Lo que hace papá a continuación nos deja mudos. Comienza a reír. Él se está riendo.
Claro está que papá no es muy celoso, pero ahora ríe, con orgullo.— Eh, ¿papá...? —hablo con un hilo de voz.
— Antonella, ¿estoy alucinando? ¿o estoy viendo al hijo del gran Bernardo Milani? —
Okey, okey, ¡¿qué?!
— No cariño, sí es él —habla mamá desde la cocina. Mi padre se acerca a Nick y se sienta a su lado, le toma la mano y le da un apretón. — ¿Como estás, hijo? Bienvenido a mi casa. —está bien, suficiente para mí. Resoplo y camino hacia la puerta. Mi coche se ha quedado en la cafetería de Lilian, no podía dejarlo ahí. Camino hasta la cafetería y entro a mi coche. Mi celular, apoyado en el asiento del acompañante, vibra sin cesar. Lo tomo y contesto.
— ¿Hola?
— ¡No has seguido contestando mis mensajes! ¿qué sucede? —
— Es... Complicado. Iré a tú casa, ¿vale? Allá te cuento todo.
— Más te vale, pequeña idiota. —
Cuelgo y dejo mi celular dónde estaba, suspiro antes de encender el coche, y me pongo en marcha a la casa de mi mejor amiga.
Al llegar a la puerta, quién me abre es Isa. Me abraza y presiona mis mejillas con mucha fuerza.
— ¿Buscas a Danielle? —asiento sonriente. — está bien cariño, ella está arriba, pasa —adoraba a la madre de mi mejor amiga. Pasé y subí las escaleras, en su habitación se encontraba Dani pintando sus uñas de los pies, hice una mueca al ver el rosa chillón que cubría su pedicura.— ¿Qué? No sólo porqué a ti no te guste el color, no tiene que gustarle a todos. Además, tus uñas negras también se ven chic —ruedo los ojos. Dani y sus palabras. — Ahora, aquí —golpea repetidas veces su cama con su mano libre.
Comienzo a pensar. ¿Qué o cómo se supone que debo contarle? Sí, volví a ver a Nick.
Sí, me tiró café encima cuando me vio.
Y sí, está jodidamente guapo.Oh Dios mío, eso no, eso no.
Okey, a concentrarnos un poco.
Volví a ver a Nicholas Milani, el chico que apostó en un noble intento de devirgarme, un intento fallido debería decir.
Sí, Eduardo me rescató y le estoy completamente en deuda por ello.
Pero el caso es que, el chico peligro ha vuelto a mi vida, y ahora más irresistible que antes.A veces pienso en que me fijé. Hasta que veo sus ojos azules, su rubio ceniza cabello y... Todo cobra sentido. ¿Que ha pasado conmigo?
— Vaya, mujer... Que cosas —mi mejor amiga sólo alza sus cejas. Resoplo y cubro mi rostro con una almohada turquesa.
— ¿Qué voy a hacer? —hablo amortiguadamente.
— No lo sé. —retiro la almohada de mi rostro para fulminar a Dani con mi mirada.
— Eh, ¿hola? Eres mi mejor amiga, se supone que deberías decirme que hacer. —aviento la almohada contra ella y veo como se le va la brocha. Su uña se ha dañado y ahora ha girado su cabeza hacia mí como el exorcista. Oh no.
— ¡ESTÁS MUERTA, ANABELA! —exclama y comienza a correr tras de mí.
Cuando me cansé, se lanzó sobre mí y comenzó a hacerme cosquillas.
— Niñas... ¡Niñas! —cuando alzo la vista está su madre.
— No somos niñas, mamá —se queja mi mejor amiga y yo golpeo su cabeza.
— Para mí sí lo son, hasta lo parecen corriendo una detrás de la otra como sí estuvieran en un campo o una pradera. —me río. — Ana, tú madre ha llamado, preguntó sí estabas aquí. Le he dicho que sí. —asiento.
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Friends
Roman pour AdolescentsUna mala experiencia de vida, puede atormentarte enteramente, ¿no? Una chica, una horrible pesadilla, con sólo la compañía de sus mejores amigos, pudo seguir adelante, pero, su personalidad cambió, ya no sonreía como antes, y sí lo hacia era por...