3.ÉL

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  Frank observó la figura humana proyectada en forma de sombra y escondida en un rincón de la terraza.

Asustado, consiguió decir casi gritando:

  —¿Quién eres?

No obtuvo respuesta alguna a parte de las mil posibilidades que la oscuridad le susurraba. Tragó saliva, inspiró profundamente y se acercó al ser inmóvil.

Bajo la luz de la luna, pudo distinguir su pálida tez, sus brazos un tanto musculados, unos ojos enormes sin poder decir aún de qué color eran y su pelo negro azabache. Era un muchacho normal y corriente aunque iba vestido de forma exageradamente formal con camisa, corbata y unos elegantes pantalones. Le sacaba dos cabezas, aunque tampoco es que Frank fuera muy alto.

El otro chico, confuso, observó al valiente chico que se había acercado hasta él. No dejaba de ser una de sus víctimas, pero ya no estaba tan seguro de qué hacer. El pequeño era realmente lindo y su voz era agradable y sugerente. Además, por alguna extraña razón, su rostro le resultaba familiar. Aun saber lo que debía hacer, el desconocido finalmente decidió. Contestarle o dirigirle palabra alguna era tan arriesgado como no borrarle la memoria.

La sangre de Frank se heló al notar el contacto directo con la fría mano del contrario, quien se la puso en la cara. Lo último que le pareció ver desde su cama fue el chico misterioso convirtiéndose en algo mucho más pequeño y volador antes de irse surcando las sombras.

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  El murciélago volaba hacia casa, como siempre siguiendo la luz de la luna. Se sentía lleno de energía, pues la sangre de ese inocente chico sabía tan suculenta como olía.

Aun así, no se sentía realizado. Notaba un malestar aunque dudaba que fuera físico. ¿Qué era, entonces? Alguien como él no podía sentir. Eran raras excepciones los seres de su especie que lograban experimentar emociones humanas. Y una vez lo habían hecho y se les había descubierto, estaban perdidos. Su clan les rechazaba, arrebatándoles seguridad alguna. Una vez oyó hablar sobre el "miedo". ¿Era eso lo que sentía aun sin saber qué significaba exactamente "sentir"?

Mil preguntas bailaban en su extraordinario cerebro. Pero por sobre de todas ellas había algo que le acababa de impulsar a tomar otra decisión.

  Antes de que los primeros rayos de sol acariciaran la cara de quien esa noche había sido su víctima, Gerard volvía a estar en la cueva de siempre, esperando con ansia que la noche volviera a llegar.

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VAMPIRES WILL NEVER HURT YOU (Spanish)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora