Capítulo 2: Nuevos vecinos.

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Capítulo dedicado a: NatalySchwartz

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Capítulo 2: Nuevos vecinos.

Helena..

-¿Helena? ¿Eres tú?-escucho que me pregunta mi mamá desde la cocina, en cuanto entro a la casa.- ¿Por qué has dado un portazo?

-Mamá, creo que tenemos nuevos vecinos-le respondo cuando sale de la cocina.

-Lo sé, el camión de la mudanza llegó esta mañana, creí que te lo había contado-dice mientras se quita el mandil.

-Pues no lo hiciste-le reclamo mientras recuerdo el hermoso auto estacionado fuera de la casa que se había mantenido vacía por algún tiempo.

-No entiendo porque estás tan alterada por eso.

-Porque cuando estaba en el parque había un chico mirándome y creo que es el nuevo vecino-le exclamó de nuevo recordando esos increíbles ojos verdes que me provocaron un escalofrío... Tan intensos, tan profundos...

-Por amor a Dios Helena, ¿quién rayos va a  mirarte? Sobretodo, ¿por qué rayos un chico iba a fijarse en tí?-me pregunta Camile, mi hermana, mientras baja las escaleras en todo su esplendor. De las dos, ella siempre ha sido la hermosa; con su metro y setenta de altura, su curvilínea figura, su impresionante cabello negro y su impactante sentido de la moda. Sobra decir que de las dos, ella es la que siempre se roba la atención de todo el mundo.

-Camile, ahórrate tus palabras si no tienes nada bueno que decir, no quiero que comiences a insultar a tu hermana de nuevo-le reprende mi mamá mientras toma un pastel, que no había notado hasta ahora, de la mesa de centro.-Helena, vendrás conmigo.

-¿A dónde?-le pregunto alarmada mientras se acerca a mí.

-A casa de los nuevos vecinos, les llevaremos el pastel para darles la bienvenida.

-Pero acabo de decirte que hay un chico ahí-me quejo cuando ya está empujándome para abrir la puerta.

-Yo puedo acompañarte mamá-dice enseguida Camile subiendo un poco más su falda.

-No, dije que Helena va conmigo, tú no saldrás de esta casa hasta que te cambies esa falda-obviamente Camile se enoja por esto y mientras ella sube dando tumbos las escaleras hacia su cuarto, mi mamá me toma de la mano y prácticamente me arrastra hacia la casa de los vecinos, que solo está a dos puertas de la nuestra.

-Mamá no es necesario que hagamos esto-le digo antes de que toque la puerta, pero me ignora y en su lugar toca el timbre. Esperamos por algunos momentos y entonces nos habré la puerta una muy hermosa mujer.

Parece tener la edad de mi mamá, quizás  unos cuarenta y algo, pero es muy hermosa. Su cabello es completamente rizado y de un castaño claro y sus ojos son de un profundo café; y si, en definitiva ella es la mamá del chico que me miraba  hace un rato.

-Buenas tardes, ¿puedo ayudarlas en algo?-nos pregunta amablemente y su sonrisa es tan amistosa que te hace sentir de inmediato en confianza.

-Hola, somos tus nuevas vecinas, vivimos a dos puertas de aquí-le responde mi mamá y le tiende el pastel.-Quisimos traerles este regalo de bienvenida.

-Eso es muy encantador de su parte-dice la mujer tomando el pastel.-Pero pasen, tomen un café con nosotros.

-Eso no es necesario-le dice mi mamá de inmediato.

-Insistió-nos dice de nuevo haciéndose hacia un lado para dejarnos pasar.-Necesito un descanso de tantas cosas que debo desempacar.

Antes de darme cuenta mi mamá y yo ya estamos cruzando la puerta y siguiendo a la señora al interior de la casa. La cual es muy similar en estructura a la nuestra, pero está llena de cajas y muebles mal acomodados por todas partes.

Mientras caminamos hacia la cocina, no puedo evitar mirar a mi alrededor para ver si él está por algún lado, pero entonces siento algo que se abraza a mi pierna. De inmediato me giro a mirar qué es y me encuentro con la bebé más hermosa que he visto en mi vida: su cabello también es muy rizado y tiene los mismos ojos verdes que el chico, es tan hermosa que parece una muñeca de verdad, además tiene un gran parecido con él.

-¿Puedo cargarla?-pregunto en voz alta, pero ni siquiera espero una respuesta cuando ya me estoy agachando por ella.

-¡Eso es increíble!-exclama la señora con sus ojos muy abiertos por la sorpresa.-Ella no deja que nadie además de su hermano y yo la carguemos, siempre hace un gran escándalo cuando alguien intenta cargarla.

Sus palabras me parecen increíbles, porque la pequeña niña me sonríe abiertamente mientras juega con algo de mi cabello.

-Haz logrado algo increíble en verdad-me repite antes de seguir caminando a la cocina. -Por cierto soy Dana Evans y ella es Emily.

-Es un placer-le dice mi mamá y toma la mano que le tiende la señora Dana.-Soy Amelia Johnson y ella es mi hija Helena.

-El placer es mío y en verdad agradezco está bienvenida, siempre es bueno conocer a alguien cuando uno es nuevo en el barrio- en ese momento dejo de escuchar la conversación porque me quedo observando el gran árbol que tienen en el patio, es muy hermoso y me mantiene distraída hasta que escucho que la señora Dana grita un nombre que me paraliza de inmediato, aunque no tanto como lo que se materializa en la cocina.

Ahí está de nuevo él y ahora que lo tengo cerca puedo observarlo: es alto, muy alto, quizás le llegaria escasamente al hombro si me parará junto a él. Su cabello es rizado al igual que el de su madre y su hermana pequeña y sus ojos en definitiva son verdes también, solo que los de él son más intensos. Y tiene las facciones más masculinas que alguna vez he visto de cerca, pero lo más impresionante de todo es que apareció aquí sin camisa y yo ni siquiera sabía que alguien podia tener así de tonificado el cuerpo.

-¡Cristián!-le grita su mamá cuando lo ve y le arroja un trapo.-Ponte algo encima, tenemos invitadas.

De inmediato y aún sin apartar su mirada de mí, saca de su espalda una camisa, que supongo traía colgando de la bolsa del pantalón y se la pone rápidamente.

-Lamento eso-nos dice, pero su sonrisa demuestra lo contrario; además su voz es tan profunda que me provoca un escalofrío.

En ese momento su pequeña hermana por fin lo nota en la habitación y comienza a ponerse inquieta en mis brazos para que él la cargué.

-¿Qué clase de magia usaste para que ella te dejará cargarla?-me pregunta tomándola de mis brazos.

-Ninguna-digo por lo bajo antes de aclarar mi garganta para que mi voz vuelva a la normalidad.-Solo la cargué y ya.

-Bueno, algo mágico debes tener en tí, porque muchas personas han tratado de cargarla sin más y eso desata la tercera guerra mundial-su mirada es demasiado intensa mientras me dice esto, por lo que doy un paso hacia atrás para recuperar algo de oxígeno y de espacio personal; porque toda su presencia me está poniendo muy nerviosa.

-Te aseguró que no hay absolutamente nada extraordinario ni mágico en mí, solo soy una chica simple, muy simple-le digo y me quedo un momento ahí bajo su escrutinio; solo hasta que me incomoda su mirada y huyó lejos de él, por segunda vez en el día, hacia dónde están nuestras mamás.

Te Arreglaré. (#Fix You 1)✔️(Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora