Capítulo 7

238 23 6
                                    

El camino a uno de los otros cuartos fue incomodo o por lo menos lo fue para el moreno.

Tenía un desorden en su interior y lamentablemente era notorio, mas la persona que deseaba que lo viera no se percataba de ello o lo evitaba por completo.

¿Era una inocente indiferencia o en verdad tenía el descaro de huir de la situación? Aunque él no podía hablar, estuvo haciendo lo dicho por demasiado tiempo.

¿En verdad fueron tan idiotas para terminar en algo así?

–¿De qué quieres hablar, JongIn?

Y la pregunta en verdad parecía de alguien de que no entendía nada y de cierta manera lo frustró un poco más.

–Hay mucho para decir, pero creo que será mejor que empiece por lo primordial.

En realidad todo era importante, sin embargo a esas alturas ya existían prioridades.

–¿Qué pasó? ¿Te metiste en problemas? –cuando lo dijo intentó de acercarse al menor y el último no hizo más que dar un paso hacia atrás, acto efectuado por puro reflejo. Lo notó y decidió no decirle nada–. En serio, dime.

JongIn no era de dar muchos rodeos, pero si era algo que los involucraba a ambos era diferente, demasiado diferente.

–Quiero... Tengo que hablarte de Lay –la mirada reflejada en los ojos adversos cambió y su puño diestro se cerró con fuerza, todo a producto de lo que acababa de ver–. ¿Recuerdas lo del espejo?

–Estaba roto, sí, ¿pero qué tiene que ver con él?

De a poco JunMyeon parecía desesperarse, no lo culpaba, en parte él también estaba así y quién sabe si no estaría mucho peor en su lugar. Igual todo lo que sentían iban en diferentes direcciones ahora y eso era lo trágico para JongIn.

–Calma, intentaré de decirte todo y bien –claro, como si pudiera, pero se esforzaría–. Traje a BaekHyun aquí, el chico que viste con KyungSoo y conmigo. Él es otro guardián.

–Estoy calmado –intentaban ambos de creerlo–. ¿En verdad? Me sorprende, ¿ya estás encontrando a más?

–Sí, por eso mismo te hablo del tema y tiene mucha relación con él.

–¿Por qué?

–Es su compañero, JunMyeon. Es el guardián de la Luz.

El rostro del otro volvió a la calma y percibió esperanza, algo que hizo que tuviera un dolor en el pecho. Le torturaba la situación y todo lo que podía notar en el mayor. Dolía y mucho, igual no podía ser egoísta y menos con él.

–¿Qué pasó con Lay? ¿Conseguiste nueva información? ¿Qué? –podía seguir con las preguntas si no fuera que seguirían chocando una y otra vez.

–En verdad, ¿puedes tranquilizarte un poco? –intentó que su verdadero animo no se viera expuesto–. Lo diré, te lo diré –dijo como si necesitara pactarlo con sí mismo, que lograra así aquella voluntad que creía perdida ya–. Al saber que BaekHyun era ese un guardián en particular todas las piezas encajaron y lo traje aquí, en donde su presencia es fuerte y sobre todo para ti –tomó una bocanada de aire, resultaba complicado, a pesar de lo ridículo que pudiese ser ante ajenos del tema–. Vino a tu cuarto y se acercó al espejo principal, utilizó sus poderes, luego de eso la imagen de Lay se reflejó en el espejo y al final terminó como lo viste. Después de todo eso no pasó nada más.

El relato era simple, mas la atmósfera era tensa y JunMyeon se daba cuenta, el otro lo estaba subestimando con el hecho de estar al tanto de su estado y no podía dejar eso de lado, a pesar de la dicha que le causaba la idea de tener más cerca la liberación del chico, ese que siempre aparecía en sus sueños, JongIn también era importante.

–¿Por qué estás así? –al que le preguntó aquello lo tomó por sorpresa, ya que no se esperaba que  fuese tan rápido al grano del asunto.

No le gustaba verse débil ante el guardián del agua, mas a veces era inevitable, como si pudiera sacar a luz todo de él con una simple palabra, un mero gesto o una tenue mirada.

Y ahora estaba allí JongIn, acercándose a uno de los sofás y simplemente se sentó mirando el suelo, dejando que sus brazos descansaran en ambas piernas.

No sabía que decirle y menos cuando lo que le pasaba no podía crear nada productivo, únicamente un sentimiento confuso para ambas partes.

–No hay caso en que te lo diga, todo seguirá igual.

No era lo esperado y a la vez sí, en ocasiones palabras así eran obvias, no obstante sabía que a veces el más joven podía ser el hombre más testarudo de la Tierra.

–¿A pesar del tiempo que llevamos conociéndonos no tienes la confianza necesaria para decírmelo? –no era eso, la persona que le acompañaba lo sabía. Confiaba, pero no era suficiente–. No importa, aunque sea para que te calmes un poco aquí estoy, siempre estaré –dijo cuando comenzó a acercarse a él y se puso a su altura, exactamente de frente y buscó sus manos, para así tomarlo de las mismas–. A veces percibo que deposito todo en ti, ¿sabes? Me costó darme cuenta o siquiera quería verlo. Tienes en claro lo que pasó y pasa, sin embargo continuas con tu rol de guardián y a la vez simplemente sigues siendo JongIn, ese chico que termina frustrado, algo que me hace verme a mí mismo como un total egoísta –lo estaba sorprendiendo demasiado, ¿desde cuándo el mayor encontró tal claridad?–. Aún sigo hundido en mi dicha por lo que me contaste... igual no puedo dejar de pensar en ti y en lo que te pasa. Nunca puedo dejar de pensar en ti.

El sentido de las últimas frases era confuso y cuando se dignó a verle a los ojos fue cuando vio un verdadero sentimiento de culpa y una sensación que no sabía descifrar, algo que seguramente siquiera el dueño de la misma podría llegar a comprender.

Le miraba y su interior le gritaba que lo abrazara, que le dijera que no era culpable de nada, que todo estaría bien y que haría su dicha mucho mayor, aunque todo dependiera de dejar la propia a un lado. Y a su vez deseaba hacer lo mismo y cambiar algunos aspectos, contando el hecho de lo fácil que sería unir sus labios, aprovechar sus impulsos y de esa manera llevarle a su mundo, algo que sería difícil, sobre todo cuando aún no estaba allí del todo.

JunMyeon estaba y a la vez no, ¿entonces por qué le decía que siempre pensaba en él? Era confuso, todo lo era.

–No me mires así... –susurró y a los pocos segundos sintió como si un camión hubiera pasado encima de todo su cuerpo, especialmente una puntada muy fuerte en la cabeza, acto que le hizo liberar un sonoro quejido.

–¿Qué pasa? –el mayor no tardó en alarmarse y lo tomó por lo hombros, algo que no duró demasiado, todo cuando el otro entre gritos lo apartó–. ¡¿Qué te pasa?! ¡Calma, JongIn!

"LuHan, LuHan, LuHan"

Fue lo único que se pudo entender entre todo lo que pasaba.

Fue lo único que se pudo entender entre todo lo que pasaba

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


REESCRIBIENDO / Rebirth {SuLay/KaiHo, SeBaek}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora