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Capítulo 44: Suturaste una parte de mi roto corazón.

Capítulo dedicado a:

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Capítulo 44: Suturaste una parte de mi roto corazón.

Helena...

Cristián me encontró antes de lo que yo esperaba. No pensé que él fuera capaz de imaginar que yo vendría aquí, ni siquiera yo pensaba terminar en este sitio. Pero, cuando luego de enloquecer, necesitaba un sitio en el cual ocultarme; vino a mi mente ese día en que él me trajo aquí sorpresivamente y como me hizo sentir segura y relajada.

Así que tome un taxi y le pedí que me trajera a este sitio. Una parte de mi en verdad deseaba que no fuera a lograrlo, pero había una parte más grande que en verdad necesitaba que él lo hiciera... Una gran parte que necesitaba darse cuenta que hay alguien en el mundo que es capaz de localizarme así me vaya al fin del mundo y que no dude en dejar todo e ir a buscarme.

-¿Podemos irnos a casa ahora?-le pido y entonces me ayuda a ponerme de pie y con lentitud comenzamos a avanzar hacia su auto. Puedo ver en sus ojos y en sus gesto como quiere decirme algo; pero se está conteniendo y se lo agradezco un montón, porque no necesito que me regañe por mi estupidez más de lo que yo ya lo he hecho o más de lo que mi mamá va a hacer.

El camino a casa es silencioso, pero no es un silencio incomodo. Cristián mantiene mi mano fuertemente asegurada en la suya durante todo este, como si temería que fuera una simple ilusión que va a escapar de su vista en cuanto se descuide.

Y yo me mantengo lo más relajada que me es posible, pero conforme nos acercamos, mi estomago comienza a retorcerse con nervios. Mamá debe de estar tan enojada conmigo, que estoy segura que posiblemente voy a durar castigada por el resto de mis días.

-¿Estás lista para esto?-me pregunta Cristián mientras se detiene a una cuadra de que lleguemos a su casa.

-No-le respondo de manera entrecortada.-Pero supongo que mamá debe estar enloquecida, así que hagamos esto de una vez.

-Todo va a estar bien-me promete  mientras besa el dorso de mi mano y arranca de nuevo el coche.

Lentamente nos acercamos y siento como mis palmas comienzan a sudar; y sé que Cristián también lo nota porque sostiene mi mano un poco más fuerte.

Entonces, finalmente llegamos y tomo una profunda respiración mientras observo a Cristián que está rodeando el auto para abrirme la puerta. Y es en el justo momento en el que el abre la puerta del auto, que la puerta de su casa chirria al abrirse y puedo escuchar la madera crujir cuando se impacta con fuerza en la pared.

-"Eso debió dejar un marca"-pienso ilógicamente mientras miro aturdida al borrón de personas que se dirigen a toda velocidad hacia nosotros. Mi mamá encabeza la fila, seguida muy de cerca por la señora Dana que trae en sus brazos a Emily y por ultimo al final puedo ver a Erick siguiendo lo que parecer ser una muy enojada Sierra. No alcanzo a procesar esto porque en un pequeño segundo paso de estar sosteniendo la mano de Cristián a estar rodeada por los brazos de mi mamá, su abrazo es un poco agresivo pero nunca me había sentido más feliz ni más agradecida de verla; su olor me envuelve de inmediato, ese aroma que siempre la rodea de su perfume favorito acompañado mezclado con el sencillo aroma que simplemente se desprende de ella.

-Helena, mi Helena. Estás bien, estás aquí-me dice alejándose de mi un momento para poder mirarme a los ojos, mientras limpia unas cuantas lágrimas que no me había dado cuenta se están escapando de mis ojos.- No vuelvas jamás en tu vida a hacerme algo como esto de nuevo, casi me enloquezco cuando me avisaron que no te encontraban en ningún sitio. ¿Qué estabas pensando al escaparte de este modo?