Alejandro.

99 9 6
                                    

Alejandro de Jesús Palacios Campos

He dedicado este pequeño escrito exclusivamente a ti.

Este escrito más pequeño que nuestra larga historia.

Quizá fue más larga de lo que pensamos, ¿no crees?

Yo te amaré el resto de mis días, y nunca voy a negarlo.

Pero ya no tengo miedo puesto que he decidido avanzar.

He estancado mi vida desde tu llegada, y en especial, tu partida.

Ansío con toda mi alma poder tener algún día la fuerza que necesito para poder mostrarte esto y que lo leas.

Aunque, ¿para qué?

Aún no sé.

Realmente estoy segura de nunca volver a tenerte siendo parte de mi vida.

Porque realmente estoy segura de que nunca vas a volver a regresar.

Y realmente estoy segura de nunca otra vez, dejarme llevar por tus tantas promesas y volver a ti.


De que vuelves cuando quieres y me dejes cuando quieres.

¿Tienes idea de lo que ocurrió conmigo después de esa llamada?

Espero que no.

Me volviste a destrozar.

Aún después de que la noche anterior me juraras por tu vida que no lo harías otra vez.

Pero es mi culpa por confiar en donde ya me han clavado cuarenta cuchillos en la espalda.

Me destrozaste, pero mil veces más fuerte que todas las veces anteriores.

Pero bueno, ubiquémonos, no estoy escribiendo esto para reprocharte nada.

No lo digo por hacerte sentir culpable.

Lo juro.

Lo digo para que ojalá así por fin te des cuenta que después de todo eso, aquí sigo, escribiéndote fielmente cada noche.

Siempre me voy a cuestionar el por qué yo seguía volviendo contigo si ya sabía en lo que iba a acabar.

Quizá algún día lo sepa.

Quizá algún día lo sepas.

Quizá algún día te supere.

Quizá algún día ya no pueda recordarte por más que lo intente.

Quizá algún día me olvide por completo de ti.

Sólo quizá.

Debería agradecerte por dejar estándares tan altos a los próximos hombres de mi vida.

Te lo dije muchas veces y sé que al leer esto lo recordarás.

Porque claro que los habrá, supongo que tiene que haber.

Juro por mi alma que pase lo que pase, si me llego a enamorar perdidamente de alguien más, o si incluso no llego a querer a ninguno de ellos, jamás voy a olvidarme de ti.

Eres una parte increíble de mi vida, sin mencionar que literalmente toda mi adolescencia se trató de mí contigo.

A tu lado me convertí de niña a mujer.

Ambos nos vimos crecer cada día, física y emocionalmente.

Además de que las veces que estábamos bien y en paz, éramos los mejores amigos.

Yo siempre pude confiar en ti, y tú en mí.

Nos formamos como personas.

Aprendimos cómo se sentía el amor.

Te amo por siempre.

Y espero que me ames todo el tiempo futuro también.

Y si no, nos quedará a los dos un perfecto y lindo recuerdo de cómo se sentía querernos.

Deseo con toda mi alma que seas tan feliz que no puedas creerlo, que seas amado todos y cada uno de tus días por la persona correcta y que puedas siempre recordarme con tranquilidad, nostalgia y una sonrisa.

Espero algún día nos volvamos a encontrar siendo adultos, maduros y sabios, saludarnos sorprendidos y cordialmente, invitarnos un café y que me hables sobre lo mucho que triunfas en la vida, de cuántos quilates es el anillo de tu esposa,  y de qué color es el cabello de tus hijos.

Mientras tanto, cuídate y sé muy feliz.

El chico que duerma a mi lado no sabrá que existes.

Y la chica que duerma a tu lado tendrá todo mi respeto y agradecimiento.

Por hacer feliz a un niño que me hizo feliz a mí mucho tiempo.

Nos amo a los dos; a ti, a mí.

Y por ese amor, nos deseo lo mejor por el resto de nuestras vidas.

Tal vez nunca juntos.

Y tal vez siempre separados.



Siempre tuya,
Estephania Ruíz Yerena.

AlejandroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora