XV - La última reunión

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Alya llegó lo más rápido que pudo al cuarto de Marinette. El fuerte grito que oyó con voz de su amiga no le dejó duda que era real y no un sueño. Se despertó bruscamente y fue al cuarto de su amiga en el segundo piso. Al parecer ella fue la única en oírla, y al entrar la encontró arrodillada frente al ventanal llorando hacia la obscuridad.

- ¡Marinette! ¿qué sucede? Te oí gritar... - la única respuesta que recibió fue el fuerte abrazo de la dolida añil.

A la mañana siguiente ambas amanecieron juntas recostadas. Y una vez despiertas, por fin la peli azul fue capaz de confesar a su amiga tanta amargura. Le explicó su extraña relación con el héroe de Paris y cómo supuestamente había iniciado el día en que él la rescató hace unos meses de un depósito que destruyó por completo su cuarto, y cómo las siguientes confusiones entre ambos rubios que invadían su mente, no la dejaban en paz sin contar todo el rollo del instituto. Le mencionó que, de manera confidencial sabía que Ladybug sentía lo mismo por Chat, sin embargo, él ya no sentía lo mismo tan intensamente, y que por causa de que la heroína parisense confundiera al felino declarándole su amor con un beso, este decidió tomar distancia de ambas para aclarar sus sentimientos.

-Y tú... ¿también estás confundida, o ya estás decidida a ir por Chat Noir? – consultó al final del relato la castaña.

-Aún estoy confusa, pero Chat es ahora más importante para mí. Adrien solo me ve como a una amiga.

-Todo esto con Ladybug está muy complicado ¿qué crees que haría él? Bueno... Ladybug... yo creía que ella quería a alguien más, siempre rechazando a Chat y evitando sus coqueteos...

-Sí, pero todo se dio vuelta... Bueno Alya, no hay más que decir, solo esperare a que todo siga su curso... No quiero confundir más a Chat, ni a mí misma...

-Está bien.

Corrieron dos días normales, con duros exámenes para la azabache que a duras penas lograba aprobar. Sus otros compañeros no lo tenían mejor, pero también pasaban contentos.

Finalmente quedaban dos semanas para la fiesta de graduación de los egresados. La escuela vuelta loca con los preparativos, decoraciones, reposterías y horarios de vigilancia a programar para esa noche no daban abasto con el término de las clases y el último ataque de Papillon que los dejó a todos consternados. Todo el mundo supo cómo los principales héroes parisinos fueron derrotados de una manera desoladora y gracias a la aparición de dos nuevas portadoras pudieron seguir a salvo en la ciudad. El miedo se había apoderado de los corazones parisenses para no dejarlos más. Cada alma viajaba con consternación y pánico, procurando hallar cosas positivas en cada acción del día para así no vender sus almas al diablo, o más bien, Hawk Moth.

Por supuesto Marinette llevaba confeccionando esas últimas semanas de libertad su vestido, Alya y Davina habían arrendado el suyo, y Juleka, Rose, Myléne, y los demás los habían comprado con buenas ofertas.

Esas últimas semanas se habían ido de viaje, y de manera muy relajada. Ningún villano hizo aparición, ni hubo intentos de asaltos o problemas delictuales. La ciudad no quería más problemas.

Tan solo quedaban 3 días.

Marinette aún se acuclillaba en su balcón a la espera de divisar la silueta felina, aunque fuera en la lejanía. Observaba a Adrien con cautela los últimos días que compartió con él, preguntándose si valdría la pena confesarle todo lo que alguna vez sintió por él y aún no lograba borrar.

Davina salía cada tarde con Nathaniel, no desperdiciaron ningún día.

Alya y Nino, intentaban persuadir a sus amigos de salir a solas para olvidar las penas, pues, por supuesto, el moreno estaba al tanto de los sentimientos de Adrien y su actual situación. Pero no hubo caso, jamás los tomaron en cuenta.

El último AkumaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora