Capítulo 11.

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Capítulo 11.

*NARRA DIANA*

El concierto ya había acabado. Había sido realmente alucinante. Sin duda, este dia a sido el mejor de toda mi vida.

-Estoy en shock, no me lo puedo creer.- dijo Rose.

-A sido la caña.- gritó Zariah.

-Bueno Diana, como parece que has echo pacto con el Diablo, mucha suerte con los chicos.- me dijo Kim cojiendome de las manos, sonriendome y guiñandome un ojo.

-Muchas gracias por haber echo mi día mucho mejor de lo que ya era de por si.- las fuí abrazando una por una, empezando por Kim, continuando por Rose y acabando por Zariah.

-Toma nuestros Twitters, contactanos en cuanto puedas, ¿si?- dijo Kim y me entregó un papelito en el que estaban apuntados sus tres Twitters.

-En cuanto llegue a mi casa os digo algo, gracias, gracias de verdad.- las abracé a las tres a la vez.

-Gracias a ti por haber aguantado nuestras locuras como si fuera algo normal.- dijo Rose.

-Awe, vais a hacerme llorar.- dije, aunque sabía que era muy probable que eso no pasara, ya que no me gusta llorar en público, ni aunque sea por emoción.

-Cuídate, ¿si? Y sobretodo, no te olvides de hablarnos esta tarde, eh.- dijo Zariah.

-No lo haré.- meneé el papelito en el aire, haciendo incapie con ese gesto en que no me olvidaría de eso.

-Bueno, nosotras tenemos que cojer el tren ya para volver a casa. A sido un placer Diana.- dijo Rose.

-Lo mismo digo chicas, nos veremos pronto.- dije, me despedí con la mano y las cuatro tomamos nuestros caminos.

Me dirigí hacia la puerta dónde había un cartel gris oscuro con letras blancas que ponía "VIP". Entré y me encontré con un grupo de nueve chicas puestas en una fila india. Algunas lloraban, otras reían histéricamente, otras conversaban... yo solo estaba ahí parada mordiéndome las uñas de la tensión.

-A ver chicas, si hacéis tanto ruido no os dejaremos pasar.- dijo un guardia enorme saliendo por una de las puertas. En ese momento se callaron todas, yo seguí con mi insalubre manía de morderme las uñas cuando estaba nerviosa.

Pasó aproximádamente una media hora hasta que el mismo hombre volvió a salir por la misma puerta y nos condujo hasta una sala, pasando por un pasillo oscuro (no era demasiado agradable, que digamos. Imaginad el silencio que había en esos momentos por parte nuestra en aquel lugar).

-Aguardad unos minutos aquí, no toquéis nada.- ale, a esperar más.

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Estábamos ya todas algo más calmadas y sentadas por cualquier sitio que pillámos (mesas, suelo, silla...).

Una puerta se abrió y nosotras quedamos completamente asombradas. ¡ERAN ELLOS!

-Bueno chicas, aquí los...- dijo Paul (ahjml Paul), pero nuestros gritos no le dejaron acabar.

Los observé bien: De cerca parecían incluso muchísimo más guapos que a través de una pantalla de ordenador. Entonces, en ese momento me di cuenta de todo. Los tenía en frente, podía tocarlos, eran reales. Sus sonrisas, sus ojos, su cabello, sus lunares... todo de ellos era muchísimo más perfecto a esta distancia y sin una pantalla de por medio.

Diana //Liam Payne//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora