VII - No es fácil pedir perdón

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El rubio modelo no podía estarse tranquilo, se sentó sobre una mojada banca y esperando que Plagg saciara su apetito meditó sobre todo lo ocurrido aquella mañana. Se encontraba confundido, azorado. No sabía que pensar ni en quien. Tenía a dos muchachas en sus pensamientos, y ambas se encontraban en delicado estado de salud. Sabía dónde vivía una, pero no la otra. Al menos podía ir a ver a una de las dos. Eso aliviaría un poco su corazón desconcertado.

-Listo muchacho, termine mi camembert, te pediría más, pero entiendo que tienes prisa así que no te quito más tiempo – dijo el escurridizo gato parlante.

-Gracias Plagg – respondió el portador con parsimonia. Recitó la transformación y fue en dirección a la panadería.

Se asomó por el balcón y tocó tres veces por la tablilla del suelo que conectaba al segundo piso en la habitación de Marinette. "¿Pase?" dijo una voz dudosa por dentro. Chat entró lentamente también con movimientos dudosos. Cuando vio a la chica recostada mirándolo perpleja, su corazón se aceleró. Quiso sonreírle, pero recordó que no iba como Adrien, sino como Chat y, por tanto, no tenía buenas razones para estar ahí supuestamente.

-Chat Noir... ¿qué... qué haces aquí? – habló la muchacha.

-Ho-hola – respondió este avergonzado – Yo... solo quería saber cómo te encuentras.

- ¿encontrarme? Pues... estoy bien, gracias.

- Me alegro... Supe que Vengative también iba detrás de ti así que quería estar seguro que todo estaba bien, además que te vi muy enferma hace un rato...

Aquel gesto conmocionó a Marinette ¿En verdad preocupó tanto al felino? Era la segunda vez que lo veía tan de cerca estando ella sin su máscara de héroe. La primera vez fue cuando Evillustrator la perseguía y ella le encargó como Ladybug que cuidara de sí misma como ciudadana corriente.

-¡Ah! Sí. Estoy algo enferma, pero nada grave – corroboró. Sentía que el muchacho estaba actuando algo extraño. No se veía igual de confianzudo y galante como era normal. Se notaba tímido y nervioso. - ¿Sucede algo Chat Noir? Supongo que es común que vayas a visitar a las víctimas de los ataques de Hawk Moth ¿o no?

-Suce... No claro que no – respondió rascándose la nuca. Si se sentía extraño, sentía ganas de querer abrazarla, sin embargo, no tenían tal tipo de cercanía en esa perspectiva ya que nunca se relacionaron como tal. Sentía ganas de liberar su transformación para poder charlar con más confianza y seguridad, pero era algo imposible en esas circunstancias. Al menos si fueran amigos en tal plano podría intentar confesarle tal secreto, pero era otra cosa imposible. Debía actuar solo como un velador del bienestar ciudadano lo que colocaba ciertas barreras entre la cordialidad y la intimidad.

A pesar de que él suele actuar como un galanteador por sentirse libre bajo el antifaz de héroe incógnito ya no podía serlo frente a esta chica. Comenzaba a verla distinto, aunque el mismo aun no lo notaba.

Se encontraba de pie, tomado de la barandilla de la escalera que conecta al balcón, mirándola con admiración oculta. Sus ojos felinos eran más desarrollados que siendo solo Adrien, era parte del poder que le otorgaba fusionarse con Plagg ¿Qué poderes demás recibiría Ladybug? Pensó de pronto. Pero fue un corto pensamiento porque luego volvió a la cavilación de admirar a la azabache frente a sí. Trataba de mirar cada parte de ella que más tarde pudiera recordar. Sus ojos se movían vacilantes, pero se detuvo más tiempo en la caída sobre los hombros del cabello suelto de la muchacha. Jamás lo usaba así, siempre llevaba alguna especie de recogido en las que nunca había reparado y que concluyó se le veían hermosos una vez los recordó. Pero suelto, se le veía igual de bello. Deseaba decírselo, pero ¿con qué confianza?

El último AkumaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora