Cap: 1 Encuentro Inesperado

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Permítanme compartir mi relato. Mi nombre es Paulina, tengo 24 años y comparto mi vida con mi padre, ya que mi madre partió cuando yo llegué al mundo por preeclampsia, soy de Chicago y toda la vida he vivido aquí.

Estudié un bachelor degree en business management en Chicago State University y ahora quiero hacer un master degree en international business.

Un lunes cualquiera, como de costumbre, me dirigí a la empresa de mi padre. Mientras entraba al estacionamiento, casi choco con un coche negro. No pude identificar al conductor debido a los vidrios polarizados. Bajé mi ventana y le grité

— ¿No sabes leer? Dice 20 km— expresé, con molestia, antes de continuar mi camino. Luego, estacioné mi coche y me encaminé hacia la oficina de mi padre. —Raquel, ¿puedes avisarle a papá que estoy aquí? —solicité.

—Claro que sí, señorita —respondió mientras hacía una rápida llamada. — Ha dicho que puede pasar.

Ingresé a la oficina de mi padre y lo saludé con un beso en la mejilla, como siempre hacía. —Papá, te dije que hoy no debías venir a la oficina —le recordé.

— Hija, si no estoy al mando de la empresa, ¿quién más lo hará? — respondió, con preocupación. —El médico me recomendó reposo, pero no puedo.

— Prométeme que en una semana tomarás unas vacaciones. Por cierto, ¿ya has decidido cuándo entraré a trabajar en la empresa? — pregunté, esbozando una sonrisa.

— Estaba pensando en primero ponerte a prueba con Josué, en el departamento de finanzas, para luego familiarizarte con todos los empleados —explicó. —Muy pronto te harás cargo de la empresa, pero iniciarás con lo básico— afirmó mi padre.

Mi padre me amaba profundamente. Siempre decía que yo era su tesoro, pero su sueño era que yo tomara su lugar en la empresa cuando él ya no pudiera hacerlo.

—Le he dicho que el señor Richard está ocupado, espere a que lo anuncie — gritó Raquel desde fuera.

—Estoy seguro de que me recibirá — respondió un hombre antes de entrar, ignorando las indicaciones de Raquel.

— ¡Espere, no pase! — insistió Raquel.Pero el hombre hizo caso omiso y entró sin previo aviso.  Mi padre se levantó rápidamente de su silla, visiblemente sorprendido.

— Lo siento, le dije que no pasara, pero no me escuchó — se disculpó Raquel.

— Yo lo atenderé, retírate— le indicó mi padre.

— Veo que no te has olvidado de mí—comentó el hombre. Mi padre parecía nervioso.

— Eric, cómo podría olvidarme de ti — respondió mi padre.

El hombre era alto, robusto, con tatuajes saliendo por el cuello de su camisa y una apariencia muy atractiva. Lo observé detenidamente hasta que la voz de mi padre interrumpió mis pensamientos.

—Pau, nos vemos en casa— dijo, con seriedad.
—Perdona mi descortesía. Mi nombre es Eric, Eric Coulter— añadió, mientras besaba mi mano.

—Paulina—respondí amablemente

—Por cierto, si se leer, solo que llevaba un poco de prisa— dijo con una sonrisa

—¿Perdón?— no comprendí sus palabras

—Nos conocimos en el estacionamiento— me sonrojé, pues me porté muy mal

—En verdad lo lamento es que me asusté, si no freno hubiera ocurrido un accidente muy feo.

—La culpa fue mía.

—Bueno me retiro, fue un gusto —Me despedí.

Caminé hacia la puerta y sentí la mirada de Eric sobre mi cuerpo, apresuré un poco el paso, pues la situación me incomodó.

Me dirigí a casa, hice algunos deberes y después de unas horas mi padre llegó, se metió directo al despacho y yo me fui detrás de el

—¿Cómo te ha ido? —pregunté entrando

—No muy bien —dijo sin ánimos

—¿Pasó algo malo? —pregunté curiosa

—No me hagas caso hija, me puedes dejar solo, necesito hacer unas llamadas.

—Está bien, si necesitas algo estaré en mi cuarto —Esto ya me pareció muy extraño veía a mi padre preocupado entonces decidí investigar, bueno escuchar tras la puerta.

—¿Pero cómo se ha enterado? —decía furioso —Pensé que todo estaba resuelto, ¿Sabes que me amenazó con decirle a la policía? No me importa que hagas, quiero que te encargues de él, mañana irá de nuevo a la oficina.

Casada Con EricDonde viven las historias. Descúbrelo ahora