III - ¿Qué significa esto? ¡Yo no fui!

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Todo comenzó de una manera extraña, en que Marinette jamás creería tener un problema como tal, ni en el que llegaría a separarse de Alya y no por una discusión normal. Pues que puedes hacer si hay pruebas de un hecho a pesar de que seas inocente. No hay manera de refutarlo a menos que poseas una contraprueba igual de fuerte.

- ¿Por qué lo hiciste Marinette? – preguntaba la castaña entre elocuentes sollozos – ¡sabías lo importante que era!

- A-Alya... por favor créeme... yo no lo hice – repetía la ojiazul también con evidentes lágrimas y voz cortada, luego de una larga discusión.

- No es necesario que intentes disuadirme Mari, tengo las pruebas, no me dirás que no eres tú quien sale en el vídeo... No hay justificación, no voy a pedirte más que me la des... ya no hay vuelta... esto no tiene arreglo y sabes lo costoso que era... y para quién...

- Alya por favor créeme... - dijo por último la ojiazul a tiempo de cubrirse el rostro y salir corriendo avergonzada y humillada fuera de la escuela antes de que Adrien notara el espectáculo. Sin embargo, este último se enteraría de todos modos, esos rumores corren y más cuando tienes en la clase una rubia muchacha que adora los chismes y ver la humillación del resto.

El rubio se limitó solo a lanzar una mirada de soslayo a su amiga afligida y consternada con un valioso objeto roto entre las manos y los ojos hinchados por el llanto. No quiso preguntar al novio de esta y su mejor amigo, Nino, que sucedía, no quería ser entrometido. Pero para disgusto de ambos morenos y el rubio, Chloé no tuvo piedad y entre una tenue sonrisa, ojos divertidos y mirada fiera se acerca al pupitre de Adrien sentándose en este corriendo bruscamente el bolso del muchacho. El ojiverde no quiso tensar más el ambiente así que solo le lanzo una fría mirada a la rubia. Pero no fue suficiente. Entre carcajadas sonoras y chillonas Chloe abre la boca para chismear.

-Hay Adrien ¿no ves? Marinette no es una buena influencia ¡quién sabe con qué venga después! Ya viste, yo estoy segura que en primer año de prepa fue ella la que tomo mi pulsera y después ante el terror que todos la descubrieran debe haberlo metido en mi bolso haciéndome creer que siempre estuvo allí. Y pensar que en algún momento le robaría a su propia mejor amiga y le rompería ese broche tan hermoso. Claro que yo me lo podría comprar de nuevo, y ese lo botaría a la basura, pero Alya no tiene tanto dinero, pobrecita debe haberle costado mucho... – se burló en un tono irónico. El ambiente estaba muy tenso, nadie quiere replicar contra Chloé, contra la manera tan libre en que traía horribles recuerdos a la mente de la más afectada y que todos compadecían. Sin embargo, una voz cortó el discurso que ésta procuraba continuar.

- ¡Cállate Chloé, no te metas con Marinette, no es tu asunto! – Fue Alya misma quien enfrentó a la rubia.

- Vaya... y ahora la defiendes. Fue ella quien te hizo daño, no yo. Fue ella quien te traicionó, no yo. Y no me hagas callar, no hablo contigo si no con mi Adriensito. Y como te decía Adrinkins– retomó Chloé su tema dirigiendo voz y mirada hacia el muchacho al frente de ella, sentado, sorprendido, y completamente confundido – entonces ambas lloraban como niñas y Marinette salió corriendo, de seguro porque no tenía como salir de aquel embrollo tan embarazoso ¡que descaro! Y luego...

- ¡Ya basta! – le volvió a cortar la morena con una fuerte palmada en su mesa mientras bruscamente se levantaba y dirigía una mirada feroz a Chloé y llena de lágrimas – ¡Qué acaso no entiendes el daño que haces! ¿Acaso no tienes sentimientos? Para ti todo es broma, burla, estupideces... Sin embargo, solo importa lo que te suceda a ti ¿por qué no hablas de TUS penosos sucesos? Aquellos tan tristes y desconsoladores. – Luego de esto, Alya tomo sus cosas y se dirigió a la salida del salón mientras sin darse cuenta dijo en voz alta uno de sus pensamientos – Debe haber una razón... - era el pensamiento que más la atormentaba, porque no lograba entender porque su mejor amiga haría algo como "eso", y a pesar de que con todas sus fuerzas trataba de creerle a Marinette (¡Y lo hubiera hecho!) aquel vídeo mataba todas sus esperanzas, vídeo en el cual se podía ver a la azabache entrar la tarde anterior al salón donde aún quedaban pertenencias de algunos estudiantes que se hallaban en un taller adicional en una sala contigua, entre las cosas se hallaban las de Alya y, sin titubeo aparente la muchacha de cabello azulado hurga dentro de la mochila de Alya, rompe un objeto brilloso tal vez moliéndolo contra la mesa o golpeándolo, lo regresa sigilosamente a su sitio, y vuelve a salir como si nada. Todo parecía ser grabado desde alguna ventana fuera del salón, justo en el momento preciso, quizás alguien vio algo sospechoso en la actitud de la ojiazul y decidió seguirla y acorralarla.

El último AkumaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora