Australia.

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Narra Andreu
Dos meses han pasado ya... dos meses que no está y aquí sigo, roto como el primer día.
Ya no la veo al despertar, ya no le huelo el pelo cuando apoyaba su cabeza en mi pecho, ya no la toco, ya no respiramos al unísono antes de darnos un beso, ya no desayunamos juntos, ni almorzamos ni tan siquiera, la veo en plató y todo fue por mi culpa...

Dos meses que no veo a Silvia, dos meses en que lo nuestro, murió, dos meses en los que estoy muerto en vida y lo que me queda. Toda una vida.
Sin embargo, la comprendo, la prensa no dejaba de acosarnos, no podíamos salir de casa juntos porque siempre había prensa, nos quitaron nuestra intimidad y, su libertad. Y todo, porque solo quería gritarle al mundo que la quería y de eso, si que no me arrepiento porque volvería a caer mil veces más.

No sé nada de ella y yo no hago más que pintar y escribir por y para ella aunque sé que nunca lo leerá.
No me dejó ella, fui yo pero siempre quise que fuera feliz y de esa forma, no iba a serlo. Cada vez que recuerdo ese día mi cuerpo empieza a temblar... Aquel día fue... de los peores de mi vida por no decir que el peor.

DOS MESES ANTES

S- ¡vamos Andreu! Qué llegamos tarde mi amor.
A- ¡Cojo la cartera y listo!
S- Sigo sin creerme que tarde más que yo en arreglarse... dijo Silvia en voz baja.
A-Te he oído- respondió para la sorpresa de ella.

Silvia solo se limitó a reír como una niña pequeña para librarse del castigo de su madre y Andreu, le robó un beso tierno.
A-¿Vamos?
S- Venga.

Se cogieron de la mano al salir de casa cuando de repente unas luces cegadoras les impedían caminar.

S- ¡Joder! ¿otra vez igual? yo no sé que más queréis, ¡dejadnos en paz!no tenemos una vida tan interesante como ustedes os encargáis de inventar.
A- Vamos Silvia, no digas nada más- la cogió fuerte de la mano y se montaron en el coche, al entrar, Silvia dijo:

S- Andreu, yo ya esto no lo aguanto más, vamos a mudarnos,vámonos juntos fuera un mes, dos, lo que haga falta para que se olviden de nosotros, han pasado meses desde la alfombra roja y cada vez va a más. Ya saben donde vivimos, donde tengo mi casa. Ya no tenemos intimidad ¡por dios!  no podemos ni echar un polvo porque nos hacen fotos. No puedo más,nos han robado nuestra libertad y,  no lo soporto.

Andreu empezó a llorar de forma inconsciente al escucharla, llevaba razón pero él... no podía dejarlo todo. Quería hacerlo, claro que se quería fugar con ella a ningún lugar pero no podía estaba encadenado al plató. Su querido y adorado plató le obligó sin pensarlo a tomar la decisión más dolorosa de su vida. Nunca lo superaría pero ella... tenía que ser feliz.

S-¿Dónde vamos? el restaurante no es por al...
A- A tu casa- la cortó serio.
S- Vale- contestó extrañada.

Cuando llegaron a casa de Silvia y subieron Andreu empezó hablar...
A- Te quiero.
S- Y yo- dijo con una pequeña sonrisa.
A- No me cortes Silvia por favor, voy hacer algo de lo que me voy arrepentir toda mi vida.
S- Pero... Andr...- volvió a cortarla poniéndole un dedo sobre la boca.
A- No podemos seguir Silvia, no aguantas más y tienes que ser feliz y yo ahora mismo no puedo darte lo que quieres. No puedo fugarme contigo a ninguna parte porque estoy encadenado a un plató del que vivo enamorado. Te quiero como nunca quise a nadie pero, tu no eres feliz y todo es culpa mía, no debería de haber hecho nada aquella noche y así tú y yo seguiríamos tan felices. Lo siento, de verdad, pero esto no puede seguir así...

Silvia empezó a llorar pero consiguió articular palabra:

S- Andreu ¿quieres más a un programa de televisión que a mí? vas a llevar razón y es mejor que lo dejemos. No dudo en que me quieras pero siempre pensé que yo era más importante que un plató. Me equivoqué, gracias por decírmelo porque no me gusta que me mientan así que sí, supongo que tienes razón, será mejor que nos separemos, tú con tu plató y yo fuera del país, como debe de ser al menos, por el momento.

Andreu no puedo decir nada, sabía que con la frase del plató le había hecho daño pero necesitaba cabrearla para que así. sufriera menos. Abrió la puerta, la miró por última vez, le dijo "te quiero" y no volvió a pisar esa casa.

Narra Silvia.

Hoy vuelvo a España y sigo hecha una mierda.
Me he ido dos meses a Australia, a ver si allí conseguía distraerme, evadirme, recuperarme de la ruptura más dolorosa de mi vida y no,ni los canguros han conseguido sacarme una sonrisa que no sea falsa.
Estoy mejor sí, pero nada en comparación a como estaba con él. A veces pienso que debería de haber aguantado más pero llegué a tal punto que exploté, me sentí acorralada, aprisionada, agobiada aunque nunca le eché la culpa a Andreu de lo que hizo aquella noche, volvería a ese día todas las noches y de hecho, lo hago, hay miles de vídeos del momento y me lo pongo en bucle hasta que las lágrimas me vencen y me quedo dormida. Lo sé, así no lo supero nunca pero es que no quiero superarlo, solo quiero que nos respeten, solo eso ¿pido tanto?

No sé como será mi reencuentro con él pero quiero verlo, necesito verlo, creo que empiezo a tener síndrome de abstinencia de Andreu, lo necesito y ahora, más que nunca porque hoy vuelvo a la cruda realidad.

Tengo que hacer algo para que la prensa nos deje en paz, porque Andreu y yo nos merecemos un final feliz porque siempre, supe que era él. Solo me bastaron 5 minutos para saber que aquel hombre de gafas y cara de niño, sería la cumbre de todos mis problemas y mis mayores alegrías, era él. Estaba segura en ese momento y hoy, recién llegada al aeropuerto lo volví a confirmar.

S- Andreu he vuelto. Y, volveremos a volver.

Hola! Siento mucho no publicar en todas las navidades, pero he estado bastante ocupada, no es por faltas de ideas, ideas tengo muchas pero necesito tiempo. Gracias por la paciencia y ¡feliz año!

Lo supe, era él.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora