Capítulo 20

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Después que llegó el chico de la pizza me levanté del sofá y corrí a la puerta a abrirle y recibir la pizza, el chico me miró de pies a cabeza y sonrió, creo que, o me veía tierna, o me veía ridícula con ésta cosa, quiero pensar que es la primera. Le entrego la propina y con la caja de pizza en las manos camino hasta la cocina. En el camino veo a Nick sentado en el sofá con sus manos en su frente. El olor a pizza invade mis fosas nasales y mi estomago gruñe en protesta. Estoy a punto de abrir la caja cuando el sonido de mi móvil se escucha a la lejanía.

—Yo voy... —escucho decir a Nick y sigo en lo que estaba. Hay dos platos con dos trozos cada uno. Camino hasta la mesa que está en la sala y los dejo, Nick se ha tardado un poco, así que lo llamo.

—¿Nick? —camino hacia su habitación y escucho su voz en un tono no muy contento.

—¿Y a ti que te importa que yo conteste su celular? —entro a la habitación y está de espaldas a mí, así que me acerco lento y mis manos apenas tocan su espalda para que sepa de mi presencia. Me entrega el celular con su ceño fruncido. Leo el nombre en la pantalla de mi celular y ruedo los ojos. Coloco el aparato en mi oído y hablo.

—¿Qué sucede, Iker? —articulo las palabras "la pizza está en la mesa " con mis labios para que Nick vaya allá y me espere mientras me deshago de mi niñero. Él niega con la cabeza y yo ruedo los ojos.

— ¿Se puede saber que haces con ése imbécil? —habla y suelto un bufido.

—Iker, si no vas a notificarme sobre tus heridas o algo sobre la casa, hazme un favor y no llames, ¿vale? En nada te incumbe mi vida privada, te lo dije desde un principio.—veo a Nick y éste tiene una sonrisa orgullosa, lo extraño es que no me preguntó sobre que heridas hablo, seguramente ya estaba al tanto de la pelea entre Lucas y él.

— No, espera, mi labio necesita tus cuidados... —entiendo el doble sentido tras sus palabras y cuelgo la llamada.

Suelto un suspiro y Nick está frente a mi, toma una de mis manos y la acaricia con sus dedos, tiro de él y nos encaminamos hacia la sala, mi celular vuelve a sonar, pero ésta vez me apresuro a tomarlo. Es diferente la persona que llama ahora, es Anmy.

*Llamada*

— ¡Hola nena! —saluda alegremente y yo sonrío.

—¿Que tal, prim? —

— ¡Super, como siempre! —oigo su risa.- Oye, no me llamaste como dijiste que harías -me riñe y yo golpeo mi frente con mi mano.

—Agh, tienes razón, es que... —

— ¡Tranquila! —exclama y vuelve a reír— Para eso te llamo... Resulta que, ¿recuerdas que te pregunté si recordabas a James? —mi ceño se frunce, si recuerdo su mensaje.

—Claro, él me cae muy bien, y es un chico excelente, ¿porqué? ¿ha hecho algo?—

— ¡No! Calma, tigre —ríe y yo hago igual— Es sólo que... ¡Me propuso matrimonio! —exclama alegre. Veo de reojo a Nick sentado en la mesa, comiendo sus trozos de pizza y mi estomago vuelve a reclamarme.

—¿En serio? ¡Me alegra eso! ¡Felicidades! —escucho su risa.

— Si, el caso es que he pensado hacer la boda en Roma, ¿qué te parece? Así es más sencillo que asistan tú y mis tíos, ¿que opinas? —muerdo mi labio inferior con nerviosismo.

— Me parece una idea excelente, pero mis padres en estos momentos se encuentran en Florida, en un viaje de dos meses... —escucho como chasquea sus dedos.

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