Un nuevo verano.

Capitulo 10.

La noche era profunda pero clara, dejando ver las hermosas estrellas del firmamento que resplandecían como diamantina derramada sobre una hoja azul ultramar, o al menos esa era la idea que cruzaba por la mente de la adolescente que veía por la ventana en la cabaña del misterio, mientras su tío Ford y su gemelo intentaban pensar en una forma de encontrar al ser que acababan de perder. De repente vio los arbustos moverse y salir de ahí a Blake, apenas asomándose para que no lo vieran le hizo señas para que saliera. Mabel negó en un principio, no había forma de salir sin que la vieran, pero luego se le ocurrió que podía intentarlo por la ventana del cuarto.

-Me iré a dormir, buenas noches..

-Alto ahí jovensita, esto es también tu culpa, te quedas hasta que resolvamos esto.-le detuvo Ford.

-Tío Ford, ya es tarde, estoy cansada y por ahora no van a encontrarlo, quiero irme a dormir..-protestó con los ojos comenzando a humedecerse, era una estupenda actriz.

-No, no no no, Mabel no llores..-su hermano ya sabía que a veces se ponía de mal humor cuando le daba mucho sueño, y cuando eso pasaba él sufría.-...tío Ford, por favor deja que se duerma.-pidió Dipper volteando a verle.

-...esta bien, a dormir los dos

-¿Qué? ¿Y yo por qué?

-A dormir Dipper...

-Ya escuchaste chico.-le cortaron los mayores y no le quedó de otra que obedecer.

Subieron de mala gana hasta su cuarto, Mabel ya no podría salir por tener a su hermano técnicamente vigilandola.

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No pasó mucho rato antes de que Dipper se quedara dormido, estaba más cansado de lo que aparentaba y sentía. Se levantó finalmente al verlo empezar a roncar, saliendo por la ventana y encontrando al muchacho sentado detrás de un árbol en el suelo, cerca del lugar donde lo había visto salir.

-Hola Blake, ya vine..disculpa la demora, tuve que esperar a que Dipper se durmiera...-sonrió un poco apenada.

-No importa, tenía que esperarte.-le devolvió una sincera sonrisa. Mabel tenía un gran don para hacer feliz a la gente y cambiarla para que fuera buena, aunque eso para Bill no era algo que le agradara.

Le ofreció el brazo cual caballero, jugando ambos mientras caminaban adentrándose en el bosque; Mabel se aferró más cuando escuchó lobos a lo lejos, además de que iban a la parte profunda y el follaje se hacía más denso, entonces reconoció el lugar y comenzó a distinguir en la oscuridad la silueta de una casita. El mayor abrió la puerta dejándola pasar, mientras ella veía atenta la cabaña y acostumbraba su vista a la luz del interior, proporcionada por una hermosa chimenea de piedra tallada.

-Blake, este lugar es hermoso, ¿tu lo hiciste?..

-Sí, pero aún falta decorar...te hice una promesa, es hora de cumplirla...-dijo extendiendo la mano para entregarle un pequeño cristal.-..me ayudarás a amueblar mi casa?..

-...¡¡¡Claro que sí!!!-gritó de repente recibiendo el objeto y explorándolo hasta que descubrió que funcionaba como una varita.

Entre los dos decoraron la cabaña, lo único que el demonio le prohibió fue que dejara alguna habitación como si un montón de gnomos hubieran vomitado ahí, en definitiva no era fan de los arcoiris, así que no la dejaría darle ese estilo a su nuevo hogar. Cuando al fin quedó listo todo, la recorrieron completa para comprobar que se veía bien y al mayor le agradara, fue todo un éxito y Mabel al fin se había cansado. La cargó en brazos cuando se quedó dormida en uno de los sillones, llevándola a una de las habitaciones "de invitados" que recién habían decorado y salió de la habitación dejándola descansar, en tanto él se quedaba en su cuarto aún pensando las cosas, cerrando con seguro por si acaso, ya que tenía su forma triangular.