Demasiado tarde

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Dean atravesó la puerta de la suite de hotel y la cerró tras guardar la tarjeta magnética en su cartera y depositarla en su bolsillo.  Caminó torpemente hasta la habitación donde había dormido los días anteriores con Sam y, al abrir la puerta, el hermano pequeño ya estaba caminando hacia donde él se encontraba.

- ¿Dónde estabas?-preguntó- Porque no me creo lo de la idea salida de la nada e irte de caza sin avisar.

- Sí avisé, se lo dije a Emma. Y soy mayorcito para hacer lo que quiera -era lo suficientemente consciente para dar respuestas lógicas, sin embargo, la manera en la que arrastraba las palabras hacía notar que estaba borracho.

- ¿Has bebido?- era más una afirmación que una pregunta.

- ¿Y a ti qué te importa? -respondió el aludido infantilmente sentándose en su cama.

- Pues sí, me importa - Se acercó a Dean-. Nunca haces esto durante un caso. ¿Es por...?-Ni sabía cómo decirlo. Todavía estaba digiriendo que su hermano tenía una hija adolescente.

- Sam, cállate. Hablamos mañana. Estarán durmiendo- señaló al tabique; al otro lado, ciertamente Emma dormía, pero no Rachel. Rachel tenía la cabeza tan llena de cosas que pensar, asumir, explicar, que ni llevando 72 horas despierta hubiese podido caer en los brazos de Morfeo - y no quiero despertarlas.

- Precisamente por eso. Ellas están durmiendo, no se enterarán de nada. Y contigo siempre es lo mismo. Cuando te emborrachas prometes hablar al día siguiente, al día siguiente dices tener un dolor de cabeza enorme por la resaca, y vas esquivando la conversación hasta que tiro la toalla - su hermano mayor agachó la cabeza, más por cansancio que porque Sam tuviera razón -. Pero esto no. Nunca haces esto en medio de un caso, y sé que en estas circunstancias menos. Sé que te sientes responsable, y sé que... que Rachel apareciera con la que ha resultado ser... hija tuya... ha sido impactante. En cambio...

- Tú no sabes nada - le cortó Dean, alzando un poco la voz.

- Sí, sí que lo sé - se sentó a su lado-. Sé que no te lo esperabas en absoluto, sé que conocerla ha puesto tu cabeza patas arriba y no sabes qué hacer, sé que todavía estás asumiéndolo, y te conozco. Seguro que ya te has hecho algún tipo de promesa a ti mismo de protegerla sin importar las consecuencias. Y yo soy tu hermano pequeño, y has ejercido de padre mil veces mejor que nuestro propio padre...

- Para - le pidió el mayor.

- ... por eso sé que tomes la decisión que tomes, será lo correcto, y...-continuó Sam

- Para - suplicó.

- ... sé que te culpas de lo que ha pasado, de lo de la bestia, de no estar ahí estos años, pero a partir de ahora, serás un padre increíble, y sí, lo sé porque lo he vivido y porque te he visto con niños...

- ¡Para! - estalló Dean.

Se levantó de la cama de golpe, y tuvo que apoyarse en la pared, ya que el mareo que tenía, leve no era.

Quedó de espaldas a la puerta, por donde apareció Rachel al oír su voz desde la habitación contigua. Él agachó la cabeza, tenía tantas cosas en las que pensar. Sin embargo, iba tan ebrio que le era muy difícil conectarlas y construir una frase coherente para explicar lo que quería a su hermano.

Antes de que ella pudiera pronunciar una palabra para hacer notar su presencia, Sam le indicó con la mano que no lo hiciera, pero que tampoco saliese del cuarto.

Se levantó también de la cama y se puso frente a su hermano.

- No lo entiendes - dijo finalmente el mayor.

Tan sencillo como llamarte 'Papá'Donde viven las historias. Descúbrelo ahora