Cap. 2: Un picnic extraordinario

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Capítulo 2: Un picnic extraordinario.

Salimos del hotel y nos dirigimos hacia su coche. Como todo un caballero que es me abre la puerta para que yo entre.

-Adelante señorita. - Me dijo con una sonrisa y haciendo un gesto con la mano.

-Muchas gracias señorito. -Le dije devolviéndole la sonrisa y entrando al coche.

Dio la vuelta al coche y entró. La verdad es que era un coche increíble, un Audio R8 negro. Siempre me ha encantado este modelo de coche. Aún no sabía hacia dónde íbamos, pero sé que sería inútil preguntar porque no me lo diría, así que me puse a mirar por la ventana para disfrutar del paisaje.

-Es bonito, ¿verdad? - Me dijo al ver que no quito la vista del paisaje.

-¡Es precioso! -Le dije girándome para contemplar algo mejor: él.

Me sonríe y vuelve a fijar la vista en la carretera mientras yo me quedo mirándolo. Es tan pero tan perfecto... Esos ojos, esa boca, esa nariz, esa piel, ese pelo... Podría pasarme horas y horas mirándolo como una tonta.

-¿Tengo algo en la cara? Lo digo porque como no paras de mirarme... -Me dijo con una sonrisa.

-No. Perdón, yo... -Dije apartando rápidamente la vista para evitar que viera que me había sonrojado. Dios, ¡que vergüenza! "Jasmine no seas tan descarada por favor" me dice la voz de mi consciencia.

-Tranquila nena, estoy acostumbrado a que se me queden mirando. No te preocupes. - Me dijo riéndose a carcajadas al ver mi reacción.

-Es un poco egocéntrico usted, ¿no? -Le dije frunciendo el ceño.

-Sólo lo justo y necesario. -Me dice guiñándome un ojo.

Ladeo mi cabeza en señal de desaprobación mientras le sonrío y vuelvo a fijarme en el paisaje, él al menos no me dirá nada porque lo mire.

Diez minutos después llegamos a un parque enorme. Él se bajó del coche y volvió a abrirme la puerta para que me saliera. Al salir le doy un beso en los labios.

-¿Y eso? -Me preguntó sorprendido.

-Tu recompensa por ser todo un caballero. -Le dije guiñándole un ojo.

-¿Y sólo puedo obtener esta recompensa siendo un caballero? -Me pregunta acercándose a mí.

-Mmm... Tendré que pensarlo -Le dije dándome golpecitos con el dedo índice en los labios.

-No me importa que te hagas la dura, voy a hacer que caigas ante mis encantos igualmente. -Me dice agarrándome la cara con las dos manos.

Frunzo el ceño y justo cuando iba a hablar me besa. Al principio es un beso tierno como el de antes, pero luego va transformándose en un beso pasional, lascivo y carnal. Un beso en el que ambos dejamos ver las ganas que nos tenemos. Su mano derecha comienza a descender desde mi rostro hasta el final de mi espalda y mis brazos se entrelazan en su cuello. A los pocos segundos nos separamos y me dice en el oído:

-Besas muy bien nena, pero mejor que dejemos algo para luego cuando estemos en privado.

Me estremecí y me sonrojé sólo de pensarlo. Llevo mucho tiempo esperando ese momento pero, ¿realmente estaba preparada? Bueno, no era el momento para pensar eso.

-No te preocupes nena, entiendo que no estés preparada. Si no quieres no tiene porqué pasar nada. -Me dijo dándome un beso para tranquilizarme como si hubiera leído mi pensamiento.

Yo no le respondí nada puesto que no sabía qué decir, sólo le abracé y le di un beso en la mejilla.

-Bueno, entremos pequeña. Tengo una sorpresa para ti. -Me dijo con una sonrisa de oreja a oreja.

-¿Qué es? -Le pregunté aún sabiendo que no me lo iba a decir.

-Si te lo digo ya no es una sorpresa nena. Vamos. -Me cogió de la mano y empezamos a andar por el parque. Había árboles de todas las especies, estanques, peces, ardillas, cisnes,etc. Toda la flora y la fauna que alguien se pudiera imaginar estaba ahí. Era un parque realmente hermoso y muy grande. Por eso me extrañaba que no hubiera nadie en ese momento. Seguimos caminando durante unos minutos hasta que por fin nos paramos.

Entonces veo una manta de picnic, la cesta con la comida y un cubo lleno de hielo con una botella dentro. Además, la manta estaba rodeada de pétalos de muchas flores diferentes y, a un lado, había un señor tocando "Me puedes pedir lo que sea" con el piano. Y en frente, había un hermoso estanque. Era realmente extraordinario, estaba tan emocionada que casi no podía aguantar las lágrimas.

-Esta es la sorpresa. -Me dijo señalando con la mano todo aquello. Luego me miró y me sonrió.

-Es increíble Dareck, no tengo palabras para describir lo que siento en este momento. -Le dije y le di un fuerte abrazo.

-No tienes que decirme nada preciosa, tus ojos me lo dicen todo. -Me acarició la mejilla y me besó la frente. -Venga, vamos a comer que me muero de hambre. -Dijo mientras se sentaba en la manta.

Abrió la cesta y empezó a sacar comida. Me quedé asombrada de la cantidad tan grande de comida que había cabido en esa cestita tan pequeña.

-No podré comerme ni la mitad de lo que hay ahí. -Dije mirando la comida.

-Te comerás tu parte entera Jasmine, quieras o no. Tienes que alimentarte. -Me dijo con un rostro severo.

-Está bien, como el señorito ordene... -Dios, a veces es tan dominante...

Cuando terminamos de comer nos acostamos sobre la manta a hablar, beber vino y disfrutar del paisaje. En realidad no teníamos muchas cosas que contarnos porque hablábamos todos los días, sin embargo, la conversación era muy fluida. Estuvimos haciendo bromas, bailando y dándonos algún que otro cariño durante unas horas.

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Holaaaaa, muy buenas mis amores!! Perdón por tardar tanto en subir el segundo capítulo de la historia, pero la verdad es que no tengo mucho tiempo para escribir ahorita :( Pero bueno, acá lo tienen. Espero que les guste!! Y ya saben, si tienen algo que decir comenten porfiiiis.

Besitoooos! <3

Amor sin límitesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora