-Arriba, Camz - Lauren señaló hacia arriba - No puedes ver las estrellas si miras al suelo... - se quejó, estirada en su cama. -Mira, las puse con Tay de pequeñas... Y después las quitamos, pero aún hay una. - me señaló una pequeña pegatina en el techo. Brillava, florescente. - En Nueva York no se ven las estrellas... - musitó.
Estabamos en su casa, hacía una semana que había vuelto a incorporarme a mi vida. Había dejado las clases de baile y la función. Iba del colegio a mi casa y de mi casa al colegio. Era incapaz de atender a nada de lo que los profesores explicaban en sus clases. Me concentré en mis libros favoritos, en mi música y en nada más. Esa tarde Lauren intentó sacarme de mi burbuja, me llevó a dar una vuelta por la ciudad y después me invitó a cenar en su casa, no me esforcé en rechazarla porque en el fondo su compañía me hacia sentir un poco menos sola en aquel mundo cruel.
-¿No te gustan las estrellas?- me preguntó.
Me quedé sentada, mirando al techo. Aquella estrella estaba muy sola, brillando en la oscuridad de aquella habitación. Lauren me observaba, acariciando mi mano sobre la cama. Quizás esperaba alguna reacción por mi parte, alguna respuesta a su pregunta. Pero yo no hablaba. No lo había hecho desde que había despertado, ni siquiera había dicho adios a mi madre que se fue completamente preocupada y sin la seguridad de que dejarme en Nueva York fuera la mejor idea. Le pidió a mis amigas que la avisaran si pasaba cualquier cosa porque ellas le convencieron de que debía acabar el curso en lugar de perderlo. Ally me acompañaba todos los días a mi casa y Dinah y ella se habían quedado algunas noches conmigo. Estaba segura de que pensaban que iba a hacer alguna locura. Lauren no estaba menos preocupada que ellas, y de hecho yo sabía que se sentía culpable por habernos dejado marchar en el coche de Jeremy. Yo no la culpaba pero ella no podía saberlo.
-No tengo prisa, Camila - me dijo, incorporandose y abrazandome. Enterré mi cabeza en su cuerpo y dejé que ella apartase las cosas malas del mundo. - No tengo prisa. - repitió. Sentí que se intentaba convencer a si misma de aquello.
La miré y ella me dibujó una sonrisa.
-Tu madre te quiere llevar de vuelta a Miami - comentó, desviando su vista de mi. Asentí. - ¿No volverás el proximo curso? - me encogí de hombros. - No volveré a verte en septiembre... - se respondió. - Mierda, Camila... Ahora que parecía tener todo sentido... - la observé - Y... Yo no debí dejaros ir. - empezó a sonar el fijo de aquella casa, ella me miró por un momento, se levantó de la cama y desapareció de la habitación. Yo no me moví durante unos segundos.
La ventana estaba cerrada y afuera la oscuridad era absoluta. Tomé un marco que había en el escritorio de Lauren y observé aquella foto. Eran ella y sus hermanos, bastantes años atrás, sonrientes, inocentes. Caminé alrededor de la habitación y pasé mis manos por su estantería de libros. Topé con un estereo y miré la pantallita. Estaba en pause, el numerito de la pista y el minuto aparecían y desaparecían, intermitentes. Apreté el botón de play y la música inundó la habitación. El volumen estaba fuerte, tenía un buen equipo de musica, el sonido retumbaba en las paredes. Cerré los ojos dejando que el bajo golpeará mi alma.
Me moví sobre mis pies, empecé a dar vueltas. Pronto me mareé y perdí el sentido del equilibrio. Me tambaleé por dos segundos y volví a girar. Giré durante un rato hasta que unos brazos me tomaron de la cintura parandome. Di media vuelta más, para quedar de frente con Lauren, que me observaba curiosa. Miró su equipo de musica y sonrió de lado. Necesité besar a esa chica en aquel momento, necesité sentir mi corazón latir, necesité saber que seguía viva y que no había muerto yo también en el accidente.
-Camz... - se sorprendió cuando mis labios agredieron los suyos, se apartó un instante después. - ¿No vas a hablar nunca más? - preguntó, cortandome. Negué con la cabeza. - ¿No? - volví a negar. Ella pareció decepcionada y se alejó, sentandose en la cama. Volvió a dedicarme otra sonrisa - Eso significa que no te oiré cantar nunca más... - susurró, con voz triste.
Me senté a su lado y ella colocó mis piernas sobre su regazo. Acarició mi mejilla con los dedos fríos y esta vez fue ella quien me regaló un beso. Noté su calor cerca y deseé que aquello bastara para hacerme feliz. Acabó la pista que estaba sonando y reconocí la voz de Demi Lovato en la siguiente. Cerré los ojos cuando recordé a Jeremy hablando del último concierto de su idola. Recordé esa tarde en que habíamos estado cantando sus canciones por horas. Jeremy tenía una obsesión con Demi, seguía todos sus pasos, conocía todas sus entrevistas... Era una de las pocas obsesiones que compartía con él.
-Like a skyscraper, like a skyscraper - salió de mí, sólo. Ni siquiera era esa la canción que sonaba.
Lauren me miró sorprendida. Empecé a llorar, no intenté ni disimularlo. Lauren me abrazó de nuevo y besó mi cabeza mientras yo volvía a pelear conmigo misma, mientras intentaba controlar mi respiración. Se me nubló la vista y volví a sentir ganas de vomitar. Podía sentir la preocupación de Lauren que no tenía ni idea de qué hacer.
-Camz porfavor vuelve... No quiero perderte - me pidió casi llorando conmigo, sin soltarme. - Tienes que volver, no puedo imaginarme que te vas al acabar el curso. No puedo pensar cómo será mi vida si no puedo oir tu voz de nuevo. - calló, dandose cuenta de que lo que estaba diciendo era lo que piensa uno cuando muere un ser querido - Jeremy era muy importante para tí - llegó a esa conclusión. Sólo asentí - Necesito que vuelvas a ser tú, no hagas que me odie toda la vida por no haber insistido en llevar el coche...
Miré mi pulserita, acaricié la J mayuscula y la escondí, enredandola detrás de la pulsera que Lauren me había regalado. Besé a esa chica que lloraba a mi lado antes de levantarme. Me observó confusa y después entendió lo que sucedía.
-Te llevo a casa -dijo levantandose.
Salí detrás de ella, la seguí por las escaleras y cruzamos el corredor. Pasamos enfrente de la sala del piano, que estaba igual de oscura que el resto de la casa. No había nadie y, si había alguien, no daba señales de vida. La abracé por detrás cuando llegamos a la puerta y ella se dejó abrazar.
-Gracias - musité.
- No tengo prisa, Camz -volvió a decir - Pero esto es horrible.
-No me dejes sola. - supliqué.
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One Wish [Camren fic]
FanficNo sé como me metí en esto, pero Lauren Jauregui ha cambiado por completo mi vida. (JUST CAMILA POV)