Lo supe, era él.

No.

A- Nave nodriza llamando a Silvia- ironiza Andreu mientras pasa su mano por su cara a ver si reacciona.
Haciendo un movimiento con la cabeza Silvia vuelve a la tierra.
S- Eeeh... lo siento Andreu pero... no.
Andreu se esperaba todas las respuestas menos esa.
A-¿Por qué?- dijo bastante triste incluso, decepcionado.
S- Porque tengo miedo- le dijo con ojos vidriosos.
A- ¿Miedo? Silvia, voy a estar contigo, no voy a soltarte esa mano, te lo prometo.
S- No, no es eso. Es que... no estoy preparada para que empiecen los titulares que tu y yo sabemos que habrá.
Andreu ríe irónico ante la preocupación de su amor pero, en el fondo sabía que esa posibilidad estaba ahí, acechando en cualquier esquina como si de una puta de polígono se tratase.

A- Silvia... Mi Silvia... eso no va a pasar y si pasa ¿sabes qué?
S- ¿Qué?- contestó ella en el mismo momento que una lágrima caía por su mejilla.

Él  suavemente le tocó la mejilla y le limpió la lágrima que había derramado.

A- que yo estaré ahí, contigo, siempre. Y me da igual que la prensa se ponga en nuestra contra, me da igual que especulen o que digan misa mientras tú y yo seamos felices. Sé que todo puede ponerse feo pero... ¡qué más da! quienes nos quieren saben lo felices que somos juntos, saben lo bien que lo pasamos cuando nos escapamos un fin de semana y, también saben que con cada beso nos condenamos al amor eterno ¿de verdad qué por unos paparazzis y gente que no nos conocen vas a renunciar a eso? ¡qué digan lo que quieran, me da exactamente igual! pero hoy quiero ir a la alfombra roja con mi mujer y esa cariño, esa eres tú.

Silvia rompió a llorar, no por el hecho de ir a la alfombra de la mano de Andreu eso lo deseaba, pero lo que le había dicho... nunca nadie se lo dijo y una vez más lo supo, era él.

Silvia empezó a reír mientras lloraba pero ya esas lágrimas transmitían emoción, felicidad.

S- Prométeme que no me soltarás.
A- Te lo juro- mientras le hacía una promesa que cumpliría con los ojos cerrados se fue acercando a su cara para besarla y una vez más, condenarse al amor eterno.

Ella rió en la mitad del beso y dijo:
S- Andreu...
A-¿sí?
S- ¿qué me pongo? no tengo nada aquí y ahora las tiend... Andreu la cortó poniendo un dedo en sus labios.
A- Sshh... yo sabía que vendrías y sabía que te tendrías que vestir, pero tienes que ir radiante, que España se entere quien es Silvia Abril. Acto seguido se levanta y se dirige a su maleta donde tiene su vestido y esos zapatos... que enamoraban hasta al mejor postor.
A- Ten, esto es tuyo- dijo mientras le entregaba la funda donde estaba el traje y la caja de zapatos.

Silvia, fuera de situación no sabía que hacer bueno sí, abrir los ojos como platos y esbozar una de las sonrisas más bonita que nunca alcanzaría la vista del ser humano. Abrió la funda y lo vio. Dejó el vestido encima de la cama con tan delicadeza que parecía un diamante en vez de un traje de Versace luego, fue hacia Andreu y se subió encima suyo para besarlo, besarlo como nunca antes.

S- Dios Andreu es el traje más bonito que he tenido nunca, te habrá tenido que cost... volvió a cortarla pero esta vez, con un beso fugaz.
A- Lo que sea, es un regalo para tí un regalo de martes, un regalo perfecto para una noche y una mujer perfecta.
S- Te quiero Andreu- dijo riendo. -En serio, te quiero como nunca quise, estás en una escala superior al amor no sé describirlo pero cada día, te quiero más.
A-Mi vida... si cada vez que te regale algo te pones así nos vamos a quedar sin casa- dijo irónico a lo que ella rió. -Bueno, abre el otro paquete o...¿piensas ir descalza?
Silvia cogió la caja de zapatos y la abrió, los miró con cuidado y delicadeza, piedra a piedra hasta llegar al final del tacón.

S- Es precioso en serio, me encantan. ¡Todo me encanta! y tú tu eres mi persona favorita del mundo, ¡te quiero!
A- ¡corre! vístete la alfombra nos espera- le ordenó entre besos.
S- A sus órdenes- asintió como una loca enamorada que es lo que era.

Se estaban vistiendo y Andreu acabó antes. Silvia no quería que la viera hasta que estuviera lista así que el entrar al baño para él fue un simple espejismo.

S- Ya estoy, ¿listo?
A- Impaciente.

Cuando le contestó la puerta se abrió y la cara de Andreu se iluminó parecía que estuviera viendo al mismísimo Satán, dolía mirarla de lo guapa que estaba. Silvia optó por un maquillaje natural pero con un poco de sombra negra para hacer el efecto húmedo en sus ojos, una máscara de pestañas potente y unos labios naturales. En el pelo llevaba un recogido bajo pero, de estos que son despeinados así dando el toque de "arreglado pero informal", se colocó los tacones y se enfundó en ese Versace maravilloso, le quedaba como un guante y estaba radiante.

S- Bueno di algo ¿no? a fin de cuentas has elegido tú todo esto.
Andreu estaba eclipsado, no podía dejar de mirarla y ahí se enamoró de ella, otra vez.

A- Duele mirarte de lo bella que estás, sabría que te quedaría bien pero no que fuera el vestido perfecto para la mujer más maravillosa de este universo. Estás guapísima, de verdad, no puedo decirte nada más porque no me sale, eres como las obras de arte o una buena fotografía, solo se te puede mirar porque dejas sin palabras al que pasa por tu lado. Vas a eclipsar y captar todos los flashes, eso dalo por asegurado.

S- Andreu...- dijo acercándose a él. Lo cogió de las manos, lo besó y dijo:

S- Lo más perfecto que hay para mi en este mundo no es este vestido maravilloso ni estos tacones de escándalo, lo más perfecto para mi eres tú, solo tú y por ti hoy, puede que eclipse a media España.
A- Lo harás- dijo apretando sus manos que aún estaban entrelazadas. -Y yo, te besaré sin que el mundo nos vea. Ahí, Andreu mintió pero una sorpresa es una sorpresa.
S- ¿Vamos?
A- Vamos.

Salieron del hotel, se metieron en el coche que les llevaría a los premios y en menos de 10 minutos llegaron aún en el coche Andreu dijo:

A- Te quiero.
S- Te quiero.

Taxista- Ya pueden bajar.

Entonces, ante la orden del taxista se miraron se besaron y abrieron la puerta.