Diana //Liam Payne//

Capítulo 8.

Capítulo 8.

*NARRA DIANA*

-Papá, no porfavor, déjame explicarte.- dije entre sollozos mientras mi padre me estirava del brazo y me tirava en el suelo del salón.

Mi madre estava durmiendo. Ella sufría de depresión, todos lo sabiamos, menos mi padre, o como mínimo lo ignora. Núnca le a pegado (que yo sepa) pero le grita mucho.
Mi hermana Lenna estava asomada a la puerta, con una sonrisa de victoria y observando atentamente cada acto que mi padre hacia. Es bastante raro que esté aquí a las 24h. de la noche, ya que ella normalmente siempre esta con sus múltiples novios a estas horas.

-No llores si no quieres que se me vayan las manos y te mate, porque ya me tienes harto.- me pegó una bofetada.

<<Diana, deves hacer algo. ¿O es qué acaso vas a vivir así durante toda tu vida?>> mi subconsciente.

No, no voy a vivir así toda mi vida, pero ahora no le puedo plantar cara. Estoy demasiado destrozada como para cualquier cosa que implique discutir.

-Mírame cuando te hablo.- me giró la cara con un rápido movimiento.    

-Te juro que como vuelvas a hacer lo que hoy has echo, te mato. Y no hablo metaforicamente, te mataré. ¿Te a quedado claro?- dijo mi padre.

Asentí.

-Pues ahora...- me pegó una patada en las costillas, haciendome gemir del dolor.

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-Lárgate a tu cuarto, no te quiero ver aquí tirada.- me dijo mi padre y se sentó en el sillón.

Yo me levanté del suelo pesadamente, no podia prácticamente andar de los golpes que me habia dado, y caminé hacia la habitación.

Me tumbé en la cama y empecé a llorar. Las lágrimas no paraban de brotar y brotar. La almohada estava empapada en lágrimas cuando un pensamiento llegó a mi mente.

-Me gustaría desaparecer para ver desde un rincón si alguien me extraña. Odio mi vida.- dije con rabia y tapé mi rostro con las manos.

Fuí al baño de invitados (el otro estava pasando por el salón, y no podia arriesgarme a que mi padre me viera) y saqué de mi neceser una cuchillita pequeña. La observé bien.

-En esto se a convertido mi vida.- me subí la manga de mi camiseta y deslicé la cuchilla por la muñeca. Un escalofrío me recorrió el cuerpo, pero luego un escozor empezó a invadir mi herida. Ví como la sangre recorría toda mi mano y se caía a la pica.

Suspiré. ¿En esta mierda se habia convertido mi vida? Definitivamente no podia pasarme la vida siendo golpeada, humillada y autolesionandome en el baño de invitados. Pero esta habia sido la vida que yo habia elegido, o la que me habia tocado vivir.

-¿Diana?- escuché a alguien decir tras la puerta. Me quedé helada, así como ella se quedó pálida al ver lo que estava haciendo.

-¿M-m-mamá?- dije con miedo.

-¿Qué estás haciendo?- me miró con horror.

-Nada, yo solo...- miré la cuchilla, la sangre y todo lo demas. No había excusa que tapara esto.

-Oh cielo.- me abrazó fuertemente, cosa que me sorprendió porque hacia mucho tiempo que mi madre no me abrazaba de esa forma.

-¿No estás enfadada?- pregunté.

-No mi amor, sé porqué lo haces.- se lavantó la manga de su swetter y pude ver que ella tambien se habia cortado. Pero no ahora, esas cicatrices parecian ser de hace mucho tiempo. Se parecian a las primeras que yo me hice, con 11 años.