Capítulo 9

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La señal de peligro se había encendido hace unas horas, la que fue lo suficientemente fuerte para arrastrarlo en búsqueda de lo que la causaba.

Estaba temiendo lo peor y la vida no haría otra cosa que corroborarlo.

LuHan ya se encontraba recorriendo la ciudad y con una desesperación que con cada minuto era más palpable.

¿Qué ocurría? ¿Qué era? ¿Qué era aquella energía que lo mantenía tan alerta? Aunque ciertos matices de su interior le decía que era algo que ya vivió.

Su cuerpo lo reconocía sin importar las lagunas que existían en su memoria.

No podía permitir que ajenos a la situación salieran heridos y menos cuando ya tenía en mente el causante de todo, por lo que buscó el rincón más remoto de entre aquellas calles, que cada vez rozaban más la definición de turbio.

Sin embargo no existía algo más turbio que "aquello".

¿Y cuál sitio pudo llegar con su afectada cordura? A un callejón, ese representante de una escena sacada de cualquier película, pero era tan real que a esas alturas ni gracia podría dar.

—¡Sal de una vez! —gritó a lo alto notando que su energía corporal y mental estaba tambaleando, pero no por ello los objetos cercanos a él pararon de volar, algo que logró gracias a sus propias habilidades.

Instintivamente intentaba de protegerse de esa neblina color carmesí que empezaba a intervenir en su visión y que no hacía otra cosa que envolverlo por todo el radio cercano a su persona.

—Mierda... —esquivó como pudo el contacto con aquella repulsiva presencia, aunque sus piernas (conjunto con sus otras extremidades) empezaban a temblar ante la fuerza que le era consumida.

Tenía poder, mas no el suficiente en ese momento y estar solo (sin olvidar su poca estabilidad) no lograban la mejor combinación. 

Sí, se había confiado demasiado y todo para no involucrar a los demás, sabiendo muy bien que si perecía ahora no se lo perdonaría, menos con la desdicha y problemas que dejaría detrás.

Solamente le quedaba aferrarse a la pared detrás de sí, clavar sus manos allí y dejar a su mente hacer el resto, creando luego de tanto tiempo un escudo psíquico que lo protegería, aunque sería tan inestable su potencia que le daría sólo para uno simples minutos, los que tendría que utilizar para idear un plan... ¿pero cómo pensaría ante aquella situación en la que estaba envuelto?

Sus ojos parecían ser capturados por aquel color rojo y su cerebro sufría, le dolía la cabeza de tal forma que era como un cronómetro recordándole que todo se iba a apagar pronto.

La desolación parecía estar a la vuelta de la esquina, hasta que su piel empezó a temblar y a la vez doler, no siendo igual a lo que le ocurría antes.

El ambiente empezaba a helarse, esa era la realidad.

Cuando sus rodillas impactaron contra el suelo (todo a causa del cansancio) al fin pudo ver a su alrededor que las paredes del callejón se cubrieron por una notable capa de hielo, repitiéndose lo mismo por el suelo y algunos de los antiguos objetos que usó como armas.

Sin embargo el enemigo seguía allí y se aprovecharía de los puntos débiles de su barrera, intentando así de llegar a él, hasta que LuHan desapareció para reaparecer un par de metros por delante.

El espectro rojizo ante el fallo y la molestia que se interponía ante su principal deseo prefirió desaparecer, dejando detrás aquel congelado espectáculo y un par de figuras de más.

—¡LuHan! ¿Estás bien? —escuchó la voz familiar de su compañero, ese que se apartó de él para contemplar mejor lo que pasaba—. Qué ray... —no pudo seguir, sintió un repentino y frío contacto en la nuca, exactamente uno que provenía de un arma de fuego.

—¿Qué hacen paseando en nuestro territorio, JongIn?

—¿... MinSeok?

Sí, el que lo había salvado no era otro que el guardián del hielo.

Sí, el que lo había salvado no era otro que el guardián del hielo

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REESCRIBIENDO / Rebirth {SuLay/KaiHo, SeBaek}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora