Hola! Me llamo Rebecca, tengo 15 años. El pelo me llega hasta casi a la cintura. Es más rubio que castaño. Tengo los ojos avellana/miel.
Mido 1,65, yo me considero alta, teniendo en cuenta a una de mis dos mejores amigas, que mide 1,58.
Vivo en un...
-Eh... hola. -le dije y vi como Karla se mordía el labio.
-Hola Rebecca. -me saludó y se puso nervioso. -Eh... ¿Quieres... salir e ir a la playa?
Lo miré: La última vez que salí con él me violaron...
-Eh... vale. -le dije después de pensármelo mucho. -Voy a cambiarme y voy a tu habitación.
-Así vas bien. -me dijo. Me miré de arriba a abajo.
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(Eso es lo que lleva Rebecca)
-No, me cambio. -le dije y me levanté. Karla y Luna me siguieron y cuando llegamos Luna dijo:
-Nosotras te preparamos la ropa, vete a dar una ducha.
Asentí, cogí una toalla limpia y me metí en el baño. Me desnudé y me metí en la ducha. Cogí la alcachofa y moví la palanca hacia arriba, para que salga caliente.
Esperaba que saliera agua, pero no salió nada.
Mi****, el agua no va. Salí envuelta en mi toalla y Karla y Luna se giraron hacia mi.
-¿Ocurre algo? -me preguntó Karla.
-El agua no va. -les dije. -Me voy a las duchas públicas.
Las duchas públicas eran unas duchas que se encontraban en los vestuarios, allí olía mal, muy mal. Todo el mundo se cambiaba allí y encima teníamos que compartirlo con los chicos. Un vestuario mixto.
Suspiré, me volví a vestir y me fui para allá. Por el camino vi a Liam, que me guiñó un ojo y rodé mis ojos.
Este chico es estúpido.
Seguí caminando y me choqué contra alguien. Cassandra, Helen y Melany.
-Mira por donde vas. -me escupió Cassandra.
-Cállate. -le dije levantándome del suelo. -Mira TU por donde vas.
-Por el cielo, tú por la planta baja. -intervino Helen ayudando a Cassandra. Melany solo se limitaba a quedarse callada y quieta, como una estatua.
-Oh, venga ya. -me acerque a Helen. -Todo el mundo sabe que Cassandra. -Cassandra me fulminó con la mirada. -Si, Cassandra. -repetí. -Se aprovecha de ti, para ella solo eres una carga, solo te quiere para los deberes.
Helen abrió la boca para replicar, pero volvió a cerrarla.
-¿Eh... eso es... cierto Cassandra? -le preguntó.
Cassandra se giró hacia ella.
-Pues claro que no. -le dijo a Helen de mala manera. Fruncí el ceño.
