Capítulo 20: El Brazo de Lucifer.

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Hiro.

La lluvia había cesado, y se podía escuchar a las luciérnagas salir de sus escondites, mientras se escuchaban aquellos pasos acercándose hacia mí.

-ya sé que eres tu Shiro.

-¿enserio? Deberías saber que soy Medusa.

-entonces, ¿Por qué vienes como Shiro la portadora y no como Medusa?

-no necesito ese poder por el momento. –empezó a caminar en círculos después de decir esto. Hasta que finalmente, me di la vuelta para verle la cara.

-se por qué estás aquí. –Ella no se sorprendió por lo que dije, definitivamente este es... - Shiro... tú no eres mala persona. – parece que eso si no se esperaba que dijera. –solo estas lastimada, y estas siendo cegada por los mismos que te acogieron.

-¿crees que puedes corromperme?

-no, lo que está a punto de pasar es inevitable. Solo quiero que abras los ojos después de lo que pasara.... Yuki no mato a tus padres.

Snow.

Aquella figura que se mostraba frente a mí, con una sonrisa de poder y maldad, empezó a caminar lentamente hacia nosotros. Con mi mano aparte a Elene, poniéndola tras de mí y dije en susurro. –vete de aquí.

-¿Por qué? Puedo ayudarte...

-no, no puedes, ese es Belfegor... el segundo demonio.

-sabes que puedo oírlos, ¿no?

Regrese mi mirada hacia aquel demonio. Belfegor es mucho más fuerte que yo, Elena no tiene probabilidades de ganar aquí... ni si quiera yo seré capaz de salir ileso.

-Belfegor... tú eras el de elite que salió cuando se abrió la puerta... ahora entiendo porque habían demonios buscando los anillos, Tú los comandabas.

-así es, no tengo nada que ocultar. Aunque Saithan va a estar muy molesto contigo... cuando regrese.

-no regresara. Vine aquí para impedirlo, ni si quiera tienes el valor para llamarlo por su nombre, no te tengo miedo.

-*Belfegor ríe" ¿crees que me da miedo decir el nombre de mi padre? Es más bien respeto Yuki. Cuando el regrese, solo nosotros reinaremos.

-eso no pasara. – dije mientras Belfegor empezaba a cambiar su apariencia. Su rostro empezó a hacerse gelatinoso y empezó a desprenderse. Estaba mostrando su auténtica forma... quiere pelear.

-Vine por los anillo Yuki. No me importan las vidas de tus aliados, todos van a morir, incluyéndote, ¿Dónde está el anillo de Artemisa?

-en un lugar bien protegido. Creí que tus intereses se basaban en el anillo Ares.

-Ares, Atenea y Artemisa. Ambos son anillos de guerra incomparables. Si no tengo el de Ares, tendré el de Atenea. – dijo mirando a Elena, mientras su rostro se cae completamente, mostrando su horrenda apariencia, dos cuernos en la cabeza, un cráneo grande sin ojos y colmillos de demonio, Belfegor vino a matar.

-¡Elena, corre! – dije mientras formaba mi espada y me ponía en posición de ataque.

-¡Snow!

-¡ay, demonios! – tras no escucharme, decidí sacarla a la fuerza. Lance una energía de plasma estelar. La cual la debió teletransportar a un lugar seguro.

Belfegor corría hacia mí con grandes dagas en mano, mientras preparaba mi espada para la mayor de las peleas hasta ahora.

Hiro.

The Strangest Dark WorldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora