Capítulo 27

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— ¿Quieres escapar? —trago saliva y mi pulso se vuelve lento.
Observo los ojos verdes del chico y su sonrisa malevola. Mis piernas comienzan a temblar y ruego al cielo que me ayude alguien cuando veo a Iker sostener a mi mejor amiga del brazo de una manera poco amistosa... Ella se queja y se safa rápidamente colocandonse a mi lado.

— Bien, bien... Aquí las tenemos. —habla Iker, su rostro aún está enrojecido por la pelea que tuvo anoche con Nick, no pensé que fueran a seguir con su retorcido plan. Aquí a tantas, ¿porqué siquiera hacían esto? Son unos idiotas. Mis pensamientos eran tan fuertes que no me di cuenta cuando nos llevaban con los brazos detrás de nuestra espalda, prácticamente obligandonos a caminar. Dani se oponía y exigía que la dejaran en paz, hasta mordió a Thadeo, quién le cruzó el rostro de una cachetada. Una ola de rabia recorrió mi cuerpo. Sólo rogaba que todo esto fuera una pesadilla de la cuál quiero despertar...

Nos meten en una camioneta y nos amarran unas pañoletas en la boca, y amarran nuestros brazos. Miro a Dani y sus ojos verdes se cristalizan poco a poco. Luego de tenernos amarradas, tocan nuestras piernas sin ningún pudor, buscando claramente nuestros celulares. Cuando tienen los aparatos, cierran la puerta y corren a la parte delantera del coche. Éste se enciende y en unos segundos ya estamos en movimiento. Escucho sollozos fuertes y sé que mi mejor amiga ha dejado de mantenerse fuerte. Hago lo mejor que puedo para acercarme a ella, muevo mi mano y encuentro la de ella, las entralazamos y ella recuesta su cabeza en mi hombro. Comienza a llorar más fuerte y por inercia, lo hago también. Sabía que no iban a rendirse fácil, terminarían logrando lo que querían. En mi mente se reproducen los momentos junto a Nick y las lágrimas empapan mis mejillas. Nick era el único chico que no había huido por mi manera de ser, sino que sintió curiosidad por ella, sin embargo. Y él, es el único chico por el que encuentro un sentimiento que no sea odio o incomodidad. También está Eduardo, pero con él es un caso distinto, siento la misma comodidad y confianza que sentí cuando conocí a Logan hace diez años... Pero Nick, él lograba ponerme nerviosa con la sola mención de su nombre, o estar cerca de mí. Cierro mis ojos con fuerza intentando mantener la calma y ser fuerte. No podía dejar de ser fuerte, sino, ¿quién mantendrá la tranquilidad en Danielle? Debía ser fuerte por ella, debía serlo por mi mejor amigo, por Nick... Debía ser fuerte por mí. Aprete mi mano izquierda en un puño y juraba que desde hoy el único sentimiento que sentiría por Iker sería asco, puro asco y odio. Me valía madres que fuera el hijo mimado de papi que resulta ser el jefe de mis padres. No me importaba, no podían obligarme a relacionarme con él sí no lo quería.

Creo que pasaron unas tres horas hasta que el coche se detuvo, haciendo que Dani y yo nos sacudieramos. Ella abrió los ojos y estos estaban muy hinchados. Abrieron la puerta. Thadeo se asomó haciéndonos una mueca dónde sacaba su lengua.

— El momento llegó. —sonrió y tomó las caderas de mi mejor amiga, tirando con fuerza. Ella chillaba amortiguadamente tras la tela negra que se amarraba en su boca y yo clavé mis uñas en las palmas de mis manos, conteniendo la rabia que pronto sería expulsada, en el rostro o en la entrepierna de Iker posiblemente... El susodicho se acerca a dónde su amigo está deshaciendo los nudos de las manos de mi mejor amiga y dictando ordenes sobre no salir corriendo. Me sonríe y se va acercando poco a poco a mí, cuando está lo suficientemente cerca, muevo mi pierna y pateo su entrepierna como había planeado. Iker me maldice y se dobla de dolor. Pronto se recompone y sigue su tarea de deshacer mis nudos también. Cuando cruzamos una puerta de una pequeña cabaña, Thadeo toma nuestros rostros, presionando nuestras mejillas.

— Escuchen, par de zorras. —temblé.— estamos a horas de un lugar poblado, podría decirse que, las únicas personas que estamos aquí somos nosotros, así que, no se pasen de listas para intentar escapar, ¿eh? —se aleja y Iker me suelta para llevarse a Dani a una habitación. Ella solloza y con la mirada me ruega que haga algo. Y eso haré, no sé que haré, pero tenemos que salir de esto. Me muevo sigilosa a dónde recuerdo que entramos y salgo silenciosa hasta la camioneta, buscando nuestros celulares, puede que estemos a horas, pero no voy a perder la oportunidad de que nos busquen, lo he visto en muchas películas, ¿que podría fallar?

— ¡ESA ZORRA NO ESTÁ AQUÍ! —oigo a Iker gritar y maldigo para mis adentros. Camino lento cuando veo que sale de la cabaña, cuando está con la vista perdida, entro y Thadeo se da la vuelta.

— ¡Iker aquí está! —grita y segundos después él está sosteniendo mis brazos. Thadeo camina en dirección a la habitación dónde hace un rato vi que entró Iker con mi mejor amiga y mi piel se vuelve de gallina. Pronto escucho chillidos provenientes de Dani y gruñidos molestos seguro de Thadeo, cierro mis ojos con fuerza y clavo mis uñas en las palmas de mis manos. Iker me da la vuelta y sus ojos se encuentran con los míos, coloca sus manos en mis caderas y nos guía lentamente a una sala. Sus manos ejercen fuerza y yo chillo. Acerca sus labios a mi cuello y habla. — Ése hijo de... —no culmina la palabra y succiona mi cuello— te van  quedar mejores marcas que las de él... Porqué serán las mías. —sus palabras penetran lo más profundo de mí, y cuando busca mis labios me entran arcadas. Mi celular y el de mi mejor amiga queman mi piel por sobre la tela fina del bolsillo de mi falda. Finalmente Iker besa mis labios y yo hago lo posible por no vomitarle encima. Ruego al cielo que alguien se haya dado cuenta que no estamos y...

Una puerta se abre y sale Thadeo con una sonrisa triunfal, tira del brazo de alguien y aparece mi mejor amiga toda golpeada en el rostro, sus ojos están llenos de lágrimas que no han parado y sus manos están apretadas en puños. Ella corre y se sienta en un sofá, muy lejos de Thadeo. De sus labios rosados sale un murmullo que entiendo como "Hijo de puta" y sonrío. Entonces alguien tira de mí y se encierra conmigo en la habitación. Iker me tira en la cama y mi cabello queda en mi rostro. Él se acerca lentamente y lo retira para dejar un casto beso en mis labios, muerdo su labio fuertemente pero no en sentido de amor sino odio, odio puro, saboreo su sangre y sonrío con suficiencia. Comienza a romper mi camisa y luego mi falda. Hago lo posible para cubrirme pero él se lanza encima de mí, impidiendo cualquier movimiento de mi parte. Escucho un pequeño ruido y puedo imaginar que es mi celular vibrando. Iker se aleja de mí en busca del ruido y yo, me esfuerzo por tomar su cuello y atraerlo hacia mí, uniendo nuestros labios, cambiando su atención. Siento las arcadas cada vez más fuertes... Sólo ruego que la persona que me haya escrito haya sido nuestro héroe que nos rescate de esta pesadilla. Y como sí mis pensamientos fueran leídos, la puerta se abre con fuerza cuando Iker está tomando el elástico de mis bragas a punto de bajarlas...

— ¡Suéltala en éste mismo instante! —Iker sonríe al reconocer la voz de Nick. Yo tomo unas sábanas y envuelvo mi cuerpo en ellas. Nick me observa detenidamente y se acerca a Iker. Todo pasa tan rápido que ni me he dado cuenta que Iker ya no estaba en la habitación y Nick me abraza con fuerza hacia él...

— Ana... —susurra y yo lloro en su pecho. — Ana escúchame —levanto la vista y lo miro fijamente. — Te amo —confiesa y mis ojos se abren en sorpresa. Abro la boca para decir algo pero él interrumpe cualquier cosa que fuera a decir estampando sus labios contra los míos, eliminando cualquier rastro de la sucia boca de Iker. Le devuelvo el beso con pasión y él gruñe cuando tiro de su cabello con suavidad. Entonces escucho un estallido, y a los segundos, Nick está sobre mi, y la sangre mancha mi pecho.

— ¿N-Nick? —mi voz tiembla.— ¡¿NICK?! —

No obtengo ninguna respuesta y mi corazón detiene sus latidos.

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