El reloj de la salita me estaba poniendo nerviosa, oía el segundero haciendo "tic-tac" incansable. Miré a mi madre hablando con la recepcionista, era la tercera vez que se levantaba. Sentí presión en mi mano y alcé la vista al rostro de Lauren, culpable de estar sujetandome las manos con demasiada fuerza.-No quiero entrar ahi - le dije.
-Lo sé - me contestó. - Pero hay algo que no marcha bien, y hay que arreglar eso.
-Piensas que estoy rota...
-No estás rota, princesa- repusó rapidamente - Sólo que han pasado muchas cosas en muy poco tiempo, y quizás deberíamos haberte traido antes.
-Al loquero.. - suspiré mientras mi madre volvía a sentarse a mi lado.
-No es un loquero, no tienes que estar loco para ir a ver a un psicologo - me dijo con voz serena. Las marcas de preocupación se posaban en sus ojos y en su voz cansada. Había venido en cuanto Lauren la había llamado.
-Pero yo estoy bien, sólo triste. No se puede estar triste cuando se muere alguien? - pregunté a la desesperada.
Lauren me observó, por un segundo olvidé hasta mi nombre, perdida en esos ojos claros que me hipnotizaban. Por un segundo hubiese olvidado también el hecho de estar en una consulta, que mi madre se sentaba a mi lado y que yo estaba ahi en contra de mis deseos. Por un segundo olvidé que no era el momento de besarla. Pero cuando la puerta de madera oscura se abrió, regresé a la realidad.
-Camz, sabes que esto no viene de ahí - dijo recordandome las veces que había hablado sola en presencia de mi chica.
-Señorita Cabello? - una mujer de mediana edad con unas gafas con montura de plata se apoyaba en la puerta, preguntando con su mirada cual de nosotras respondía a ese nombre.
Aunque era lo último que quería en ese momento, Lauren soltó mi mano y mi madre me golpeó suavemente para que me levantara. La mujer de la puerta me dedicó una sonrisa, llevaba el pelo recogidó en un moño y sus gafas colgadas de una cuerdecira marron. Me levanté y acomodé mi falda, mire a mi madre, a mi chica y volví la vista a la
puerta marrón. La mujer empujó la puerta con los dedos para dejar espacio a mi pequeño cuerpo. Y después de entrar detrás de mi, cerró la puerta.-Y dime, cómo estás? - preguntó amablemente, sentandose en un sillón verde musgo.
-Incomoda - respondí, más sinceramente de lo que esperaba.
-Suele pasar la primera vez que alguien entra aqui - sonrió de nuevo y me indicó que me sentara en un sofá a juego con su sillón.
Si soy sincera, no me gusta contarle lo que pasa por mi cabeza a la gente. Me considero una persona extraña, con una mente rápida y algo alocada. A veces pienso cosas y me sorprendo a mi misma de que no me consideren una enferma mental. Me rió yo sola de chistes que hago sin decirlos en alto, me fijo en cosas que a la gente les pasan inadvertidas, tengo mil peliculas ineditas en mi cabeza, pero lo peor de mi es todo aquello que me preocupa y me tiene atada, mis pesadillas, mis miedos... No me gusta hablar con la gente sobre mis problemas, no me gusta contar mis sentimientos, a no ser que sean algo positivo. En definitiva, ir al psicologo no iba a ser mi hobby.
-Primero vamos a conocernos, vale? - me dijo sin perder ese posado amable. - Quien te acompañaba?
-Lauren y mi madre - contesté seca.
-Y qué es Lauren, tu amiga? Tu hermana? Un familiar?
-Algo parecido... - respondí.
-Es importante para ti?
-Lo es. Mucho.
-Y tienes a mucha gente importante a tu alrededor? - sus ojos castaños se posaron en mi.
-Mmm algunas personas... Pocas. No soy muy sociable... - empecé - hasta este año no tenía muchos amigos...
-Interesante...
La mujer empezó a hacer preguntas sobre mis amigos, le hable de Dinah, de Ally, de Normani y de Leo. Le hable hasta de Becca y de la profesora Alice. Le hablé de mi hermana y de mis padres. Le conté que era de Miami. Le conté que tenía un disco y que estaba a punto de participar en un gran evento, a lo que ella respondió que tenía entradas desde hacía dos semanas para el teatro y nuestra función.
- Cual crees que es el problema de este mundo? - preguntó de repente.
-Mmm como? - hice confundida.
-Cual crees que es el principal problema del mundo en el que vivimos?
-Pues... -me detuve a pensar- supongo que la maldad de algunas personas...
-Crees que la gente es mala?
-No todo el mundo. Sólo algunas personas, pero nunca sabes quien va a ser malo, a veces te sorprenden.
-Entonces, no confias en la gente?
-No lo sé...
-Si tuvieras que confiarle tu vida a alguna de las personas de las que me has hablado, quitando a tus padres, quien seria?
Me detuve dos segundos más a pensarlo. La pregunta me parecio algo absurda, quien iba a preocuparse de mi vida? Por qué iba a arriesgarla siquiera y por qué alguien tendría que meterse a salvarme?
-Supongo... No lo sé, quizás Lauren. - respondí - Ella me quiere.
-Y tú arriesgarias tu vida por ella?
-Sin dudarlo.
-Entonces, crees que ella haría lo mismo?
Se hizo el silencio, me quede callada pensando si realmente Lauren llegaría a arriesgar su vida por mi. Si mi vida valia lo suficiente para ella como para ponerse en peligro a si misma. Lauren me quería, no dudaba de su palabra. Sin embargo si dudaba de la magnitud de su promesa. Además estaba el hecho de que, en caso de ser al reves y de ser yo Lauren, yo no arriesgaria mi vida por mi.
-Supongo... -mentí - ella me quiere.
-Entiendo...
Seguimos hablando durante tres cuartos de hora. Ella me hizo explicarle qué cosas me ponian contenta, cuales triste, qué peliculas me gustaban, que colores eran mis favoritos... No hablamos de Jeremy, no hablamos de mis voces en la cabeza, no hablamos de cortes ni de brotes de desordenes alimenticios. No hablamos de nada de eso, ella solo preguntaba y de vez en cuando apuntaba algo en su libreta. Después sonreía. Hizo algun chiste y bromeó conmigo, hizo que mi incomodidad desaparecieran al cabo de un rato.
-Que tal ha ido? - me preguntó Lauren al salir de la salita.
-Bien, supongo... - respondí. Miré hacia atrás para ver a mi madre hablar con la mujer con la que había pasado mi ultima hora y media. - Es simpatica - le dije.
-Lo parece - me sonrió.
-Lauren...
-Qué pasa?
-Yo arriesgaria mi vida por ti - le dije - pero no quiero que jamás te perjudique mi existencia.
-Camz? Que estas diciendo? - su voz era de desconcertada.
-Pues... Que estoy mal... - señale mi cabeza - oigo voces - dramaticé - y ando en sueños... - reí nerviosamente antes de frotarme el brazo en una acción involuntaria - No quiero que jamás estes mal por estar conmigo...
-Camila... - suspiró, como si fuera a decir algo tan obvio que un niño de cinco años lo hubiera sabido - Mal estarïa si no te tuviera en mi vida, mirame... Me has cambiado. Ahora sonrio, canto, doy besos... Si, mira - me dio un beso rapido en los labios - ves? Doy besos. - la miré, perdida en sus ojos - Y son besos de verdad, que hacen que mi corazón se detenga y es una sensación tan bonita y extraña a la vez... Que no la cambiaria por nada. No te cambiaría por absolutamente nada...
-Yo te quiero - le dije.
-Yo arriesgaria mi vida mil veces, con tal de ver esa sonrisa.
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One Wish [Camren fic]
Fiksi PenggemarNo sé como me metí en esto, pero Lauren Jauregui ha cambiado por completo mi vida. (JUST CAMILA POV)