Kim bajo amenaza

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No pude pegar ojo en toda la noche, el mensaje me había dejado descolocado. Alguien no solo sabía mi identidad, sino que también la vida de Kim estaba en riesgo. Rogué a la vida que fuera una broma de Hermes o que me había equivocado al leer, pero en el fondo tenía la desagradable certeza de que no era así. Intenté hacer memoria, pero no recordaba haber sido descuidado y enemigos de ese tipo no tenía. Fui un par de veces al cuarto de Kim esa noche para verificar que todo estuviera en orden y era tanta mi paranoia que ante el más pequeño ruido me sobresaltaba. Hasta que finalmente los rayos de sol colándose por la ventana me hicieron volver un poco a la realidad.


Para distraerme un poco me dirigí a la sala a ordenar los papeles con los preparativos de mi próximo robo. Se trataba de un rubí de la India. Llegaría en aproximadamente dos días a una de las joyerías más importantes del país y sería puesta en exhibición esa misma tarde. Como siempre anunciaría mi espectáculo a través de una carta; formalidad, ante todo.

Eso me hizo pensar en la "amenaza" que recibí anoche. Tal vez era un poco arriesgado, pero si quería averiguar quién era la persona del mensaje tenía que dar el primer paso yo mismo.

Justo cuando terminaba de escribir el comunicado, Kim apareció en la sala pidiéndome el desayuno y una vez ambos sentados la curiosidad me invadió generando una duda mucho más grande.

-Kim ¿De casualidad le has contado a alguien sobre mí?

- ¿Algo sobre qué?

-Ya sabes. Yo y mi identidad secreta –dije rodando los ojos y ella me devolvió la mirada sin expresión alguna.

-No...Hermes dijo que era un secreto tuyo y de mi hermano. Y los secretos de mi hermano no se los cuento a nadie.

Quedé impresionado ¿Así que el desgraciado de Hermes le había dicho eso a su hija y por eso nunca dijo nada? Sabía que Kim no mentía con respecto a eso y me había quitado la duda de encima, pero eso no evitaba que siguiera preocupado por la situación.



Al terminar de desayunar le expliqué a Kim que tenía que ir a entregar una carta y junto con Tiramisú nos dirigimos a la joyería. Ella observaba como llevaba mis manos en los bolsillos de mi pantalón y no dudó en preguntar.

- ¿Para quién es la carta?

-Para los dueños -Respondí unos metros antes de llegar y la niña captó el mensaje.

- ¿Tienes trabajo nuevamente?

Levanté una ceja y la miré seguro de mí mismo con una media sonrisa -Así es.



Todo ocurrió según lo planeado, dejé mi carta, antes de la tienda pasamos a la tienda a comprar un par de cosas que faltaban para la casa y al llegar encendí la televisión en la cual ya pasaban el anuncio de mi próximo robo, que por obvias razones sería exitoso.

Y la tarde transcurrió sin novedad alguna, salvo que a la hora de dormir llegó otro sobre blanco por debajo de la puerta. Kim se aproximó ansiosa y lo tomó entre sus manos, pero yo temía de que se trataba y rápidamente se lo quité de las manos restándole importancia al asunto.

-Son solo las cuentas por paga. Ve a dormir.

Ella me hizo caso y una vez que sentí la puerta de su habitación cerrarse abrí inmediatamente el sobre. No me equivocaba, eran nuevamente fotografías mías y de Kim de esa misma tarde. Unas saliendo de la joyería y otras saliendo de la tienda y junto a ellas un nuevo mensaje.

 "Cuídala bien, Kaito Kid".

La frustración y la rabia se apoderaron de mí, arrugué el sobre y con un simple truco de magia lo hice cenizas. Subí a mi habitación y me recosté mal humorado en la cama. Mis emociones se estaban saliendo de control, cosa que rara vez ocurría, me giré y mis ojos se posaron en el gran cuadro de mi padre que adornaba la pared de mi cuarto.

- ¿Qué hago en un momento como este, papá? -Le hablé al rostro inerte.



Suponía que la noche sería igual que la anterior y al cabo de un rato escuché a Kim dirigirse al cuarto de baño y luego a tocar mi puerta. La abrí y miré a la chica de arriba abajo, ella se frotaba incómoda las manos y miraba nerviosa hacia el suelo.

- ¿Qué te sucede? -Pregunté y ella me miró fugazmente con los ojos apenados.

-Estoy sangrando –Dijo con la voz en un hilo.

Yo solo la miré confuso hasta que capté el mensaje y estoy seguro que mi cara en ese momento eran solo dos puntos y una raya. Tardé unos segundos en reaccionar y la tomé de los hombros.

-Escúchame, no pasa nada, tienes que estar tranquila, es normal a tu edad.

Ella me miraba incómoda y preguntó ¿Me ayudas?

- ¡No! Es decir ¡Sí! Pero...eh...Déjame llamar a Aoko, ella sabrá que hacer –Le dije mientras salía de mi habitación en dirección a la escalera, pero Kim me sujetó del brazo.

- ¡No me dejes sola! -Me sujetó aún más fuerte.

-Kim, lo siento, pero no soy la persona indicada para ayudarte con esto –Explicaba tratando de zafarme, pero la chica me sujetaba con fuerza.

La tomé de los hombros nuevamente y le expliqué -Escucha, deja que busque a alguien que realmente pueda ser útil.

-Kaito, tú te has curado heridas antes, ayúdame ahora.

- ¡Pero esto no es una herida!

Kim se mostró confundida y soltó - ¿Quieres mirar?

-¡Nooo!

Pero ya era tarde, la hija de Hermes se había levantado la camisa de dormir a la altura de su cadera y estaba cubriendo mis ojos cuando me percaté de la mancha rojiza que apuntaba en su cuerpo.

-Me golpee la rodilla con el escritorio.

No vale la pena describir mi cara cuando me di cuenta de la situación, me sentía un idiota y solo diré que podría haberme tragado una mosca y ni cuenta me hubiese dado. Cerré mis ojos y froté mi cien buscando paciencia por cada rincón de mi mente.

-Ven, yo te curo.   



Hola :v 

Al fin me digné a actualizar esta kk 

No sé si alguien aún la lea, pero ya con esto de la cuarentena pude darme el ánimo de actualizar, ya quedan solo 2 capítulos más y se termina :o

Espero que estén bien y que si pueden quedarse en su casa resguardándose, por favor háganlo, es complicado todo lo que está ocurriendo a nivel mundial. 

Cuídense mucho y cualquier duda, comentario o si quieren conversar estoy aquí :D 

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⏰ Última actualización: Mar 21, 2020 ⏰

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Tiramisú, Kaito Kid y una hija de HermesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora