Capitulo 20.

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Fue casi al anochecer que llegaron Stan y Dipper a casa, riendo y molestándose uno al otro. El adolescente se le había ocurrido llevar al octogenario hombre a un parque de diversiones que había en el otro pueblo, uno más grande que el que él había alquilado y que sí obedecía las normas de seguridad, además de tener atracciones y juegos más locos y divertidos, algunos de los cuales le encantaron a ambos después de gritar casi como niñas la primera vez que subieron. La velocidad era increíble y la altura impresionante, si no hubiera sido porque Stan tuvo que soportar días antes los gustos de Bill por la velocidad al volante, seguro le hubiese dado un infarto al subir a aquella salvaje montaña rusa. Afortunadamente no paso nada y sólo se divirtieron como hace mucho no lo hacían, regresando a casa felices y exhaustos.

-tío Ford, Mabel, estamos en casa! -gritó apenas cruzó el umbral de la puerta y corrió a la cocina por un refrescante vaso de agua, ya se había cansado de la soda del parque y la comida chatarra.

-en un momento subo..-respondió desde el laboratorio.

-muy bien, ahora, que tenemos para cenar...-abrió la nevera y le dio un vistazo.

-aún tenemos algo se carne asada oooo...podríamos cocinar algo más.

-sólo si está vez los ayudo, la última vez hicieron un desastre...-intervino Ford entrando a la cocina.

-bien, aunque nos quitas la diversión...-respondió su hermano con total naturalidad, tal parecía que había olvidado que estaba molesto con él.

-y que prepararemos? -cuestionó Dipper recargándose en la mesa.

-esa es una buena pregunta, podríamos improvisar..-sonrió divertido el mayor.

-con el tío Ford aquí?...-intento no reír.

-adivinaré, así hicieron el desastre la vez anterior...-sólo recibió pequeñas risas por respuesta, era algo tan obvio.-...definitivamente no, iré a buscar una receta o algo...

-vamos Ford, diviertete un poco

-anda tío Ford, hay que intentar, seguro el tío Stan se comporta esta vez...

Como era de esperarse, Ford se resistió un buen rato y después sin previo aviso ya se encontraba cocinando con los otros dos, medio embarrado de distintas especias y algo de harina, pero feliz. Tenían razón, era divertido volver a ser niño, sin preocupaciones, entendía que Mabel y Stan fueran así, más aún ver a Dipper, quien le recordaba a si mismo...y lo que él nunca supo ser. Si tan solo hubiera sabido actuar así en el pasado, seguro jamás hubiera tenido ese distanciamiento con Stan y las cosas hubieran sido muy diferentes.

Cuando finalmente terminaron de preparar la cena ya eran cerca de las 9 y la noche ya había invadido el bosque, se encontraban realmente hambrientos después de los juegos que pasaron y Ford ahora sabía porque ensuciaban tanto al cocinar.

-oigan, esperen...y Mabel?..-se detuvo antes de sentarse a la mesa, notando al fin la ausencia de su hermana.

-hasta donde supe aún no regresaba...y ya es tarde...deberíamos de ir por ella...-vio primero su reloj y luego la ventana.

-no creo que haya problema, dijo que estaría con Blake...aunque podríamos llevarle un poco de esta deliciosa comida...-dijo el mayor saboreando el primer bocado, muy tranquilo y hambriento.

-Stan...-su gemelo se le quedó viendo hasta que éste cedió y se levantó para ir por su sobrina, no sin antes guardar un poco de comida en un recipiente de plástico.

-bien, listo, vamos por nuestra linda Mabel......aunque no le veo problema en que se quede ahí, ya durmió en su casa una vez...

No tardaron mucho en llegar, aunque no les gustaba para nada como lucía el camino a esas horas. Les sorprendió ver la tenue luz de la chimenea apenas alumbrar un poco las ventanas, esperaban que esos dos tuvieran casi una fiesta para ellos solos; tocaron la puerta un par de veces ya que no parecían escucharles, hasta que vieron que estaba abierta y pasaron con cuidado, encontrando una escena que los dejó sin habla, no podían dejar de mirarlos.

Un nuevo verano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora