Un viaje al pasado

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-Buenas noches Kaito

-Buenas noches...Hermes -Respondo un poco nervioso. Rápidamente me separo de Kim, ésta parece no inmutarse- ¿Qué te trae por aquí?

El mentón de Hermes apunta hacia la chica que duerme plácidamente a mi lado –Es sobre Kim y es urgente.

El tono que ha utilizado no me gusta para nada. Me levanto de la cama.

-Te parece un vuelo nocturno hacia la azotea del edificio? -Pregunta él.




Soy un mago, siempre estoy preparado. Mi ala delta ya se encuentra en uso, a mi lado Hermes con sus zapatillas voladoras me guía hacia lo más alto del edificio.

-¿Y? ¿Qué sucede con Kim? -Pregunto cerrando mis alas –Si es porque está durmiendo conmigo, puedo explicarlo...

-Es sobre lo que ocurrió hoy, Kaito .Y también acerca de sus comportamientos, su pasado, su hermano...

Insisto, no me gusta nada el tono que está utilizando. Algo no va bien, luce serio y decidido a contarme algo.

-Comienza por el principio y se claro por favor, para poder comprender todo –Le pido.

-Voy a comenzar haciéndote unas preguntas ¿Te has preguntado por qué casi no habla? ¿Por qué no ríe? ¿Por qué se comporta como una niña pequeña?

Es verdad, me he preguntado todo eso, me da curiosidad todo de ella, no es una chica normal.

Hermes apoya su espalda contra el balcón y prosigue –Al ser un dios, debo ocuparme mayoritariamente de mis deberes como tal. No siempre estuve con ella, solo cuando era una bebé. Conocí a su madre en Estados Unidos hace casi 14 años. Ella de nacionalidad japonesa había ido por asuntos de trabajo, pero terminó por quedarse a vivir allá. Tenía un niño de doce años, de nombre Tatsumi, no conocí muchos detalles acerca del padre del menor, sólo que era separada hace ya varios años. Pasaron los meses, me enamoré de ella y al tiempo nació Kim, desde el minuto en que la vi, supe que sería distinta a todos mis otros hijos e hijas. Se veía tan frágil, tan pequeña...Tanto me preocupe de que no les pasara nada , que terminé descuidando mis tareas asignadas. Y como nos sucede a todos nosotros –Su mirada apuntaba al cielo- Tenemos que abandonar a nuestras familias mortales. Aun así ella creció feliz. A sus cinco años, cuando su madre murió de una repentina enfermedad –Hizo una pausa, se notaba dolor en sus palabras y sobra decir que a mi la noticia me había dado como golpe en el estómago -Cuando me enteré lo primero que hice fue ir a verlos. Tatsumi y Kim se encontraban desamparados, además ella era muy pequeña, el shock que recibió fue duro, pero tenía el a su hermano mayor, que siempre velaba por ella, hacia el papel de padre mejor que yo. No dude en brindarles apoyo y con esto me refiero a que les proporcioné un hogar e iba a visitarlos cada vez que se me tenía permitido. Kim era feliz y si ella era feliz, Tatsumi también lo era y a mi me causaba un gran alivio. Pasó el tiempo y mi hija cumplió ocho años...los padres no se dan cuenta de lo rápido que crecen los hijos. Y lo chicos como Kim comienzan a sufrir "esas consecuencias" de a poco, si es que no llegan de golpe. Kaito, nuestro mundo está llena de cosas, el tipo de cosas que los mortales no perciben. Ocurrió de a poco, un evento tras otros. Tatsumi no podía seguir cuidándola, al ser mortal, no podía hacer nada contra las situaciones que afectaban a Kim. Los semidioses a cierta edad comienzan a s sufrir ataques de los diversos monstruos y criaturas de las que seguro has oído mencionar en las historias de la antigua Grecia...Pedí a su hermano poder llevarla al campamento mestizo, lugar donde los hijos de los dioses van a parar. Allí aprenden todo lo relacionado con "su mundo", a formar parte de una gran familia, pero sobre todo a sobrevivir. Le presenté a dos de sus otros hermanos, unos traviesos que intentaron animarla cuanto pudieron. Pero no resultó, "Yo quiero quedarme con mi hermano" , ella lo repitió una y otra vez. Ambos encontramos que la mejor solución por el momento era llevarla lo más lejos posible, y que mejor que el país natal de su madre. Nuevamente me preocupé de que pudieran vivir tranquilos, no los volví a ver en mucho tiempo, pero sabía que se encontraban bien y a menudo recibía cartas de Tatsumi, que confirmaban eso y también explicaba las pequeñas características que Kim heredó de mi.

Tiramisú, Kaito Kid y una hija de HermesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora