora me ha llevado detrás del escenario... - fui sincera sin esplaiarme en los detalles. Esperé que no me creyera. Yo no le hubiese creído a nadie que me viniese contando aquello. Jeremy cómo gran cotilla que era me pidió que empezara desde el principio, y eso hice. Abatida, deje que él comentara toda la jugada.
-Que fuerte... - suspiró al final de aquella interminable conversación en que me pidió detalles que a mi parecer eran de lo más insignificantes - pues más te vale que no lo vayas contando, Mila... Como George se entere, le va a dar igual que seas una chica... Va a acabar contigo.
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One Wish [Camren fic]
Hayran KurguNo sé como me metí en esto, pero Lauren Jauregui ha cambiado por completo mi vida. (JUST CAMILA POV)