Al infierno.

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Sus labios se separaron lento, con suavidad y delicadeza disfrutando del roce mientras sus manos se apretaban con más fuerza.
Se miraron bajo unos ojos llenos de sinceridad, de ilusión. Unos ojos llenos de brillo pero brillo de ese que te hace gritarle al mundo lo feliz que eres aunque esté todo en silencio, ese brillo de verdad.

Ninguno habló solo se limitaban a comerse con la mirada y a mantener sus manos unidas. No necesitaban besarse para saber qué pasaba por la cabeza de cada uno tenían una química especial, todo en ellos era especial, toda su historia era especial y ese momento, no iba a ser menos.

Pasaron un largo tiempo así, sentados en el sofá mientras que sus pupilas hablaban luego, Andreu la llevó a casa.

Esa noche, cada uno en su casa, en su cama, durmieron felices.

Dos semanas después...

Narra Silvia:

Estoy en una nube. Una maldita nube de la que no quiero bajarme nunca. Lo mio con Andreu avanza, despacio pero lo hace. Me gusta, me gusta mucho lo que estamos formando, en quienes nos estamos convirtiendo, en cada momento que paso a su lado, me gusta todo y cada día me gusta más.

Me trata como una reina, en plató está pendiente a todo lo que me ocurre, me cuida en la lejanía, se preocupa por mi y sigue conquistándome día a día tal y como lo hacía antes. Nadie sabe nada de esto y por el momento, preferimos que así sea es nuestro momento, nuestra historia y nadie tiene que opinar sobre ella. Nos pertenece solo a nosotros construirla y mimarla.

Desde el día de la cena nos hemos visto más veces fuera de plató, un día salimos de cañas donde las risas eran las protagonistas, otro día íbamos a salir a cenar pero la noche amenazaba tormenta y nos quedamos en su casa viendo una película y sí, la vimos. También hemos ido de compras, es muy coqueto y dice que a veces necesita la opinión de una chica para conjuntar los colores, hemos pintado juntos bueno, el pintaba, yo hacía lo que podía. Todo va bien él está cada vez más cómodo y yo se lo noto, ya no tiene esa timidez en los ojos, hemos hablado de todo y cuando digo de todo, es de todo.
Si os preguntáis si nos hemos vuelto a besar ¡claro que sí! sus labios son dulces, tiernos, me encanta cuando de repente estoy hablando y me calla con uno de esos, siempre suaves, siempre lentos, siempre con amor es que podría tirarme toda una vida diciendo lo que me hace sentir cada vez que estamos juntos. Cada día lo quiero un poco más y esa es la única forma que entiendo de concebir el amor. Querer a una persona cada día un poquito más. Eso me pasa con él y la verdad, estoy feliz, ilusionada, entusiasmada en que llegue el día en el que nos volvamos a ver aunque hablemos a diario. Me gusta esa sensación de "lo prohibido" porque, al no saberlo nadie es cómo si estuviera haciendo algo mal. Sin embargo, lo que el mundo no sabe es que lo que mantengo en secreto es la mejor decisión que he tomado nunca. Mi padre estaría orgulloso, me dijo que encontrase a alguien que me hiciera feliz y lo hice, sin saberlo y teniéndolo delante a diario ahí estaba. De la noche a la mañana lo encontré. Aceptar esa cena ha sido la mejor decisión de mi vida. Así que, no pienso bajarme de esta nube nunca.

Narra Andreu:

Con Silvia las cosas cada vez van mejor, ya no soy tan tímido y me relajo más sé que ella lo nota y también sé que le gusta. Me gusta todo de ella y cada vez que la veo ya sea en plató, en un bar o el sofá de mi salón me reafirmo de ello. Tanto tiempo buscando a la mujer con la que quería compartir mi vida y ahí estaba, detrás de unas gafas de pasta, unas cejas postizas y una vergüenza que brillaba por su ausencia. Era ella y lo supe en el primer momento que la vi entrar por las puertas del plató. Lo supe, era ella.

Han pasado unas semanas desde la cena, el gran día, nuestro día y nos hemos seguido viendo detrás de cámaras, hemos hecho muchas cosas juntos aún me acuerdo cuando me dijo que fuéramos a la playa en medio noviembre y que me llevara las cosas para pintar que sabría que me apetecería pintar. Me da mi espacio, sabe que la pintura, la escritura y la fotografía son verdaderas obsesiones y ella, lo explota, hace planes para que vayamos a sitios en los que pueda pintar, fotografiar o simplemente para que la abrace mientras el firmamento son los únicos testigos de ello. Respeta mi espacio porque sabe que lo necesito, nunca me habían respetado de esa forma, siempre se quejaban de todo el tiempo que pasaba en el estudio y me tachaban de "no cuidar a la pareja" ella lo entiende y crea momentos únicos en los que, dentro de la compañía que me aporta permite que me vaya a mi mundo mientras ella, esta en el suyo. Solo se trataba de encontrar el equilibrio y ella es una gran maestra de eso.

Quiero proponerle marcharnos a un lugar, a un sitio cualquiera de la geografía española para pasar un fin de semana bonito y único. No penséis que voy  a lo que voy, solo quiero que nuestra relación se afiance más que nos sigamos conociendo y cuidándonos como hemos hecho hasta ahora, el sexo, sinceramente ahora mismo es lo último en lo que pienso. Estoy tan bien cuando estoy ella que me daría para escribir un libro titulado: "Buenafuente, más Andreu que nunca" no sé si entendéis lo que quiero decir, ella hace que me muestre tal y cómo soy y eso, eso es mucho mejor que un orgasmo.

Estoy entrando en plató cuando la veo en maquillaje  y me saluda mientras sus ojos me sonríen. Saludo a todos y antes de sentarme en la silla para que me pongan decente la llamo:

A- Silvia ¿puedes venir un momento? por favor- dijo con una sonrisa.
S- claro- respondió al momento.
Fueron andando hacia plató, en ese momento no había nadie y era un sitio especial para Andreu así que decidió que las ocasiones especiales se deben de decir en sitios que son eso, especiales.
Se sentaron en el sofá donde suelen sentarse los invitados y antes de hablar la miró, apoyó sus manos en su cara y le dio un beso, un beso, que para ser de  un saludo transmitía amor.
S- Hola... dijo ella en todo susurrante, cuando sus labios se separaron, mientras esbozaba una sonrisa.
A- Hola... dijo el en el mismo tono.
S- ¿Solo me querías para esto?- dijo en tono vacilante mientras reía.
A- Sí y no. Quería besarte, me gusta tu contacto y me gustas más tú y por eso...
S- Por eso...- continuó Silvia.
A- Por eso quiero que nos vayamos este fin de semana fuera, los dos, a cualquier lugar pero juntos.
Silvia sonrió y poniendo su mano en su mejilla le susurró al oído...
S- A donde quieras, contigo voy hasta al mismísimo infierno si hiciera falta.

Lo supe, era él.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora