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Ross.
Espero que Duff no crea que esta "invitación" sea para que regresemos al estilo de vida que teníamos hace un años. Las cosas no serán así. Él puede vivir aquí, pero solo por Michelle. Yo seguiré trabajando, prepararé comida para Michelle y para mí, y seguiré gastando solo en ella y yo.
Duff sólo será un inquilino, y si hace un rato me porté bien con él, es sólo porque es el padre de mi hija. Ya no lo amo, ya no me gusta, ya no siento nada por él. Espero que el entienda esto, que piense en mis zapatos y que no sea egoísta como suele serlo. Cuando llega, viene con su maleta, y con varias cajas de cartón. Me ve y sonríe.
-Ya regresé...-
-Si, me di cuenta. ¿qué son esas cajas?-
-Bueno, aquí están todas tus cosas...-
-¿Qué? No, no... Ya no quiero esas cosas, son recuerdos que no quiero tener en mente.-
-Vamos, Ross. Seguro que hay un vestido que aún quieres...-
-No quiero. Tener estas cosas conmigo es como regresar contigo, y de verdad no quiero eso...-
-Vale... Lo siento...-
-Deja las cajas por ahí e instálate en el cuarto libre, yo tengo que ir a trabajar.-
-Pero ya no tienes que hacerlo, puedes tomar todo el dinero que quieras de mí cuenta...-
-Duff, no quiero eso. Si te dejo estar aquí, es porque tu dependes de la felicidad de mi hija, no porque me beneficies a mi.-
-Vale.. Lo siento mucho...-
-Está bien.- Sin decirle nada más a Duff, voy a mi habitación. Me pongo mi uniforme de trabajo, y salgo de la casa sin decirle nada más. Espero que no haga nada estúpido mientras estoy fuera de casa.
Duff.
Ross es tonta si cree que me voy a rendir tan fácilmente. Espero diez minutos cuando ella se va, y después, salgo corriendo en mi camioneta hacia una de las mejores zonas residenciales de la ciudad. Una vez allí, oído hablar con el gerente. Le explico más l menos mi situación, y para mí fortuna, es un fan de la banda. Así que no tiene problemas en venderme una casa y entregarme las llaves al mismo tiempo. Es una casa enorme. Tiene al menos siete habitaciones, tres pisos, una cocina enorme, una sala de estar, dos estudios, un comedor, un sótano, terraza y alberca. Es una casa perfecta. Y lo mejor de estas zonas residenciales, es que siempre las casas vienen amuebladas. No tendremos que preocuparnos por comprar sillones, ni artículos para la cocina, nada de eso. Solo las cosas personales. Pero todo lo básico para una casa, ya está incluido. Además, tiene un jardín enorme con un par de columpios para Michelle. No me importa gastar tanto dinero en esto, además, gracias a los discos, comprar una casa para mí, es como comprar una barra de chocolate.
En cuanto acabo de firmar los papeles de la casa, voy a una tienda de autos. De nuevo, oído hablar con el gerente y repito la historia de contarle la situación. No puede esperar a que el auto llegue en dos semanas, lo necesito ahora. Tengo que pagar un poco más, pero no importa. Compro un auto rojo, del color favorito de Ross. No es muy grande ni muy pequeño, es perfecto para ella. Conduzco el coche a la nueva casa. Todo es nuevo y perfecto. Nunca había hecho esto, pero me siento orgulloso y feliz... Sé que les gustará a las dos... Y por último, antes de regresar a casa de Ross para recibir a Michelle de la escuela, decido ir a un centro comercial. Primero voy a una tienda de juguetes y compro varias muñecas, peluches, y juguetes que sé que Michelle disfrutará. Después, voy a una tienda de ropa u compro dos vestidos. Uno negro, y uno azul. Son el tipo de vestidos que Ross usaría. Meto todo a mi auto, regreso a la nueva casa y acomodo las cosas en las que podrían ser la habitación de cada una. Esta tarde yo les ayudaré con la mudanza, para que podamos pasar esta noche en la nueva casa.
Por fin son las tres de la tarde, así que regreso justo a tiempo. Michelle a penas se está bajando del autobús cuando yo llego. Me bajo de inmediato del auto, y me recibe con un fuerte abrazo.
-Hola papi.- Dice emocionada.
-Hola mi bebé...-
-¿Mami está contigo?-
-No, mami está arriba. Vamos con ella. Les tengo un regalo a las dos...- Michelle asiente emocionada, y juntos subimos al departamento. Una vez allí, les pido a las dos que se sienten en el sillón, y tengo que darles la noticia...

My Michelle. (Duff McKagan) TERMINADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora