Estoy perdida.
Apenas me voy dando cuenta de eso.
Reflexioné y llegué a la peor de las conclusiones, como es aquella en la que asimilo que ni todos mis amigos, ni toda mi familia, ni siquiera yo, han sido suficientes para borrar la tinta que tatuaste en mi piel.
Tinta de labios que se me iba tatuando cada vez que me obsequiabas un beso.
Tinta de manos que se me iba tatuando cada vez que me tocabas, me acariciabas.
¡Y claro!, las miradas también me las tatuabas.
Cada que me veías fijamente por varios segundos, y después suspirabas, sonreías y me decías cuánto me amabas y qué tan feliz te sentías a mi lado.
Y está de más decir que tus palabras también se encuentran escritas por todo mi cuerpo.
Elogios, frases cariñosas, románticas poesías, canciones que me componías, dedicatorias, promesas, juramentos, pactos, y obvio, mentiras.
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Alejandro
RomanceAlejandro, lo mejor que has hecho con tus dedos más que hacer sonar el bajo y la guitarra, es haberme tocado el alma y el corazón.
