Capítulo 11

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" Sentí cómo sus labios comenzaban a acercarse a los míos, sus ojos fijos en los míos, podía ver a través de ellos el deseo, los nervios comenzaron a florecer en mí estomago y no me di cuenta cuando la cercanía entre ambos era diminuta, estaba lista para esto, estaba lista para besarle, cerré mís ojos y justo en ese momento..."

Desperté de golpe cuándo un líquido frío se encontraba empapando mí cara, mí cabello y parte de mis bellas y preciadas almohadas, solo había una explicación para este acto tan despiadado; Iker; mí niñero.

— ¡Maldita sea Iker! ¿Qué mierdas pasa por tú cabeza!? — La rabia e impotencia me iban consumiendo cada vez más, me levanté inmediatamente olvidando por completo que solo tenía un suéter gigantesco qué le había quitado a Logan recientemente, no le tomé mucha importancia hasta el momento en que sus ojos café recorrieron mí cuerpo, puse mis manos a los costados de mí cadera preparándome para lanzarle otro insulto cuándo finalmente habla al terminar de reírse por completo...

— Pasa, qué soy tú niñero, llegarás tarde a el instituto, o colegio de primaria, realmente no sé de dónde provengas, es qué eres tan diminuta que no puedo diferenciar. — Contestó con una sonrisa amplia, me dejaba ver sus perfectos dientes blancos. — Niña, ¿Entiendes el significado de pijama? Se usan para dormir, infórmate.

— Rodé los ojos ante sus estúpidos comentarios, quería insultarlo por burlarse de mí estatura y de mí pijama improvisada pero sólo me limité a decir — ¿Y a tí que jodidos pepinos te importa? Vete de mí habitación, hay algo llamado privacidad, y necesito usarla en este instante. — Respondí rápidamente para así caminar hasta a él para darle vuelta y sacarlo de mí pieza por completo. Suspiré pesadamente cuándo estuve sola y le puse pestillo a la puerta para evitar que entrase una vez más.

Volví mí vista a mí cama y estaba hecha un asco, me acerqué a la mesa de noche, para así tomar mí celular y ver la hora, en eso me encuentro con dos mensajes de Dani, uno de Logan, y una extraña llamada; Nick.

Luego de leer los mensajes, vi la hora, ¡QUINCE MINUTOS PARA ALISTARME! Abrí mis ojos de forma exagerada para así correr a ducharme y quitar ese aspecto matutino que tenía, al salir de la ducha, recordé que el día de hoy, lo tendría libre, choqué la palma de mí mano contra mí frente por haberlo olvidado por completo, con más razón, mataría a Iker por levantarme tan temprano cuándo muy bien, pude haber dormido hasta tarde. Luego de unos minutos de estar en mí mente perdida y pensando, recordé que solo tenía la toalla alrededor de mí cuerpo, decidí vestirme con unos shorts negros, una blusa vinotinto bastante holgada, y unas converse negras, algo sencillo pero me sentía cómoda con ello. Me miré al espejo y tome mí cabello en un desordenado moño, y apliqué muy poco maquillaje para quitar las ojeras restantes debajo de mis ojos, y ya lista, me dispuse a bajar de mí habitación para desayunar, rogaba a Dios que Iker no estuviese merodeando por la casa para no tener que toparme con él una vez más, porque de ser así, no me contendría para decirle de miles insultos.

Finalmente abajo y con celular en mano me digné a responder los mensajes que tenía de mis amigos, y como era de esperarse, ignoré la llamada de Nick, sabía que iba a preguntar por mí nuevo niñero, pero realmente no tenía ganas de hablarle el día de hoy. Desayuné Hotcakes con café llenándome muy rápido, justo cuando terminé de lavar el plato que había usado, iker se posa en el marco de la puerta mientras me examinaba con la mirada, le ví amenazante dándole a entender que no estaba feliz con lo qué había hecho, su semblante era neutro, se cruzó de brazos y abrió sus labios para decir algo, seguramente sin sentido alguno.

— ¿Y tú no tienes clases? — Su voz era rasposa y ronca pero serena.

— No tenía que darle información que no necesitaba, así que solo murmuré. — ¿Te importa? — Levanté una de mis cejas e imite su acción al cruzarme de brazos.

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